28 de noviembre 2023
A mi edad ya no despiertan interés muchas de las trivialidades comerciales, aunque deslumbren, como un certamen de belleza, por ejemplo. Y no porque no me guste la belleza. Aunque puede ser, como dicen algunos jóvenes irrespetuosos… llegar a viejo es andar con el sepulturero detrás. Como todo lo que nace muere, todos, a cualquier edad, andamos un sepulturero detrás…
En verdad, siempre estoy interesado en todas las cosas que tienen relación con mi país, como el triunfo de la nicaragüense Sheynnis Palacios, porque, además, se sale de lo común y de lo trivial. ¿Cómo no emocionarse por el triunfo de esta muchacha? No se emociona quien ha perdido su sensibilidad, que es como medio vivir.
Con todo y que sabemos cómo se comercia con la belleza, la natural vanidad femenina y las aspiraciones legítimas de las mujeres de todo el mundo con esos concursos, no se puede evitar satisfacción por el triunfo de esta joven nicaragüense y, ¿por qué no decirlo? también sentir sana alegría al ver a todo un pueblo eufórico, como no lo había estado en muchos años, porque le han faltado motivos para alegrarse.
Una alegría merecida, igual que la joven Palacios, merece todos los homenajes que puedan darles los nicaragüenses, como todavía se lo siguen tributando desde el momento que se conoció la noticia al instante por la Internet, que no permite ignorar eventos de alguna importancia ni atrasar su divulgación. Internet también ofreció y sigue ofreciendo imágenes de las demostraciones de júbilo de los nicaragüenses por el éxito de su bella compatriota. Esto no es mezquino patrioterismo, ni estrechez localista, sino un noble sentimiento humano de solidaridad.
II
Si alguien no lo siente ni lo quiere entender así, no tiene importancia. Es un hecho natural que no haya unanimidad en todo. Pero es anti natural negarse a entenderlo y en cambio demostrar un gratuito rencor contra quienes lo entienden de modo genuino y sincero.
Entre las manías de viejo que tenemos es no ponerle atención a las tonterías que dicen cotidianamente algunos personajes públicos, solo porque disponen de los medios para decirlas, algo que tampoco sorprende a nadie. Para eso es la libertad de expresión; el problema es que esa libertad se les roba a los demás. Y como es así, por lo menos se aspira al derecho de escuchar ideas, aunque no las compartamos todas, escuchar noticias que tengan alguna novedad, no solo una morbosa adjetivación de todo y contra todo lo existente.
Se me salió este sustantivo –adjetivación— y parece necesario recordar el mal efecto cultural que produce el vicio de adjetivarlo todo sin ton ni son; o sea, utilizar adjetivos calificativos (en este caso descalificativos) para pretender quitarle valor a un hecho, a una frase, a una oración, a las personas. Y esto es peor cuando no concuerdan con la realidad. Entonces, con esos adjetivos, solo se auto retrata el oficioso adjetivador.
Por ejemplo, calificar como golpismo destructivo una manifestación de júbilo espontánea, como el de la mayoría de la población de todas las ciudades del país por la nominación de Miss Universo a una bella compatriota, es negar el derecho de expresar alegría, lo cual es una mezquindad, máxime en un país donde los motivos para alegrarse prácticamente los han hecho desaparecer.
Es algo demencial por disparatado y desproporcionado. Y denigrar a quienes participan en una celebración sin matices políticos, solo con una legítima alegría nacional, es una actitud derivada de la demencia, lo cual es para preocuparse, pues entonces se trata de… la pérdida irreversible de facultades mentales, según lo interpretan los mataburros.
En esta colectiva demostración de sana alegría en reconocimiento al merecido éxito de Sheynnis Palacios, no ha habido ningún signo de violencia verbal, menos física, contra nada ni contra nadie. Solo dos nombres salían de las bocas de las multitudes, alegrando la noche del sábado 18 de noviembre desde las plazas, las calles y los hogares nicaragüenses: ¡Sheynnis! y ¡Nicaragua!
Llamar a esto aprovechamiento grosero no tiene más sentido que el prurito deseo de ofender. O más exacto: es grosería confundir la realidad con su malsano deseo. Esto lo hace solo quien tiene un sentimiento enfermizo y se siente el centro del mundo; quien piensa que, si las miradas y los aplausos no son para él, siente que son en su contra, aunque nadie esté pensando en su engreída personalidad.
