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Medardo Mairena: “Mi compromiso no es con una plataforma, es con los campesinos”

El líder anticanal y dos veces preso político, reorganiza el Movimiento Campesino en el exilio, y habla de la oposición, y la comunidad internacional

Medardo Mairena

Medardo Mairena, líder del Movimiento Campesino y dos veces preso político, desterrado a Estados Unidos. // Foto: Tomada de Facebook

Redacción Confidencial

21 de septiembre 2023

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Después de su segunda excarcelación como reo de conciencia de la dictadura orteguista en Nicaragua, el líder campesino Medardo Mairena –desterrado a Estados Unidos en febrero de 2023– viajó a Costa Rica para reorganizar el Movimiento Campesino en el exilio, con la integración de una nueva junta directiva en este y otros países y Estados donde los campesinos, cómo él, han tenido que refugiarse de la persecución política en el país.

Sin embargo, también alega que “no tuvo tiempo” de reunirse con la otra facción del Movimiento Campesino, liderada por Francisca Ramírez, en Upala, Costa Rica. En entrevista con el programa Esta Noche, también evade su relación con la plataforma opositora Monteverde, y asegura que su “compromiso no es con ninguna plataforma, sino con los campesinos”.


Según Medardo Mairena, entre el Movimiento Campesino "no hay diferencias", sino el objetivo común, de continuar la lucha contra la dictadura orteguista y destaca la pluralidad de la organización que se levantó hace casi una década contra el fracasado proyecto del canal interoceánico que pretendía despojarlos de sus tierras.

Ante los  cuestionamientos por la falta de unidad y diferencias, el exprecandidato presidencial argumenta que los excarcelados políticos "no traen la solución" de la cárcel, y sostiene que muchos intentan un equilibrio entre la lucha y la necesidad de sobrevivir en el destierro, con enfermedades y carencias.

Asimismo, demanda a la comunidad internacional que no sea indiferente a la crisis sociopolítica de Nicaragua y reclama que todavía haya países aportando recursos económicos a la dictadura. “No es posible que a estas alturas se permita semejante arbitrariedad, inyectándole recursos económicos a un gobierno ilegítimo”, reclama.

Medardo, llegaste a Costa Rica por primera vez después de tu segunda excarcelación, ¿te reuniste con grupos de oposición?

Una de mis prioridades, como siempre, ha sido reencontrarme con mis hermanos campesinos. Nos encontramos disgregados en distintas partes del mundo. Desde que salí de la cárcel, los he venido tratando de reencontrar con el interés de reorganizarnos. He estado haciendo directivas en distintos Estados, en Estados Unidos, ahora en Costa Rica. También tenemos mapeados en España, en algunos países de Europa. Esto con el fin de continuar organizados, como el Movimiento Campesino lo ha demostrado desde su nacimiento. Ya tenemos más de una década de estar organizados, y el fin es recuperar nuestras energías, la fortaleza, para continuar nuestra lucha. 

¿Cuál es la situación de este Movimiento en el exilio y también en Nicaragua?

Dentro de Nicaragua, como sabemos, es muy difícil poderse organizar. A la junta directiva, que se encontraba en Costa Rica, se le venció su período. Lo que hicimos fue una asamblea donde nos reorganizamos, y hoy contamos con estructura también en Costa Rica. Sabemos que no es la única estructura porque también hay estructuras en otros cantones. También estuve por Los Chiles, que también se conformó la directiva en Pavón y se conformó en San José. Y es así como poco a poco vamos creciendo, a nivel organizativo. Esto con el objetivo de escuchar sus planteamientos, sus necesidades, sus demandas, porque los líderes no podemos arrogarnos tener la representatividad de nuestro Movimiento si no nos sentamos a escuchar el planteamiento de las bases. Los campesinos son muy humildes, pero también tenemos la capacidad de autorrepresentarnos, y tenemos clarísima toda la ruta, cómo nosotros podemos fortalecernos para continuar nuestra lucha en busca de la liberación de los presos políticos, de poder salir de la dictadura y, por supuesto, construir un verdadero Estado de derecho. 

