23 de junio 2019
El sexto reporte de Monitoreo de las Actividades Económicas de Nicaragua (MAEN), que evalúa el comportamiento de 26 actividades formales, revela que, “entre enero y abril de 2019, la producción y ventas de bienes y servicios que se comercializan en el mercado local, continúan siendo las más afectadas por la crisis que atraviesa nuestro país”.
Si bien “todas las actividades monitoreadas de consumo interno registran caídas en sus ventas entre enero y abril de este año, en comparación con igual período de 2018”, las más afectadas son el turismo (tour operadoras, hoteles y restaurantes), distribución de equipos médicos, cuero y calzado, agencias de publicidad, materiales de construcción y panaderías.
“El sector privado nicaragüense reitera que la actual crisis sociopolítica y económica únicamente podrá resolverse con un acuerdo político que atienda los temas de libertades ciudadanas, justicia y democracia”, señala un comunicado conjunto firmado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).
También afectadas, pero en menor medida, resultaron la pequeña y mediana empresa de textil y confección, la distribución de medicamentos y dispositivos, la distribución de productos de consumo masivo, la industria de carne de pollo, la formulación y distribución de agroquímicos, las bebidas alcohólicas y las telecomunicaciones, detalla el documento.
Reforma tributaria paraliza a la industria
Las actividades económicas cuyo fin es la exportación también acumulan números en rojo a lo largo del presente año, en especial el café (-20%), el sector lácteo (-8%)y la carne de res, que decae en -5%.
La palma africana, y la industria textil y confección, así como la del tabaco y la del azúcar, registran crecimientos de 24%, 8%, 2% y 1% respectivamente, al comparar el periodo evaluado con el mismo del año anterior.
Siendo que el peso de las exportaciones de palma en el conjunto de la canasta de productos que el país envía al exterior es más bien anecdótico, y que el tabaco (67.2 millones de dólares en 2018) y el azúcar (198.9 millones el año pasado), apenas crecen 2.0% y 1.0%, no se espera un incremento importante en los ingresos provenientes del comercio exterior.
En todo caso, no parece que eso vaya a cambiar mucho en el trimestre mayo – julio, en el que, una vez más, los ejecutivos de las empresas que cultivan palma africana se muestran sumamente optimistas, expresando a los investigadores de Funides que esperan que sus ventas crezcan 24.0% en ese período.
En dirección contraria, las industrias de las que depende el grueso de las exportaciones nicaragüenses, confían en crecer ligeramente o sencillamente decrecer: tabaco 6%; carne de res 3%; azúcar 2%; producción de leche -5%; café -5%, igual que la industria pesquera, que se ve a sí misma, con ventas que decrecen 5% en ese mismo período.
Aunque no les afecta a todos por igual –porque las estructuras de costos varían de una industria a otra- los gerentes encuestados señalaron a la reforma tributaria como un elemento que afecta su desempeño empresarial, con los cafetaleros (20%) y los productores de leche (19%), como los dos gremios más golpeados.
En orden descendente, la palma africana (17%); la industria cárnica (15%); la pesca (11.0%); los reforestadores (10%); el resto de lácteos (10%); la industria azucarera (6%); y la de textil y confección (2%), también reportan los embates recaudatorios que sufre el empresariado.
Créditos y depósitos caen mes a mes
Los bancos no exportan ni venden en el mercado local, pero (generalmente) financian a quienes sí lo hacen. De ahí que medir su actividad también sea importante para tomarle el pulso a la maltrecha economía nicaragüense.
Con datos actualizados al mes de mayo 2019, Funides muestra que, desde marzo 2018, las bóvedas bancarias resguardan 1834 millones de dólares (-33.0%), menos que antes de comenzar la crisis. De hecho, con la sola excepción de noviembre 2018, los depósitos caen mes a mes, al punto que en lo que va del presente año, se han evaporado 280 millones.
Uno de los resultados es la contracción de la cartera de crédito, que superaba los 5000 millones de dólares en abril 2018, y se desploma de forma consistente, mes a mes, hasta quedar en 3849 millones en mayo pasado, lo que representa una caída de -24.6% en ese período.
La mora de esa cartera –que apenas superaba el 1% al estallar la crisis- se situaba en 3.5% al cierre de mayo, mientras la cartera en riesgo, que representaba un poco más del 3.0% de la cartera total en aquel momento, se acerca al 10% en la actualidad, más que triplicándose en ambos casos.
Las instituciones de microfinanzas no son ajenas a ese escenario triste, con su cartera de crédito cayendo en 189 millones (34.7%), a la vez que perdían 196 000 clientes (32.9%) entre marzo 2018 y abril 2019.
Al igual que los bancos, las empresas de este sector han visto más que triplicar los montos de su cartera en riesgo, que pasó de representar el 6% del total en abril 2018, a 19% en abril 2019.