19 de octubre 2018
Los distribuidores de agroquímicos –que movieron 250 millones de dólares en 2017- prevén que este año, sus ventas caerán del 15% a 20%. El daño es mayor (20% a 25%), si se compara contra las proyecciones de crecimiento que tenían para 2018.
“Nuestras proyecciones se estaban cumpliendo en los primeros tres meses del año”, refiere Mario Hanón, vicepresidente de la Asociación Nicaragüense de Formuladores y Distribuidores de Agroquímicos (Anifoda), explicando que todo cambió a partir de abril.
“En este momento tenemos a una industria bastante activa pero ligeramente adormecida por la crisis, porque ya no estamos creciendo”. El resultado de más de cinco meses de inestabilidad es dejar de vender 12 000 toneladas de fertilizantes, lo que equivale a cerca del 55% de las pérdidas de este año.
En ese rubro destaca el cultivo del café, que dejó de comprar “por lo menos 60% de esa cantidad. Otro 20% era para el arroz, y el 20% restante para todos los demás cultivos, principalmente granos básicos”, detalló Hanón.
La disminución en la venta de agroquímicos -fundamentalmente insecticidas, herbicidas y fungicidas- representa el 40% de las pérdidas totales esperadas para 2018, mientras que el 5% restante corresponde a la venta de semillas y otros insumos.
Al verlo por rubro, el café destaca como el cultivo responsable de la mayor parte de las pérdidas del sector.
“La merma más fuerte de fertilizantes ha sido en el café. La menor nutrición y fertilización que ha tenido el café en esta temporada es bastante sensible. El 60% de las 12 000 toneladas de fertilizantes que se dejaron de vender entre enero y agosto, eran para el café”, explica.
Si bien ese rubro podría tener una buena cosecha, “porque ha habido condiciones climáticas favorables, el problema es que los cafetales no han recibido la nutrición que deberían, lo que quiere decir que después de esta cosecha las plantas quedarán muy agotadas”, lo que augura problemas para el año siguiente.
“Cuando se saca una buena cosecha, si en los meses previos no fertilizaste bien el café, lo que sigue es una fuerte caída”, añadió.
Menos arroz, menos caña, menos maíz
Si bien el café ha sufrido mucho, quienes se dedican a ese cultivo no son los únicos que recordarán 2018 con menos productividad. Los arroceros, los cañeros y los maiceros también lo harán.
Hanón –que es también gerente general de Formunica- explica que sus estadísticas muestran que en julio se dejaron de sembrar al menos 9000 manzanas de arroz, de las 28 000 esperadas. “La razón más importante es la crisis y la incertidumbre”, explica.
Dejar de sembrar esas 9000 manzanas los afectó como industria, y explica ese 20% de fertilizantes que no se les pudo vender.
Aunque el sector espera compensar esa baja durante el nuevo periodo de siembra que comienza en noviembre, hay preocupaciones porque siguen trabajando con los precios de 2016, lo que les ha llevado a perder el equivalente a tres dólares por cada quintal que venden.
La opción, una vez más, es recurrir a la química; “buscar cómo aumentar el rendimiento, y trabajamos en eso tanto como industria de agroquímicos y fertilizantes, como Asociación de Arroceros, y como productores de arroz que somos todos”, refirió.
El problema de los azucareros es distinto, y proviene de las condiciones climáticas que afectaron la productividad, junto con la baja de precios internacionales de su producto. En el caso de los productores de maíz, se sembró muy poco de ese alimento, lo que explica que el quintal llegara a más de mil córdobas, cuando en situaciones normales debería costar un tercio. “Tuvimos un buen invierno de primera, pero poca área sembrada”, sentenció Hanón.
Álvaro Vargas, vicepresidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), señala que la situación que describe Hanón “afectará principalmente al pequeño y mediano productor de granos básicos, que es el que se financia de las empresas de agroservicios”.
“Si lograste sembrar y no pusiste los fertilizantes y los insumos que se requerían, eso te restará productividad y vas a cosechar menos”, indicó.