19 de diciembre 2016
Frente a un sistema electoral inauditable, será difícil saber el dato exacto de la abstención electoral registrada en las elecciones generales del seis de noviembre, en las que el comandante Daniel Ortega refrendó su poder absoluto de la mano de la primera dama Rosario Murillo como vicepresidenta de la República. Sin embargo, el rechazo ciudadano al sistema autoritario de la pareja presidencial fue silencioso y contundente, como evidenciaron los centros de votación desolados. ¿Quiénes son estos ciudadanos que podrían convertirse en una nueva mayoría política?
Confidencial los ha seleccionado como el personaje del año. No es un individuo, son cientos de miles o millones de ciudadanos. Las organizaciones opositoras afirman que la abstención rondó entre el 60 y 70%, contrario al dato de 68.2% de participación presentado por magistrado Roberto Rivas.
La encuesta Barómetro de las Américas ( LAPOP) realizada por la Universidad de Vanderbilt tres semanas antes de la elección, indica que más del 50% del electorado decidió no votar por Ortega. El sondeo reveló que el 35% dijo que no votaría en las elecciones presidenciales, mientras que un 15% lo haría en blanco, y 7% votaría por otros partidos, mientras que el 44% votaría por Ortega. Asimismo, el estudio indica que un 53 % de los nicaragüenses considera que no debe haber reelección indefinida en Nicaragua.
Aunque no hay consenso sobre una cifra, las razones por las que no participaron en un proceso electoral sin competencia real y observación nacional e internacional independiente son varias.
Para conocerlas, el programa televisivo Esta Semana entrevistó a seis ciudadanos de diferentes extractos sociales y profesiones. La poca credibilidad del Consejo Supremo Electoral (CSE) y la inhabilitación de la Coalición Nacional por la Democracia de la contienda terminaron de matar las ganas de asistir a las urnas.
Josefina Dávila Vijil tiene 18 años. Estas elecciones iban a ser las primeras en las que participaría en su vida. Pero los acontecimientos políticos sucedidos desde junio pasado, cuando por ejemplo el Poder Judicial desaforó a los diputados opositores, la llevaron a la conclusión de no votar.
“Decidí ejercer mi derecho a no formar parte de la farsa”, manifestó Dávila, estudiante de Psicología de la Universidad Centroamericana (UCA), en la entrevista televisiva.
William Rivas es originario de Masaya y técnico en Administración de Empresa. Ha votado en casi todas las elecciones pero este año fue la excepción porque “en estas elecciones no se elegía a nadie”.
“Además, ya se sabía de todas formas que Daniel Ortega iba a ganar. Todo estaba amarrado con todo ese sistema electoral totalmente viciado. Sobre todo por ese Consejo Supremo Electoral que está ahí y ya sabemos a quién obedece”, afirmó.
Y Daniel Ortega “ganó” las elecciones con 72.5% de los votos, según Roberto Rivas. Un “panorama” que el informático Bayardo Aguilar “estaba bastante claro”. “Era un deber patriótico no participar en la farsa electoral”, dijo.
Poca participación incluso de sandinistas
El mensaje del “no voto”, promovido por el Frente Amplio por la Democracia (FAD), tuvo fuerza y relevancia, a juicio de Aguilar. “Fue una verdadera sorpresa para el Frente Sandinista e incluso un amplio porcentaje del ‘voto duro’ de este partido no salió a votar”, estimó el informático.
Delmis Largaespada, licenciada en derecho y oriunda de Ticuantepe, afirmó que no hubo credibilidad en las elecciones electorales de este año. “Existe un Consejo Supremo Electoral viciado, fraudulento, corrupto, partidista, que obedece lineamentos de un partido político y que sus resultados no van a ser diferente a sus aspiraciones”.
La abogada expresó que un gran número de “sandinistas radicales” no participó en estas elecciones debido al “mismo autoritarismo” de Daniel Ortega. Largaespada pudo evidenciar en las Juntas Receptoras de Votos (JRV) la poca afluencia de votantes. Asimismo, habló con conocidos que fueron a las Juntas pero anularon su voto.
Juventud también inconforme
Bayardo Siles Rodríguez es otro joven matagalpino, estudiante de Trabajo Social. Terminó de “convencerse de la ilegitimidad de este proceso electoral” cuando el CSE quitó la personería jurídica a la Coalición Nacional por la Democracia, considerada por Siles como “verdadera oposición”.
Es la tercera vez que este joven de 26 años no ejerce su derecho al voto como una forma política de rechazo ante el actual sistema.
“Hasta hace poco los chavalos y chavalas comenzamos a dialogar frente al bipartidismo, frente a la manera de cómo se hace la cultura política partidaria, retrógrada y que todavía se sigue reproduciendo y es lo que nos tiene indignados, más no alejados”, comentó Siles Rodríguez.
Miedo de la población a expresarse
La encuesta LAPOP demostró que el 55% de las personas encuestadas creen que hay poca libertad de expresión, y un 63% teme hablar de política en público. Son las mismas razones que esgrimieron militantes del Frente Sandinista que no votaron o marcaron nulo la boleta el seis de noviembre: miedo a perder el trabajo o represalias por parte de los secretarios políticos.
