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El Viacrucis del Bachiller

La indignación florece a medida que avanza el metraje, revelando al gran ausente: el MINED

Juan Carlos Ampié

11 de marzo 2016

AA
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Antes de entrar en materia con “Sueños de Birrete”, necesito aclarar que los realizadores son mis amigos, y que incluso, pidieron mis reacciones a un corte preliminar de la película. En estas condiciones, cualquier pretendida imparcialidad es más elusiva que nunca. Tenga eso en mente a la hora de ponderar mis apreciaciones.

En términos del trabajo de la productora Calé, “Sueños de Birrete” supone un salto cualitativo sobre la popular “El Canto de Bosawas” (2015), a pesar de las limitaciones de su formato. La película es pieza fundamental de la campaña “Educación con calidad, una Nicaragua mejor”, un proyecto de la Unión Europea, el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP) y el Centro de Estudios y Promoción Social (CEPS), orientado a iniciar una conversación nacional sobre los desafíos de la educación pública en Nicaragua. Desde su incepción, el documental debe asumir las demandas de las instituciones, y la necesidad de dispensar información de manera clara y precisa. Esto condiciona la creatividad de los cineastas. Así, “Sueños…” se posiciona a medio camino entre el reportaje periodístico y el “video institucional”, pero encuentra oxígeno en las historias de los personajes con los cuales se ilustra el problema del acceso a la educación, y la precaria calidad de este servicio.


Keryms es una adolescente de Managua, la mayor de tres hermanas, hijas de madre soltera. Ella se prepara para rendir por segunda vez los exámenes de admisión de la universidad. Oliver, un joven de Juigalpa, es un prodigio académico a punto de bachillerarse. Virginia y Damarys son dos hermanas campesinas, que deben caminar dos horas para llegar a su escuela dominical. Jefferson es un niño de la Chinandega rural, demasiado inquieto para el gusto de sus profesoras. Todos están convencidos, en algún nivel, de que la educación es indispensable, y los acompañamos en sus esfuerzos por conseguirla. Es una genuina odisea.

Un juicioso trabajo de guión y edición consigue que cada uno se defina como un personaje reconocible. Algunos se salen del radar de la película, pero los que consiguen un arco narrativo completo, asumen el peso de la narrativa. Hay destellos de alivio cómico, no poco suspenso alrededor de los resultados del examen de admisión a la universidad, y un desgarrador giro sorpresa en el desenlace. Intermitentemente, un abanico de expertos reflexionan sobre el estado de la educación y las posibles soluciones. Una narración ominipresente (voz de María Lilly Delgado) hilvana la historia, ofrece estadísticas e información de contexto. Las cifras se visualizan a través de las ingeniosas animaciones de Moroney Ubeda. Estos recursos tradicionales se ven balanceados con imágenes elocuentes, puramente cinematográficas: véase la toma larga que recorre la fila de centenares de bachilleres, a punto de entrar  al examen pre universitario. Es tan elocuente como las tradicionales “cabezas parlantes”. La cámara es operada por Gabriel Serra y Tininiska Simpson. La música original es producida por Ricardo Wheelock.

Mientras más sabemos sobre las fallidas políticas educativas del país, más conmovedores son los esfuerzos de los niños y sus familias. La indignación florece a medida que avanza el metraje, revelando al gran ausente. Ninguna autoridad del Ministerio de Educación aparece en la película. Desconozco si esto se debe al tradicional bloqueo oficial a cualquier medio independiente, o si es algún tipo de decisión estratégica de los creadores de la campaña. Sea cual sea la razón, me parece un error. ¿Por qué no habría de hablar el Ministerio? Después de todo, la actual administración de Daniel Ortega no es la única responsable de la debacle educativa de Nicaragua; pero sí debe liderar los esfuerzos para mejorar el estado de las cosas.

El país de Miguel Ramírez Goyena, la Cruzada Nacional de Alfabetización y el sacerdote Fernando Cardenal, es ahora uno de los más atrasados en la educación en América Latina. Es un problema que trasciende a las ideologías, afecta a todos los ciudadanos, y sabotea a las generaciones futuras. “Sueños de Birrete” es la voz de alarma que necesitábamos escuchar.

* Sueños de Birrete” se proyecta en Cinemas Galerías, del 10 al 16 de marzo, una tanda diaria a las 6:30 pm. Entrada gratuita.

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Juan Carlos Ampié

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