15 de febrero 2021
El politólogo y precandidato presidencial por la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Félix Maradiaga, considera que la oposición ha perdido tiempo valioso en medio de las pugnas que han impedido consolidar una verdadera unidad opositora en contra del régimen de Daniel Ortega.
En una entrevista en el programa televisivo Esta Semana, Maradiaga afirmó que dado lo que denominó como “trampas” del calendario electoral controlado por el régimen orteguista, la oposición debe consolidar una estrategia electoral y un liderazgo de unidad antes de abril. Esto para enfrentar las trabas que quiera imponer la dictadura al desarrollo de comicios legítimos y transparentes, como la posible inhibición de candidatos presidenciales y prohibición a partidos políticos.
Félix Maradiaga abogó porque el proceso de escogencia de candidatos presidenciales y parlamentarios sea por medio de encuestas, debates y convenciones, dado que estima que —debido al tiempo perdido por las pugnas internas de la oposición, y por la represión y asedio de la dictadura— no es posible realizar un proceso de elecciones primarias a nivel nacional, y aceptaría la metodología que proponga la “comisión de buena voluntad” que integran Carlos Tunnermann, Fabio Gadea y Dennis Martínez.
Tu precandidatura presidencial, se inscribió con el respaldo de la UNAB en una competencia interna de la Coalición Nacional. ¿Podés hacer campaña, o seguís retenido con casa por cárcel por la Policía?
Se continúa con la misma situación de arresto arbitrario. Ya van casi tres meses de esta situación bastante extrema y sin ninguna justificación legal. Con respecto a mi precandidatura, es bueno aclarar que aún no se ha dado la ratificación de la asamblea de la Unidad Nacional Azul y Blanco por lo que todavía soy precandidato. El resto de colegas de la Unidad que habían expresado su deseo de participar, decidieron dar un respaldo a mi candidatura.
El hecho de que se está conculcando tus derechos a la libertad de reunión y movilización, ¿significa que hay un proceso de inhibición política de facto en tu contra?
Nosotros consideramos que leyes injustas no son ley, y nuestro llamado es a desobedecerlas. Desde la Unidad Nacional Azul y Blanco se ha propuesto un liderazgo nacional unificador. Luego de la ratificación, nosotros queremos medirnos con los otros liderazgos opositores, en un ejercicio democrático de consulta, pero no limitado a una candidatura, sino a la necesidad de un liderazgo nacional galvanizador del sentimiento de desobediencia civil. El derecho a recuperar nuestras calles y ser una alternativa de poder para lograr un camino distinto, de justicia, libertad, generación de empleos, creación de oportunidades.
¿Se puede ir a elecciones bajo estado policial?
No se puede. No podemos ir a elecciones en estas condiciones. No podemos ir a elecciones sin que se dé la libertad de los presos políticos, sin una reforma electoral que cumpla como lo ha establecido con la resolución de la Asamblea General de la OEA del año pasado. Nosotros decimos por eso que nos tienen miedo, porque imagínate, si no nos permiten salir, y supuestamente nosotros somos minoría, es porque saben que ellos son realmente la minoría política. Pero la presión más importante es la unidad. Con ese mecanismo de unidad, el régimen tendrá que ceder. Mientras estemos dispersos, y lo digo como una autocrítica, es muy poca la presión que podamos hacer.
Unidad de la oposición
Esta semana te reuniste con la Comisión de Buena Voluntad que preside el doctor Carlos Tünnermann, Fabio Gadea y Dennis Martínez para promover la unidad opositora. ¿Por qué se mantiene hasta hoy esta división de los dos bloques opositores?
Lo que te puedo decir es que en el caso de la Unidad Nacional, no hemos establecido precondiciones para sentarnos a conversar. Hemos aceptado la invitación de la Comisión de Buena Voluntad y le hemos hecho una réplica pública a nuestros hermanos de Ciudadanos por la Libertad a que nos sentemos por la gente de Nicaragua, por los exiliados, por los periodistas que no pueden hacer su trabajo con libertad, por los trabajadores del Estado que han sido expulsados de sus cargos por no aceptar la sumisión. Hay una urgencia nacional en demanda de una unidad nacional, no por fines electorales solamente, sino por una responsabilidad moral y ética que es salvar a la nación de la situación de secuestro de parte de la dictadura.