Lidia Balladares relató que entre su círculo social en la ciudad de León no solo hay miedo por parte de los militantes sandinistas de hablar sobre la situación política del país, pero que ese miedo, según ella, fue catalizado en la abstención.
Percepciones sobre el futuro del país
Una de las principales condiciones que exigió William Avilés como ciudadano nicaragüense son elecciones “libres, transparentes, sin excepciones y supervisadas”.
A pesar que muchos de los consultados expresaron inconformidad con las elecciones del seis de noviembre, la mayoría de ellos manifestaron su compromiso en la exigencia de garantías para construir un sistema más ético.
Lidia Balladares “capta” en León la “incertidumbre de la población con respecto al futuro del país”. “Yo he notado que hay personas que dicen: Bueno, él ya ganó, ¿y ahora qué va a pasar?”, señaló.
No obstante, afirma que hay otros ciudadanos que no aceptan esta decisión y que “tampoco es recomendable ir a las elecciones municipales con el mismo Consejo Supremo Electoral viciado”. Balladares propuso como única alternativa, un cambio radical en todo el Sistema Electoral, de lo contrario “no es conveniente ir a elecciones”.
Para la abogada Delmis Largaespada, un cambio depende de la presión que los ciudadanos ejerzan en las calles y de sus acciones cada día. Señaló también la importancia de las demandas dirigidas a organizamos nacionales e internacionales.
Josefina Dávila Vijil es más optimista: “Hay esperanzas”, dijo. “Lo creo porque he visto a la gente, gente que nunca me esperé que iba a mostrar alguna inconformidad como no votar y la está mostrando.”
En cambio, para William Rivas, quien ha vivido múltiples procesos electorales, sostuvo que “los pueblos pierden el temor ante las dictaduras y ante las tiranías y eso lo hemos comprobado (...), hay esperanza porque el pueblo de Nicaragua no va a dejar de ser libre”.
[destacado titulo="'No voté porque era un circo lo que montaron'"]
*Pobladores exigen nuevas elecciones con transparencia y respeto al voto
Por: Maynor Eliezer Salazar
Un mes después de los comicios electorales, en los que no hubo observación nacional ni internacional de parte de organismos independientes, y tampoco una verdadera oposición, la población nicaragüense no se arrepiente de no haber salido a votar, muetras un sondeo realizado por Confidencial en paradas de buses, terminales hacia los departamentos, universidades y centros comerciales. Los ciudadanos expusieron la razón por la que no asistieron a las urnas electorales. “De qué servía ir a votar”, dijo Urania Rivera, habitante de Managua.
Algunos ciudadanos aseguraron que si bien tenían todas las intenciones de ir a votar, no lo hicieron porque no les entregaron su cédula a tiempo. Sonia Taylor confesó que por más veces que fue a pedir su documento de identidad, no lo recibió, sino hasta dos semanas después de las elecciones.
“Yo la quería para buscar trabajo, eso era lo esencial, luego para ejercer mi derecho al voto, pero al final ni una cosa ni la otra”, afirmó la joven originaria de Puerto Cabezas, quien tendrá que esperar un mes más para poder optar a un trabajo.
Otros como Jorge Mairena, originario de Rosita, Región del Caribe Norte, afirmaron que no fueron a votar porque las elecciones ya estaban ganadas y no quería ser parte del montaje del gobierno. “Soy militante del Frente Sandinista, fui presidente del Consejo Electoral en una ocasión y conozco el sistema”, confesó Mairena.
¿Nuevas elecciones?
La mayoría de las personas que entrevistó Confidencial no simpatizaban por ningún partido político. Consideraron que la oposición que estaba participando en las elecciones le seguía el juego al comandante Daniel Ortega y el FSLN, y prefirieron pasar un domingo en familia, que moverse hacia un centro de votación.
“Yo fui a la iglesia, luego nos fuimos a pasear, la pasamos bien, no quise votar porque era un circo lo que estaban montando, y lo que montaron”, indicó María Luisa Gutiérrez, habitante de un barrio de Granada.
Verónica Almendárez tampoco asistió a votar. Para ella no valía la pena gastar un voto en candidatos que ni siquiera conocía.
“Era un desperdicio. Yo no pertenezco a ningún partido político. Creo que esos candidatos que se postularon fueron puestos por Daniel y él se los echó a la bolsa con la promesa de una diputación”, comentó Verónica, originaria de León.
La población no se arrepiente de no haber ido a votar. Tampoco dudan en creer que se deben realizar otras elecciones, justas y transparentes, con una verdadera oposición.
“Daniel le tiene miedo al pueblo, yo no fui a votar, y no pienso hacerlo mientras no haya un cambio en el CSE, mientras no haya observación”, comentó un ciudadano que pidió omitir su nombre, pues trabaja en una institución del Estado.
“Yo no fui a votar, hubo una gran cantidad de personas que no votó, quizás solo un 30 por ciento de la gente votó. No nos respetan el voto y creo que si se hacen otras elecciones, debe ir esto primero, el respeto de decidir por un futuro mejor”, aseguró Óscar López, de Matagalpa.[/destacado]