PUBLICIDAD 1M

Dictaduras al gusto de todos los sistemas   

El régimen Ortega-Murillo acumula propiedades y riqueza, con igual avaricia que los más grandes y tradicionales capitalistas de Nicaragua

Afiche con consigna Ortega y Somoza, son la misma cosa

16 de mayo 2023

AA
Share

De modo que no es por falta de dictaduras que el mundo sufre… sino porque sobran. Y tan trillada ha llegado a ser la lucha ideológica en torno a las dictaduras, que hasta escritores serios reciclan las más burdas ideas que figuran en el presupuesto ideológico de la derecha para utilizarlas como espadas flamígeras para reducir a cenizas las ideas contrarias.  

El inconveniente surge cuando se disparan acusaciones que no calzan con las características del sujeto contra el cual combaten. Esto lo vimos en el comentario del analista don Fernando Mires, quien escribió que…“La doctrina marxista (…) en el mejor de los casos, es solo consumible por los dictadores cretinos que gobiernan en pobres países como Nicaragua y Venezuela”. (Confidencial, 08/05/2023)


Como nicaragüense informado sobre lo que aquí pasa y se soporta, nos parece que el marxismo, según esa frase (“consumible solo por cretinos”) aparte de poca elegancia intelectual utilizar tan feo adjetivo contra una ideología –cualquiera que esta sea— está fuera lugar, porque Ortega no es marxista, y porque cualquiera y en cualquier país, puede ser un dictador, incluso siendo un analfabeto en marxismo, en cristianismo, en budismo y en todos los ismos que pueda haber.   

Es que Ortega es tan marxista, como yo soy un joven astronauta. Quien asegura que Ortega es marxista porque encabeza un régimen autoritario, es porque compara a su régimen con el de los países del socialismo real (soviético) pero la cuestión es que… en el mundo no solo regímenes identificados con el marxismo han sido y son autoritarios, represores y violadores de libertades y derechos humanos.

Si se asegurara que esto no es cierto, quedaría el deber de probarlo; pero si no lo puede probar, tal vez podría averiguar que el capitalismo en sus más o menos 260 años de historia ha degenerado en imperialismo y en fascismo, antítesis del marxismo, como en la capitalista Alemania del dictador Adolf Hitler, que comenzó asesinando comunistas y judíos para después iniciar la II Guerra Mundial. Pero Hitler no fue el autor solitario, como ha sido presentado, de la barbarie fascista entre 1933 y 1945; Hitler fue un engendro del capitalismo de su país, y ahijado también del capitalismo occidental.

Eso lo vamos a recordar en las palabras del poeta alemán Bertolt Brecht, quien conoció y sintió el actuar del nazi fascismo en su propia cuna:

“El fascismo es una fase histórica en la que ha entrado el capitalismo, y en tal medida es algo nuevo y, al mismo tiempo, viejo. En los países fascistas, el capitalismo existe ya no solo como fascismo, y solo puede combatirse al fascismo como capitalismo, como el más desnudo, descarado, opresivo y engañoso de los capitalismos”.

Por ello, y por otros motivos del sistema capitalista, el ejército nazi de Alemania, previo a esa guerra (1939-1945) fue abastecido de armas por su propia industria bélica, y también por la industria bélica capitalista occidental.

II

En Chile… ¿acaso el fascismo pinochetista no lo engendró el capitalismo, el que, a la vez, fue impulsor y protector del capitalismo en su formato neoliberal? Para sostener ese régimen fascista, cometió crímenes contra el pueblo democrático en general y en particular contra la izquierda. El neoliberalismo, significó la privatización capitalista hasta de las pensiones de los jubilados. Con el neoliberalismo, el capitalismo mata de hambre, y con su militarismo termina definitivamente con la vida. Pero ni el neoliberalismo ni el militarismo se identifican en el mundo como marxistas.