III
Ese desbordado, e injustificado egocentrismo, solo puede salir de un funcionario público abusivo, para quien una demostración de alegría popular solo es válida cuando son sus empleados quienes desfilan ante sus enfloradas tribunas, gritando consignas y portando banderas de su bendecida secta política. Y que, además, como se siente dueño de las personas, piensa que deben pedirle permiso hasta para reírse.
La bandera azul y blanco parece ofenderle, o provocarle ira, verla ondear libre y alegremente en actos públicos y ondeadas por manos de nicaragüenses aún en libertad. Albergar tales sentimientos, es no concebir ni tolerar que millares de nicaragüenses demuestren simpatías voluntariamente, sin que nadie los obligara.
La sinceridad y la espontaneidad de esa demostración de alegría popular, está en que nadie espera recibir nada de parte de una joven que solo tiente humildad y belleza; lo que obtendrá por su triunfo ya se lo ha ganado ella sin perjudicar a nadie, y más bien alegrándonos a todos. O casi a todos, si se resta a los envidiosos. Ella tampoco tiene empresas, comercios, bancos ni poder político con cuyos recursos poder alquilar simpatizantes para que le aplaudan.
III
Veamos parte de la colección de adjetivos prodigados en contra de los manifestantes en los actos celebratorios por el triunfo de Sheynnis Palacios:
Egoístas. No puede haber egoísmos en quienes expresan en cuerpo y alma su cariño a quien se lo merece, sin pedirle ni esperar nada de Sheynnis Palacios.
Malvados. No hay maldad en quienes son sinceros al momento de aplaudir a quien no se los ha pedido; ni se enfurecen ni sienten odio hacia otros cuando hacen cosas justas que ellos no pueden hacer.
Vividores. No son quienes viven a cuenta de su trabajo honrado; son vividoras las personas que, además de no trabajar para producir algo de valor, disfrutan de la riqueza.
Groseros. ¿Cómo pueden ser groseros los que expresan con sinceridad su alegría sin malos modales, sino con sana alegría, por el éxito de otra persona? Groseros son quienes, además de enfurecerse por el éxito ajeno, ofrenden a sus simpatizantes.
Terroristas. Los que practican este abominable delito, se organizan, planean, seleccionan los objetivos o las víctimas. Esto no lo hicieron quienes no participaron en la organización ni en la selección de Miss Universo. Entonces… ¿en dónde está el terrorismo de quienes se manifestaron solo armados de alegría por el triunfo de la bella nicaragüense?
Golpistas. En manifestaciones públicas masivas, compactas, gesticulaciones de alegría, la gente se da golpes de modo accidental, pero sin trascendencia. Es normal. Lo anormal es que los golpistas de verdad, más si son guardias, actúan metralletas en manos para botar a un gobernante, aunque lo hubieran elegido democráticamente.
Golpistas como esos los ha habido en Nicaragua y en todo el mundo; pero hay golpistas de gobiernos dizque civiles, pero utilizan el poder de sus guardias para golpear la convivencia pacífica, para lo cual comenzaron violando la Constitución Política. Ninguno de esos tipos de golpistas…estuvo en las plazas de Nicaragua el sábado 18 de noviembre de este año del señor, 2023.
Enemigos de la paz. La paz no solo es ausencia de la guerra. Hay paz, cuando hay concordia nacional, un tácito acuerdo de convivencia, vida con sosiego y trabajo en un estado de calma, reposo familiar. En fin, hay paz cuando no se hostiliza a la gente sin ningún motivo.
¿Acaso no es en contra de todos esos conceptos de la paz, quienes no dejan de actuar en contra de los nicaragüenses, de Sheynnis y sus simpatizantes?
No hay espacio para más adjetivos. Pero con los adjetivos que sobran pueden elaborar su mínimo diccionario. Pueden hacer su violento Laroussito, pues.
Al margen de estas cuartillas
*Desde el sábado 18 de noviembre 2023, Nicaragua adquirió renombre universal por la belleza de una sencilla compatriota...
*Desde el 18 de enero de 1867, por la poesía del compatriota universal, hemos adquirido el orgullo de ser nicaragüenses…
*Desde el 15 de septiembre de 1821, hemos tenido que vivir bajo el estrecho y perverso universo de las dictaduras…
*Como vemos, en el recuento de estas tres efemérides nacionales, vamos de adelante hacia atrás...
*Y si hacemos una retrospectiva espiritual, estaríamos con tres victorias y una derrota: las victorias son: con Rubén Darío en poesía, Sheynnis Palacios en belleza y contra Somoza en política; estamos ganando el juego histórico 3x1. *Lo malo es que el duelo con la segunda dictadura… ¡se nos ha extendido con un largo extra inning!