La Alianza Ciudadana propuso un esquema, y dijo que los partidos políticos se integraran a través de CxL, y las organizaciones cívicas —como la UNAB u otros— se integraran a través de la Alianza Cívica. ¿Esa propuesta está siendo considerada o está descartada?
Hay que recordar que estamos en una Nicaragua distinta, con la expresión de una mayoría de oposición, que no es la UNAB, no es la Alianza Cívica, no es CxL, sino que es un grupo autoconvocado. Casi un 70% de los nicaragüenses no tenemos partido político y es muy difícil cuando vos ves a pequeños grupos querer imponer un acuerdo para la construcción de las alianzas electorales. Aquí tenemos que hacer una alianza política, una alianza ciudadana, para construir una república, una agenda de nación.
¿La división es por el tema del vehículo y los partidos con personería jurídica, entre CxL o el PRD? ¿Se puede crear un puente para construir una alianza a partir de estas dos fuerzas políticas, o es una cuestión de hegemonía?
Esos dos partidos políticos son la alternativa para poder construir una alianza política y electoral en la que obviamente debe participar la Coalición Nacional y la Alianza Cívica. Yo prefiero ver el lado positivo de todo esto. Yo he visto de parte de los liderazgos de Ciudadanos por la Libertad, en los intercambios que hemos tenido, una apertura. Igual en los liderazgos del PRD. Conozco desde hace mucho tiempo al liderazgo de Ciudadanos por la Libertad, un partido al cual respeto mucho, conozco a sus liderazgos locales y sé que en ese partido hay opositores que aman a Nicaragua. Igualmente conozco los liderazgos del PRD y sé que están en la misma dirección. No hay que creer que la unidad es alrededor de casillas. Aquí todas las casillas están secuestradas por Ortega. El día que Ortega quiera, elimina las personerías jurídicas. Hasta hoy, las condiciones no están dadas y poner nuestra fe en un acuerdo electoral, no es estratégico para el futuro de Nicaragua.
Estamos a mediados de febrero. ¿Cuál es el plazo político para la unidad opositora, tomando en cuenta que el régimen, incluso puede eliminar la personería jurídica de cualquier partido, de cualquier alianza política?
Los plazos ya están sobre nuestras espaldas. Considero que hemos perdido tiempo valioso. Contrario a las voces que dicen que no es tiempo de candidaturas, tiempos de elecciones, la verdad es que Ortega va utilizar el calendario electoral en nuestra contra. La resolución de la Asamblea General de la OEA establece a mayo como el plazo, pero considero un error estratégico que no se tengan para mayo las candidaturas definidas, planes de campaña, el acuerdo electoral, el plan de nación consensuado, porque habrá muy poco espacio para enfrentar las trampas que el régimen va a dar. La comunidad internacional ha insistido en que quisiera ver a un liderazgo unificado, para que sea ese liderazgo, no solo de cara a la unidad electoral, sino que sea la vocería, la punta de lanza de la estrategia de presión internacional. Pero ¿cómo presionar, con una oposición dividida en dos bloques? Yo creo que antes de abril debería estar definida la estrategia de alianza electoral.
La selección de los candidatos
¿Cuál es tu propuesta para la selección de la fórmula presidencial y los candidatos a diputados? ¿Están depositando en la Comisión de Buena Voluntad esa metodología, es una decisión de los aspirantes, o sería consultado con los bloques políticos?
Hemos depositado toda nuestra confianza en la Comisión de Buena Voluntad y aceptaríamos la metodología que ellos propongan. Hemos hecho una invitación a los aspirantes a que nos sometamos a un proceso de consulta, sin ninguna reserva, sin ninguna precondición y en mi caso incluso, sin ningún cargo alterno a la presidencia, como una diputación. Ya no tenemos tiempo para una primaria nacional, que la Unidad Nacional había propuesto. Expertos internacionales con los que hemos trabajado han hecho propuestas de macroencuestas, una serie de grupos focales, una serie de debates y convenciones. Es importante también que los precandidatos presidenciales tenemos que comprometernos para que se dé la libertad de los presos políticos, reformas electorales y las condiciones habilitantes. Sería muy grave que una candidatura acepte ir a elecciones, sin ninguna condición y sin ninguna garantía.
