5 de octubre 2016
El domingo dos de octubre recién pasado, vi en Cuarto Poder, programa que dirige Miguel Mora en 100% Noticias, una discusión que me llamó la atención. No me voy a referir a todo lo que se habló sino a dos cosas: una por paradójica y la otra por considerarla manipuladora.
La primera: uno de los invitados, el periodista, Moisés Absalón Pastora, en referencia a que si un diálogo debía o no incluir al MRS, dijo que él no consideraba que el MRS debía estar en ningún diálogo sino hasta que sus integrantes se hicieran responsables de los males que habían causado en los ochenta, de las desgracias que habían acarreado para Nicaragua en esos años. Este señor me reveló una significativa paradoja: A quien se le reprocha su sandinismo, ya no es a Daniel, ni al FSLN con quien cómodamente conviven, sino al MRS. El MRS se ha convertido en el pararrayos de todo el rencor acumulado por muchos contra el sandinismo de los años ochenta; un sandinismo que ya no ven más en Daniel Ortega, a quien parece están dispuestos a perdonarle hasta los mismos estilos de gobierno que a ellos los llevaron a rebelarse e irse a la Contra en los ochenta.
Es verdaderamente pasmosa la manera en que la mente humana busca chivos expiatorios y exime a los poderosos de sus responsabilidades. Como dice el dicho: “al perro más flaco se le pegan las pulgas”. La paradoja es mayor cuando se recuerda que el MRS se separó del FSLN por su desacuerdo con Daniel Ortega sobre la importancia de recuperar la democracia y sostenerla como principio. Ortega no cedió. Jugó a la democracia para llegar a desmantelarla. De ese enfrentamiento surgió el MRS.
En el aspecto manipulador, debo mencionar la intervención de Edén Pastora. Edén, repitió lo que parece ser la línea “oficial” Orteguista en relación al NicaAct: los responsables de que se hayan discutido sanciones contra el quiebre de todo el aparato electoral legítimo y el fin de sistema democrático en Nicaragua, en el Congreso de EE UU, son un grupo de nicas que se reunieron en Washington con personeros del Gobierno de EE UU. Pastora llevaba una foto, la exhibió ante las cámaras y dijo que esos eran los del MRS reuniéndose en Washington, yendo de vende-patrias a pedir sanciones. Sergio Marín, otro panelista, intervino y le empezó a mencionar nombres de las personas que estaban en la foto y que no eran del MRS. Del MRS sólo había una persona en la foto. Sin embargo, él le achacó toda la culpa al MRS. Interesante.
Ahora bien, ¿quién ha dicho que denunciar ante la comunidad internacional las actuaciones lesivas de la democracia del gobierno de uno, sea ser “vende-patria”?
En los setenta, yo y muchos como yo, militantes del FSLN, viajamos exhaustivamente por Europa y Estados Unidos denunciando el desgobierno y la dictadura de Somoza. Cerradas todas las vías de protesta y cambio cívico en nuestro país, debíamos dar cuenta de lo que sucedía en Nicaragua bajo Somoza, y sí, pedir que la comunidad internacional, actuara y le pusiera presión al dictador, puesto que a nosotros todas las puertas se nos habían cerrado.
La discusión del caso de las sanciones a Nicaragua en el Congreso de EE UU, tuvo que ver, no con estos representantes recibieran una delegación nicaragüense, sino con que, Ortega, con sus acciones, les sirvió en bandeja los argumentos que estos Congresistas, muy conservadores, necesitaban para armar su caso ante los demás.
Pero esta película también la vimos. Las sanciones serían un desastre, pero el único que puede impedirlas es el mismo Ortega. Pero no las impedirá. Más bien las utilizará contra la oposición, echándole la culpa de sus arbitrariedades.
El MRS se debe sentir bastante orgulloso de haberse convertido -igual que lo fue el Sandinismo en el pasado- en la fuerza política a la que le teme el poder autoritario y sus aliados más cercanos. Posición difícil sin duda, pero difícil es el camino de una oposición verdadera en un país de una política tan manipulada y socavada como éste.
Aunque no milito en el MRS, soy una fiel simpatizante. Las evidencias demuestran que se ha ido colocando como el partido más recto y consecuente en su proceder. El día que me decida a militar de nuevo, ya sé dónde ir.
No quiero dejar de reconocer el programa de Miguel Mora. Hubo un debate y eso, de por sí, es un logro muy grande en este país. No veía usualmente este programa pues no veo mucha TV, pero lo felicito.