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Avendaño: PIB caerá -9.4 por ciento en 2019

Caída de recaudaciones, depósitos, producción y reservas, más liquidación de Bancorp, y nuevas sanciones internacionales

Iván Olivares

6 de junio 2019

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El presidente de  Consultores para el Desarrollo Empresarial, Nestor Avendaño, calcula la caída del Producto Interno Bruto en -9.4% para el presente año, lo cual podría profundizarse con el cierre del Banco Corporativo (Bancorp); y el daño a la capacidad productiva del país, que significa la aplicación de la reforma tributaria.

Eso sin mencionar los efectos de nuevas sanciones que Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA), y la Unión Europea (UE), puedan aplicar al Gobierno de Daniel Ortega, o los efectos de la reforma tributaria sobre el comercio, la producción industrial, o agropecuaria.

La caída de 12.3% en la recaudación tributaria del primer trimestre de este año, “obedece al menor nivel de producción, al menor nivel de consumo, al menor nivel de importaciones, y también al menor nivel de exportaciones”, aseguró el economista en entrevista con el programa Esta Noche, que se transmite en línea.


La consecuencia de esa menor disponibilidad de recursos, es una contracción del gasto público, más del gasto de inversión que del gasto corriente que es el que se usa “para pagar la planilla”, y para pagar “los bienes y servicios de consumo que la burocracia necesita para funcionar”, detalló el estudioso.

El problema de fondo es que, al priorizar los salarios del personal que –suponen ellos- constituye la base de su feligresía política, la administración está profundizando el desempleo, porque paraliza los proyectos de inversión pública.

Esa decisión también contiene la aceptación tácita de que no hay confianza en este Gobierno, lo que le impide financiar el déficit por medio de la colocación de deuda en el mercado de valores, pues “hay poca confianza de los inversionistas financieros -entiéndase las entidades bancarias del país- para comprar esos títulos”, aseguró.

Un torpedo llamado Bancorp

Si bien disminuyó la abrumadora extracción de depósitos del público en el sistema financiero nacional entre enero y abril, periodo en el que salieron 235.3 millones de dólares (81.6 millones en enero, 19.9 millones en febrero; 108.1 millones en marzo y 25.7 millones en abril), versus los 495 millones que se volatilizaron en el último cuatrimestre de 2018, el cierre de Bancorp significa una presión extraordinaria sobre las reservas internacionales del país.

El proceso de disolución voluntaria anticipada que decidió la junta directiva del Bancorp, exige priorizar la devolución de todos los depósitos que el público no bancario tenía en ese banco, que al 31 de marzo, sumaban 276.6 millones, por la combinación de 202 millones de dólares, más 2442 millones de córdobas.

El daño a las reservas internacionales, que supone el cierre del Bancorp –a la sazón, el banco más pequeño del sistema- es inversamente proporcional a su tamaño, porque el extinto Banco del ALBA tiene depositados en el Banco Central de Nicaragua (BCN), 73 millones de dólares en encaje en moneda extranjera, más otros 45 millones en títulos valores pagaderos en dólares.

Adicionalmente, tiene una cartera de préstamos de 68 millones de dólares, dinero que tomó de los depósitos. “Si quiere devolver todos los depósitos, tiene que comprar 68 millones de dólares al Banco Central para dárselos a los depositantes, y tiene que sacar casi 112 millones de dólares más, por los depósitos e inversiones en moneda extranjera, y eso bota las reservas”, avizoró el experto.

El problema no solo se expresa en billetes verdes. El BCN también tendrá que desprenderse de caso 3050 millones de córdobas (2301 millones en letras estandarizadas emitidas por el Banco Central más 745 millones en encaje legal), para devolvérselos al Bancorp.

“Antes de enviar a un liquidador para una disolución anticipada voluntaria, el Banco Central tiene que desprenderse de más de 3000 millones de córdobas, y casi 200 millones de dólares, y entregárselos al Bancorp”, dijo Avendaño, recordando que ese monto (3000 millones de córdobas), es el que el BCN reduce cada año, en córdobas, para garantizar la estabilidad del tipo de cambio, y el Índice de Precios al Consumidor (la inflación).

El efecto de esos movimientos de recursos es una mayor contracción de la economía (el Estado dispone de menos dinero para incentivar cualquier actividad productiva), y un incremento del riesgo en la capacidad del Banco Central de mantener la estabilidad macroeconómica.

La razón es que, el requisito para que el tipo de cambio esté estable, y la inflación no acelere tanto, es que la división del monto de reservas brutas entre la base monetaria, resulte en un número menor o igual a 2.5, pero la caída de las reservas (por el cierre del Bancorp), más la inyección de más de 3000 millones que saldrán de las arcas del BCN, harán que esa relación se reduzca hasta quedar en 2.0 o menos.

El resultado es “una fuerte presión del público para comprar dólares en los bancos” buscando “cómo dolarizar los córdobas, porque existiría el riesgo de una… aceleración de los precios al consumidor”, explicó Avendaño.

La pérdida de depósitos

En montos absolutos, el retiro de depósitos ha afectado más a los bancos más grandes: BAC, Banpro, Lafise y Ficohsa. En ese orden. Pero cuando se observa en términos porcentuales, resulta que el más dañado ha sido Ficohsa, y luego BAC, Banpro y Lafise, afirma Copades, con datos de la Superintendencia y el Banco Central.


El impacto de más sanciones

A los riesgos internos se suman las posibles sanciones dictadas por el sistema internacional, el principal contrapeso que preocupa a la administración de Daniel Ortega, pero también al economista Avendaño, quien advierte que eso puede llevar a “una paralización total del financiamiento en la cartera de inversión pública”.

El cierre –o simplemente, la disminución de los grifos de instituciones multilaterales como el BID, el BCIE, y el Banco Mundial- puede generar la pérdida del 80% del financiamiento de todos los proyectos de inversión pública que tiene el país en estos momentos.

Ese embargo financiero, es el principal problema que puede afectar a la economía en este momento, pero el país también corre el riesgo de sufrir un embargo comercial, de acuerdo con Avendaño.

“Si la OEA aplicase… la Carta Democrática Interamericana, eso implicaría que se suspende no solo la asistencia financiera de todos los países del continente hacia Nicaragua, sino que nos aíslan comercialmente”, dejando sin efecto no solo el Cafta, sino todos los tratados de libre comercio con el resto de países de América, incluyendo Canadá, México, Panamá y Chile, entre otros.

Unos cuantos de esos elementos que lleguen a materializarse, bastan para validar los pronósticos de Copades, que prevé “una caída de 9.4% en el producto interno bruto. Estaríamos retrocediendo en ingreso per cápita, alrededor de ocho años al concluir este diciembre, sin considerar todos los efectos colaterales de estas medidas, más externas que internas”, recalcó Avendaño.

Eso sin olvidar el peso adicional que representa la reforma tributaria sobre las grandes, medianas y pequeñas empresas de las ciudades, pero también sobre la producción agropecuaria, que vaticina una disminución de las áreas sembradas, de la productividad, y de la producción nacional.

Copades también ve que “la tasa de inflación este año ya llegó al 6% interanual y pronosticamos 8% a finales de diciembre”. Y eso sin que el Estado haya efectuado el ajuste salarial del 5%, y sin que la mesa tripartita haya otorgado ningún aumento del salario mínimo, igual que las empresas privadas.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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