¿Y en este viaje a Costa Rica te reuniste con los campesinos de Upala y con Francisca Ramírez?

No tuve tiempo para poderme reunir con todos. No pude de alguna manera visitar todos los territorios por cuestión de tiempo, pero espero que podamos hacerlo muy pronto. Sé que no es fácil para mí hacer esta gira, porque realmente se requiere de tiempo, de recursos económicos, pero de alguna manera, haré un esfuerzo para que también, con las estructuras que ya están, también poder continuar –aunque sea de manera virtual– el tema organizativo. Con la directiva que quedó conformada, la intención también es poder visitar los territorios que yo no pude visitar. 

Tienen diferencias, ¿son irreconciliables esas diferencias?

No es que tengamos diferencias, nunca hemos tenido diferencias. el Movimiento Campesino es bastante plural,  todos estamos clarísimos de la razón por la cual nos organizamos y sabemos que los cargos son temporales y también tienen vencimientos. Si ves, yo en algún momento fui coordinador del Consejo Nacional, hoy no soy el coordinador, pero igual creo que estoy más que comprometido de buscar cómo reorganizarnos. No necesariamente debo tener un cargo para ayudar a mis hermanos campesinos, que se puedan organizar y también ser puente entre ellos mismos para que podamos encontrar la solidaridad. 

En el caso de Costa Rica, ¿hay dos Movimientos Campesinos?

Lo que hay son distintas directivas, que están en distintos territorios, pero el objetivo es el mismo. Cuesta tal vez entenderlo, porque –por ejemplo– hay plataformas que dicen tenemos diez, quince organizaciones. Nosotros no decimos que tenemos organizaciones. Es una sola organización. Aun así, no es que los campesinos estemos 100% en una sola página. Hay que ser bien honestos en este tema. Tal vez hay cosas en que diferimos entre nosotros mismos y es muy válido. Esa es la democracia que necesitamos, que podamos aprender a escucharnos entre nosotros mismos. Al final, lo importante es que tenemos un objetivo en común, que es el que nos une para poder luchar juntos. 

Cuando la dictadura excarceló y desterró a los 222 presos políticos, muchos dijeron que la cárcel los había unido, pero las diferencias parecen estar presentes.

Yo creo que ese es un error pensar que de la cárcel venís con la solución. Lo que traes son muchos problemas. Pueden ser de salud, psicológicos, y a veces creo que –en cuanto nosotros salimos– se nos demandan muchas cosas que no están al alcance de nosotros. A veces pareciera, cuando escucho eso, como si nosotros estábamos en un salón, dialogando, discutiendo los temas sobre la situación de Nicaragua, cuando lo hemos dicho –hasta la saciedad– es la represión brutal que teníamos dentro de la misma cárcel, de no permitir ni siquiera poder hablar entre nosotros mismos, mucho menos que pudiéramos haber traído la solución. Obviamente, si hubiésemos tenido la oportunidad de conversar entre nosotros, hubiésemos avanzado sobre estos temas. Hay muchas personas que nos demandan, pero no se han tomado la molestia de preguntar sobre nuestra situación de salud, como estamos haciendo para sobrevivir. Creo yo que el primer paso que debemos dar es escuchar a las bases para que nosotros podamos tener la moral, la autoridad, el respaldo.

Un respaldo con legitimidad solamente lo vamos a alcanzar escuchando, porque así es como nosotros nos hemos movido ante las distintas instancias de la comunidad internacional, para poder llevar los planteamientos. Aquí mismo, en Costa Rica, pude reunirme con personas de distintas organizaciones como los excarcelados políticos, la Unidad Liberal José Santos Zelaya, Liberales en el exilio, Iniciativa por el Cambio. Hay tantas organizaciones que demuestran que sí tienen la gran voluntad para que podamos sentarnos en esa concertación, donde podamos traer nuestras demandas, llegar a una sola página y posteriormente convertirla en un plan de acción y una propuesta también hacia la comunidad internacional que nos ayude a cambiar la correlación de fuerzas dentro de Nicaragua. 

