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Estados Unidos estudia sanciones a exportaciones de Nicaragua, según la VOA

Según la VOA, la Administración Biden está sopesando acciones “como medida de presión al Gobierno de Daniel Ortega”

Según la VOA

Iván Olivares

30 de agosto 2022

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El Gobierno de Estados Unidos evalúa imponer nuevas sanciones a la importación de productos nicaragüenses, aseguró este lunes La Voz de América,  atribuyendo la información a “varias fuentes del Gobierno [de Estados Unidos] con conocimiento de los planes” que está sopesando la Administración de Joseph Biden, “como medida de presión al Gobierno de Daniel Ortega”. Sin embargo, fuentes diplomáticas vinculadas a Estados Unidos, consultadas por CONFIDENCIAL, descartaron un anuncio inminente. 

La Administración Biden ha dicho que la represión y la supresión de la democracia en Nicaragua “es un comportamiento inaceptable”, por lo que han adoptado medidas con miembros de la comunidad internacional  para promover la “rendición de cuentas” del régimen Ortega Murillo, y “continuarán adoptando otras acciones”, sin especificar el tipo de medidas.


Entre enero y julio de 2022, Nicaragua exportó productos por un total de USD 2526.4 millones. De ese monto, USD 1156.9 millones (45.8%) fueron a Estados Unidos, que es el destino principal de las nicaragüenses, según datos disponibles en el sitio web del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex).

Aunque el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-Cafta, por sus siglas en inglés), carece de una cláusula que permita la suspensión completa de un Estado miembro, su artículo 22.2 sí permite la suspensión temporal de los beneficios arancelarios cuando lo requiere la seguridad nacional de un Estado miembro… y la tercera sección de la Ley Renacer, contempla ese tipo de medidas”, dijo un experto en comercio y relaciones internacionales con experiencia en Washington.

Estados Unidos puede restringir las exportaciones de cualquier país, simplemente invocando la seguridad nacional y, en ese caso, además de perder competitividad, se profundiza la percepción de que somos un país de alto riesgo, no por un problema estructural, sino por una situación política, “y eso es lo más negativo, porque Nicaragua sigue sumergiéndose en una valoración internacional que no es positiva para la inversión extranjera, ni para el ambiente de negocios”, añadió.

Finalmente, un ejecutivo que trabaja para un gremio agroexportador, se mostró escéptico ante la posibilidad de que la Administración Biden tome alguna decisión, o los posibles efectos de esta, siendo que “en ningún lado, las presiones económicas o bloqueos comerciales han botado Gobiernos. Si no, veamos el efecto que han tenido en Cuba, Venezuela, Irán, Vietnam, Corea del Norte, China, Rusia, etc. Esas medidas solo empobrecen a los pueblos, y destruyen las economías de los países”, graficó.

EE. UU. seguirá sancionando a Ortega

El analista que conoce cómo funciona la política estadounidense, dijo que él sabe que existe la intención de tocar de manera selectiva algún elemento del tratado comercial, “para hacerle la vida más complicada a Nicaragua, como una señal de Estados Unidos”, recordando que ya ha habido sanciones contra el sector minero, el de energía, y las telecomunicaciones “que son las principales fuentes de inversión, así como contra el manejo de la cuota de azúcar”.

Si bien ya está afectado el financiamiento multilateral, “aunque no lo estrictamente humanitario”, admite que solo queda esperar a ver qué decide Washington, y cuál podría ser su impacto, porque hasta la fecha, las decisiones de la Casa Blanca han tenido “bajo impacto desde el punto de vista económico, como si lo hicieran para no afectar mucho al país, esperando que el Gobierno de Nicaragua reaccione”.

“La medida se aplica al Estado miembro, del cual el Gobierno es su representante, y el sector privado es parte esencial de su sociedad civil”, explica el experto en comercio y relaciones internacionales citado antes.

Detalla que “este tipo de medidas afecta de muchas formas, más allá del impacto económico a los exportadores. La suspensión arancelaria o de permiso de importación obliga a buscar otros mercados, generalmente con mayores tasas y costos de transporte, lo que vuelve a esos productos menos competitivos, y envían una señal a la comunidad internacional, de la necesidad de presionar al Estado por su deriva autoritaria”.

Estas medidas “afectan al sector privado por la vía comercial, como una forma de presionar al Gobierno, pero en realidad, no están apuntando al sector privado”, asegura el administrador del gremio que produce alimentos.

“Ya vimos lo que pasó en el SICA, donde por 153 millones de dólares, Centroamérica cedió un espacio a un nombramiento que estaba detenido por razones políticas, como forma de ejercer presión o al menos de mantener el dedo sobre la llaga”, señaló notando que eso lleva a que el régimen pueda jactarse de poder sobrellevar cualquier forma de sanción.

“Estados Unidos trabaja bajo el supuesto que el Gobierno de Nicaragua es sensible ante lo que le pase a la economía del país, más allá de que el primer afectado sea el sector privado, y la gente”, dijo el analista que conoce cómo funciona Washington, admitiendo que “no se ha visto mayor reacción hasta la fecha”.

Explicó que, ante este escenario, los formuladores de la política estadounidense se preguntan qué impacto tiene este régimen de sanciones, y se responden que los resultados son a muy largo plazo, como se ha visto en otros lados, pero tienen que hacer algo, y no les conviene asfixiar al país. “Estados Unidos no tiene intención de imponer sanciones serias, y el Gobierno de Nicaragua lo sabe, así que está dispuesto a aguantar las que les pongan”, añadió.

Finalmente, descartan que alguien intente cabildear para incidir en la decisión de Washington. Primero, porque conlleva un alto riesgo para quien lo intente: si es en respaldo a las sanciones, el régimen atacará al cabildero, y si es para pararlas, quien lo haga será señalado de respaldar a un Gobierno, violador de derechos humanos.

La segunda razón es que “Estados Unidos hace lo que le da la gana, por más que haya mucha gente cabildeando. Ellos tienen su propia lógica, basada en su política externa y en sus propios intereses”, explicó el analista.


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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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