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Macron y Merz sobre América Latina

Mientras Friedrich Merz Merz ha llamado a ratificar el acuerdo con Mercosur, Emmanuel Macron ha comenzado a utilizar argumentos proteccionistas

El presidente francés, Emmanuel Macron (der.) saluda al canciller alemán, Friedrich Merz, en la entrada principal del Palacio del Elíseo en París, el 7 de mayo de 2025. // Foto: EFE/Hannibal Hanschke

Rafael Rojas

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La insólita mezquindad a la que está llegando la política internacional puede ilustrarse con la declaración de la vocera de la Cancillería rusa, María Zajárova, repetida por algunos medios latinoamericanos aliados de Moscú, de que Emmanuel Macron, Friedrich Merz y Keir Starmer estaban drogándose en el tren que los trasladaba a Kiev. Los medios que repiten esas acusaciones autorretratan su visión grosera y pueril de la diplomacia en un mundo que día con día naturaliza más la guerra.

Mucho más importante que la servilleta de papel de Macron o la cucharita de Merz es lo que en los últimos días han estado hablando sobre América Latina estos mandatarios europeos. En las pláticas, una vez más, ha quedado en evidencia el distinto enfoque que alemanes y franceses están aplicando a la relación comercial con América Latina. Mientras Merz ha llamado a ratificar el acuerdo con Mercosur, que respaldan Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, Macron ha comenzado a utilizar argumentos proteccionistas, un tanto parecidos a los de Trump.

El tema es crucial en los preparativos de la Cuarta Cumbre de la Celac y América Latina, a celebrarse en el otoño de 2025. Lula ha insistido en la importancia de ese foro en los últimos meses y presiona a favor de que el acuerdo, listo desde fines de 2024, sea ratificado. Para ello necesita el respaldo francés, además del alemán, que parece asegurado.

Junto a los alemanes, son los chinos quienes más decididamente apuestan al libre comercio en todos los foros posibles. China ha participado activamente en los últimos encuentros de la Celac y tiene varios protocolos paralelos con el Mercosur y, a nivel bilateral, con la mayoría de los Gobiernos suramericanos. Qué fascinante paradoja la de una China que reitera su defensa del libre comercio en todos los continentes, mientras Estados Unidos y una parte de Europa se repliegan.

Las líneas de crédito que ha abierto China a favor de América Latina, y que enojan a Trump, pueden tener un impacto favorable en el Mercosur y la Celac. La expectativa de que líderes de la región más alineados con Trump, como Javier Milei, Nayib Bukele o Daniel Noboa, pongan un freno al avance de China en América Latina no se está cumpliendo, lo que debería llamar la atención no sólo de Washington sino también de la Unión Europea.

Por la vía de los créditos, además de sus enormes inversiones en el Cono Sur, China podría convertirse en un factor moderador de la polarización latinoamericana entre “progresistas” y “trumpistas”. Probablemente, lo único que tengan en común Lula y Milei, Boric y Noboa, Arce y Boluarte sea que comparten una región en la que los chinos son ya el principal financista y contratista en energía, minería, infraestructura y telecomunicaciones. Esa evidencia define la lectura correcta de Merz e, incluso, de Starmer, a la que Macron intenta enfrentarse con guiños proteccionistas o de intercambio proporcional, que suenan a sofismas de ocasión.

*Este artículo se publicó originalmente en La Razón de México.

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Rafael Rojas

Rafael Rojas

Historiador y ensayista cubano, residente en México. Es licenciado en Filosofía y doctor en Historia. Profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) de la Ciudad de México y profesor visitante en las universidades de Princeton, Yale, Columbia y Austin. Es autor de más de veinte libros sobre América Latina, México y Cuba.

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