¿Cuál es la premisa tuya o de la UNAB de este proceso político? ¿Vamos a una competencia libre, justa y competitiva o a una elección en la que Ortega no va a poner en juego el poder, no solo por la situación de facto, sino también por la aprobación de una serie de leyes inhibitorias?
Ortega sabe que es parte del pasado, que es minoría. El Frente Sandinista se encuentra en su momento de menor aprobación. Ortega sabe que aún en condiciones muy limitadas, él no tendría oportunidad. Su estrategia también descansa en la promoción de la abstención y yo creo que hay que tener cuidado con no estimular tempranamente la abstención. La abstención favorece a la dictadura. No hay que ser derrotistas tan tempranamente. La otra cara de la moneda es tampoco caer en la trampa de las garras del régimen. Tenemos que exigir elecciones libres.
¿Por qué querés ser presidente de la República?
Porque he conocido en carne propia el dolor de aquellos que sufren la dictadura. Soy hijo de un preso político, he sufrido el exilio a los doce años de edad, viví una confiscación, viví un segundo exilio y quiero que mi hija Alejandra no esté viviendo lo que viven tantos hijos en Nicaragua, que es la imposibilidad de tener un país con igualdad de oportunidades. Quiero ser presidente porque soy hijo de María del Carmen, una maestra de escuela. Mi madre tenía que ser migrante para mandarme el dinero para mis zapatos y los de mis hermanos, para nuestros útiles escolares, y no quiero que otros niños de Nicaragua pasen por lo mismo.
La gente busca un liderazgo que pueda representar la unidad nacional y al mismo tiempo promover un proyecto de cambio con democracia y justicia ¿Que le ofrece Félix Maradiaga a esa expectativa de país, en comparación con otros precandidatos?
Le ofrezco mi experiencia inmediata al dolor del pueblo, pero también el de alguien que ha conocido y vivido las oportunidades. Es momento de una propuesta de clase media, de empoderamiento ciudadano, que no venga de los partidos políticos, ni de las clases políticas tradicionales. Paz con prosperidad. Un modelo económico incluyente. Un modelo que no dè privilegios a grandes grupos económicos, sino que se enfoque en generar empleos para los grupos más desfavorecidos. Una propuesta de nación que tenga su mirada en la juventud y el compromiso de un país anticorrupción y de no a la impunidad. Al país le han hecho muchos daños las amnistías y el eje de la transición democrática, es la justicia.
En el hipotético caso de que la unidad opositora lograra que haya elecciones libres y sos electo presidente, ¿se puede gobernar y reconstruir Nicaragua y al mismo tiempo desmantelar 14 años de dictadura?
Sí se puede, porque la mayor parte de los nicaragüenses somos gente honesta y trabajadora. No va ser fácil. No va ser una campaña normal. No podemos esperar que un liderazgo político tradicional va a gobernar con tranquilidad. Es fundamental que ese liderazgo tenga un enorme respaldo popular, porque vamos a tener que defender con los dientes la Nicaragua soñada. El Frente Sandinista va querer gobernar desde abajo y no se lo vamos a permitir. Va querer amnistía, piñatas y no se lo vamos a permitir. Va a requerir una gran movilización ciudadana y un liderazgo político al frente de esa lucha ciudadana.
En el calendario político de la dictadura se anunciarán las reformas electorales cosméticas mayo; y en junio podrían ejecutarse las inhibiciones de candidatos. ¿Tendría la oposición capacidad de reaccionar?
A eso me refiero con que no va ser una campaña tradicional. Lo fundamental es recuperar nuestra capacidad de desobediencia civil, de resistencia no violenta. En un país democrático, combatís voto a voto, pero en Nicaragua, las elecciones son un método de protesta. Recuperar nuestro derecho a organizarnos cívicamente, a recuperar las calles.