Oficialmente sos parte del proceso de concertación Monteverde. ¿Tenés participación activa, de forma individual o en representación del Movimiento Campesino?

Yo estuve en la Asamblea de Houston de Monteverde, así como he estado también en Miami con distintas plataformas. Mis reuniones con las distintas plataformas, no es casarse con una plataforma. Es más, a mi manera de ver las cosas, yo creo que ni siquiera debe ser una plataforma u otra. Creo que aquí es sentarnos de una manera responsable, madura, que podamos pegar en una sola página las demandas de cada plataforma para convertirlas en un plan de acción.

Entonces, mi compromiso no es con una plataforma, es con los campesinos, mi compromiso es con el Movimiento Campesino y por supuesto, con el tema de la unidad. El tema de la unidad es donde abarca las distintas plataformas que podamos lograr dar ese paso hacia la ansiada unidad que el pueblo de Nicaragua ha venido demandando. 

Ya son cinco años de la imposición de un Estado policial de facto. La represión cada día es más radical y menos tolerante a las expresiones de resistencia, tanto dentro como fuera de Nicaragua. ¿Cómo se puede resistir a lo interno del país? 

Es una situación bien compleja. Creo que de alguna manera hemos tratado de cambiar el método de lucha y hemos aprendido de los errores, porque al enemigo no se le debe decir cuál es el camino, dónde vas a caminar, sobre todo cuando tenemos una dictadura que está totalmente enraizada en el poder. Ortega es capaz de pasar por 50 000 muertos más, si es necesario, con tal de mantenerse en el poder. Entonces tenemos que protegernos a nosotros, proteger a nuestros hermanos de lucha que también resisten desde adentro y la intención es no exponerlos. Nuestro trabajo en el exilio –aunque algunos tal vez no lo ven desde ese punto de vista– ha dado fruto. El hecho de que todavía nos mantengamos en la agenda de la comunidad internacional no es por casualidad, creo que (es por) el trabajo constante que se ha venido haciendo con los distintos actores diplomáticos de distintos países del mundo. 

¿Qué esperan de la comunidad internacional?

La comunidad internacional ha estado muy pendiente, condenando todos los actos, exigiendo la liberación de los presos políticos. Nuestras exigencias han sido escuchadas en la comunidad internacional. Pero también esperamos que no sean indiferentes. Yo creo que deben de pasar más allá de las condenas por escrito, que la dictadura obviamente no ha querido entender. Y cuando hablo más allá es que existen procedimientos internacionales, como por ejemplo, que algún país decida ayudarnos a demandar a la dictadura por los crímenes de lesa humanidad ¿Por qué no, llevarlo a los tribunales de justicia? Nosotros hemos aportado nuestro granito de arena. Todo lo que está a nuestro alcance. Pero hace falta dar el siguiente paso y que esto nos ayude a cambiar la correlación, para que cese la represión contra la Iglesia, contra los liderazgos, contra los defensores de derechos humanos, contra la sociedad civil, contra los jóvenes, contra los campesinos, contra los indígenas.

Es injusto que todavía haya países que estén aportando recursos económicos a la dictadura. No es posible que a estas alturas se permita semejante arbitrariedad, inyectándole recursos económicos a un gobierno ilegítimo. Porque no es Gobierno.

La misma comunidad internacional desconoció el proceso electoral. Por lo tanto, deben ser más congruentes y pasar del dicho al hecho. Aunque no reconocieron las elecciones, de alguna manera, lo reconocen, porque le están dando recursos económicos, porque lo están retroalimentando. Pero no puede ser posible es que sean indiferentes ante tanta masacre o tanto pueblo sufrido que está asesinando la dictadura.

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Redacción Confidencial

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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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