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Nica Act golpea "talón de Aquiles" de la economía

Aplicación de Nica Act profundizará daños causados por merma de inversión extranjera, salida de depósitos, caída de recaudación y pérdida de reservas

26 de diciembre 2018

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La economía nicaragüense era un muñeco con los pies de barro, que dependía del entendimiento entre el sector privado y el sector público para funcionar. Sin embargo, la represión oficial a las protestas cívicas contra el Gobierno dinamitaron esa relación privilegiada, revelando la fragilidad de la economía nacional, asegura el economista José Luis Medal, entrevistado en el programa Esta Semana, que se transmite por Canal 12.

“Nuestra economía tiene dos talones de Aquiles”, y ambos tienen que ver con la moneda estadounidense, explicó el economista.


Los puntos débiles a los que se refiere el experto son, por una parte, el hecho de que nuestra economía no sabe cómo vivir sin la ayuda extranjera. La otra es que nuestro sistema financiero --sólido aún-- se encuentra en una situación de jaque por la continua salida de depósitos, especialmente en dólares.

El economista José Luis Medal, en entrevista con Carlos F. Chamorro, en Esta Semana. Elmer Rivas | Confidencial

Nuestra economía padece por “la dependencia de la cooperación internacional”, que se ha reducido como reacción a la respuesta violenta del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Eso “tendrá un efecto grave, siendo que ya la inversión extranjera directa (IED) se contrajo, y las remesas familiares han aumentado muy poco”, detalló.

En paralelo, observa que la otra gran debilidad es la crisis del sistema financiero. “En marzo de 2018, los depósitos en dólares (que representan el 65% de los depósitos), sumaban 4041 millones de dólares. El Banco Central de Nicaragua (BCN), acaba de publicar el dato al 30 de noviembre, mostrando que el saldo era de 3021 millones de dólares. Se han ido 1020 millones de dólares en ocho meses de crisis, lo que representa el 25% de los depósitos en dólares de todo el sistema”, resumió.

La aprobación de la Nica Act “vendrá a agravar una situación económica que ya es bastante delicada”, porque esa ley “establece instrucciones específicas a los representantes del Gobierno estadounidense en el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario, para restringir los préstamos que puedan otorgarle al Gobierno de Nicaragua”, detalló.

Esos recursos financian el 70% a 75% del programa de inversión pública del país, lo que en 2017 representó unos 600 millones de dólares. Adicionalmente, la aprobación de la Nica Act afecta las expectativas de los agentes económicos. Al ver esa Ley, y leer los comunicados de los organismos de derechos humanos, “cualquier inversionista verá su expectativa más pesimista”, lo que profundizará la caída de la inversión extranjera, vaticinó Medal.

Lo otro es entender si el mandato de la Nica Act afectará los proyectos que ya están en ejecución, o solo a los nuevos. En el primer caso el efecto sería inmediato. Tan pronto como 2019. “Son como 500 millones de dólares los que dejaría de recibir una economía ya debilitada. Eso sería grave”, señaló el experto.

En caso que solo afecte los proyectos nuevos, el efecto se sentiría hasta el 2020 o 2021. En ambos casos, los escenarios a analizar incluyen dos variables negativas: la contracción de la IED --que un estudio de Funides y el Cosep calculan en 750 millones de dólares-- y la fuga masiva de depósitos del sistema financiero, que ese mismo informe cifra en 1371.2 millones entre el 18 de abril y el 31 de octubre, usando datos oficiales del BCN.

La falacia de la “economía del gallo pinto”

Cercado por las estadísticas que muestran el nuevo fracaso de su gestión económica, Daniel Ortega propuso aplicar en el país la ‘economía del gallo pinto’, apelando a la creatividad y resistencia de los nicaragüenses para aguantar los embates de la debacle económica causada por él mismo.

El problema es que esa propuesta es una falacia, “un absurdo total, porque los impuestos no se recaudan del arroz y de los frijoles, que están exentos de tributos. Los impuestos se recaudan de la venta de televisores, de vehículos, del sector formal de la economía”, recuerda Medal.

Si bien es cierto “cerca del 50% de la población ya vive en la economía del gallo pinto, si no se venden vehículos --cuya venta se contrajo totalmente este año-- si no funciona el sector formal de la economía, que es el que genera los ingresos fiscales que permiten que el Gobierno funcione, ¿cómo terminará cubriendo el Presupuesto?”, cuestionó el experto.

“Recordemos que el Gobierno ya adoptó ciertas medidas: redujo el Presupuesto, que es una medida contractiva de la economía, y los ingresos fiscales han bajado. Una economía del gallo pinto no genera ingresos fiscales para mantener la burocracia estatal”, remarcó.

Siendo que la presión económica continuará en el 2019 --después de dos ajustes a la baja del Presupuesto 2018, y la contracción del gasto público- “en 2019, el Gobierno tendrá menos recursos, y eso lo va a presionar”, avizoró el experto.

El borrador de una nueva “política de defensa nacional” que implementaría el Gobierno en 2019, publicada por CONFIDENCIAL, revela que la administración orteguista recortaría el 30% de los empleados públicos el próximo año, para ajustarse ante los recortes del gasto provocados por Nica Act. Este 2018, además, se calcula que unos 417 000 nicaragüenses perdieron sus empleos.

“Si se adopta una actitud antipatriótica, antinicaragüense, ‘después de mí, el diluvio’, en que no importa que la economía se hunda, y que el pueblo --no ellos-- termine comiendo --ojalá los tres tiempos-- gallo pinto, es el pueblo el que va a sufrir las consecuencias y sucederá algo parecido a lo que sucedió en los 80: la economía cambió totalmente, murieron miles de nicaragüenses, y mientras el grupo de poder no se vio afectado, les importó un comino”, rememoró Medal.

“La economía del gallo pinto --que no existió ni siquiera en los años 80 porque la nomenclatura iba a la Diplotienda-- y ese grupo de nuevos empresarios (sandinistas), millonarios inclusive, no va a comer gallo pinto. Cuando hablan de economía del gallo pinto es para las clases medias, para los sectores independientes, no para la alta nomenclatura que apoya al Gobierno”, sentenció.

Aún así, opina que hay intereses contradictorios entre el capital sandinista y la decisión del Gobierno de no buscar una salida cívica y negociada a esta crisis, porque “el debilitamiento de la economía nos afectará a todos”.

La diferencia es que en los años 80 había un factor ideológico que impedía a hacer (o dejar de hacer), determinadas cosas; además que no había empresarios sandinistas. “El Gobierno se sostuvo en los 80 por la fuerte inflación causada al poner a funcionar la maquinita de imprimir córdobas, pero también por la cooperación internacional del hoy desaparecido bloque socialista, y ¿quién va a financiar un conflicto de mediano plazo y aún, de corto plazo?”, concluyó.

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Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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