16 de diciembre 2022
La activista de derechos humanos Bianca Jagger señaló este jueves 15 de diciembre ante la Comisión de Derechos Humanos Tom Lantos, del Congreso de Estados Unidos, que el camino del diálogo es inviable con “un régimen que comete crímenes de lesa humanidad”, por lo que demandó al presidente Joe Biden y al papa Francisco “más firmeza” contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
Jagger explicó a los congresistas que ha implorado al papa Francisco que condene al dictador nicaragüense e interceda a favor del obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, actualmente bajo arresto domiciliario y acusado de supuesta conspiración y propagación de noticias falsas, pero asegura que le ha respondido “que es necesario un diálogo con el país”.
“Como defensora de los derechos humanos, toda mi vida, siempre he creído que uno debe seguir un camino de diálogo”, pero cuando hay “algunas posibilidades, no cuando se trata de un régimen que está cometiendo crímenes de lesa humanidad, y que cada día va en aumento la persecución a la Iglesia del pueblo y las torturas a los presos políticos”, afirmó tajante durante una sesión sobre “El peligroso estado de la libertad religiosa en Nicaragua”.
👉🏿You can watch my testimony at the hearing of the Tom Lantos Human Rights Commission in the US Congress about ‘The Perilous State of Religious Freedom in Nicaragua https://t.co/6Xsxyjqnd9 via @YouTube
— Bianca Jagger Nicaraguense por gracia de Dios 🇳🇮 (@BiancaJagger) December 15, 2022
La activista nicaragüense recordó que solo este año Ortega y Murillo expulsaron del país al nuncio apostólico, Waldemar Sommertag; ilegalizaron la Asociación Misioneras de la Caridad, de la orden de la madre Teresa de Calcuta, y echaron a 18 monjas misioneras; cancelaron una docena de medios de comunicación católicos y mantienen prisioneros a un obispo y once sacerdotes.
Sanciones no dan resultados
Jagger no solo cuestionó el camino del diálogo, sino también el de las sanciones impuestas por el Gobierno del presidente Biden, que ha incluido a Nicaragua en la lista negra de países que violan la libertad religiosa, ha prohibido la entrada a cientos de nicaragüenses y ha castigado a la industria minera.
La activista, que durante años ha criticado la imposición de sanciones financieras al país, señaló que ha llegado a la conclusión de que Nicaragua se ha convertido en “una gran cárcel, donde la gente sufre”, en “un Estado terrorista” que “persigue a cualquiera que se atreva a cuestionar lo que está haciendo”.
Por esa razón, Jagger pidió a los congresistas que vayan más allá de las sanciones y no se olviden del país, “aunque sea pequeño y no tenga petróleo”, porque “es muy importante desde el punto de vista geopolítico” debido a la presencia militar rusa.
El congresista demócrata James P. McGovern coincidió en que “las sanciones son una herramienta, pero no una solución”. “Imponemos sanciones y eso es todo. Nada cambia, la gente sufre”, afirmó.
McGovern es partidario de aplicar reciprocidad a Managua, que en octubre rechazó al nuevo embajador designado por Washington, Hugo Rodríguez.
El asesor del Wilson Center, Eddy Acevedo, que también participó en la sesión, propuso que, además de expulsar al embajador de Nicaragua en Estados Unidos, ese país podría usar su voto e influencia para bloquear los préstamos a Nicaragua “a no ser que promuevan la democracia”.
Según estimaciones de Acevedo, desde 2018 Ortega ha conseguido préstamos por valor de 1200 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Otras de las recomendaciones de Acevedo son expulsar a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA) y prohibir la importación de carne bovina procedente de regiones “donde se ha ocupado” las tierras de indígenas. Recomendaciones que los congresistas se comprometieron a transmitir a la Casa Blanca y al Vaticano.