Un ejemplo actual –pero no casual— es que Rusia está en guerra contra Ucrania, siendo un país capitalista desde 1990, y también capitalista lo es Ucrania, y las armas se las están “dando” países capitalistas para las ganancias de sus industrias de guerra privadas. Todas las dictaduras militares latinoamericanas –entre ellas la somocista— son engendros del capitalismo estadounidense para imponer sistemas capitalistas reaccionarios, cuya misión ha sido permitir la explotación de los recursos naturales por compañías estadounidenses.

III

Lo que más nos interesa es lo de nuestro país. Solo un extranjero puede asegurar que la dictadura de Ortega reprime al pueblo por ser marxista, que es como decir que el pueblo lucha por sus derechos y libertades frente al marxismo y no en realidad frente a un régimen con las características, las funciones y las operaciones de tipo capitalista.

El régimen Ortega-Murillo acumula propiedades y riqueza, con igual avaricia que los más grandes y tradicionales capitalistas de Nicaragua; y como empresario capitalista, Ortega coincide con ellos, mientras a otros capitalistas los afecta como competidores, o los beneficia si se portan ciegos, mudos y sordos antes su represión, pero los reprime cuando se les revelan. Todo está dentro de la mejor esencia del capitalismo, cual es acumular riqueza, como sea posible.

En el rejuego de palabras de su geopolítica, los gobiernos estadounidenses han sido unánimes en señalar al régimen Ortega Murillo como un régimen marxista, por lo que, según ellos…“constituye una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos”, lo que no es un cretinismo, sino una falacia ridícula con fines políticos justificativos de su política exterior.

Lo sabe todo el mundo, Ortega no llegó al poder por la vía revolucionaria en solitario inspirado por el marxismo, sino en el sandinismo; no es extraño que el proceso de lucha pudo haber hablado sobre el marxismo, porque fue miembro de un colectivo en el cual tuvo la compañía de combatientes que sí tenían conocimiento de la teoría marxista. Ricardo Morales Avilés, por ejemplo, lo definió con la idea de que había que estudiar los problemas de Nicaragua como marxistas, y hacer la revolución como nicaragüenses. No es la frase textual suya, pero lo importante es que con ella reflejó una interpretación del marxismo no dogmática, que nunca ha sido llevada a la práctica por el actual régimen.

De Daniel no se conoce nada parecido en lo teórico ni en lo práctico; y aunque alguna vez pudo haber expresado ideas similares, ahora no tendrían ninguna afinidad con sus acciones políticas, ya en el poder. Sus ambiciones satisfechas por medio del poder, sí tienen plena coincidencia con el capitalismo, fundamentalmente, en aquello de la acumulación de riqueza. 

 Entonces… ¿cómo y por qué forzar la realidad poniéndole a Ortega el rótulo marxista? Solo puede ser por despiste, o por algún interés político ajeno a la realidad política nicaragüense y a los intereses de su población. En este caso, se falta al oficio de analizar la geopolítica con exactitudes, y a quienes escriben inexactitudes, le viene bien esta idea de Brecht: “Parece obvio que el que escribe ha de escribir la verdad en el sentido de no reprimirla o callarla”.

Hablando de la brutalidad del fascismo –o de la dictadura, que igual la utiliza— Brecht recuerda que... “La brutalidad no proviene de la brutalidad, sino de los negocios que ya no pueden realizarse sin ella”. Es decir, los fascistas, o dictadores, tienen que recurrir a la brutalidad, porque con la brutalidad defienden sus negocios.

Ya que utilizamos el pensamiento de Brecht, he aquí una triste coincidencia: en 1935 los tribunales hitlerianos le quitaron a él la nacionalidad alemana por traición a la patria, porque 15 años atrás había escrito un poema contra la guerra y quienes querían prolongarla; 88 años después, los tribunales orteguistas les quitaron la nacionalidad a 367 nicaragüenses, por traición a la patria. Significa que el fascismo vive, cuando los dictadores condenan a quienes luchan por la paz en oposición a su guerra contra las libertades y los derechos humanos.

Al margen de las cuartillas

*La verdad: hay más modelos de dictaduras capitalistas que modelos de dictaduras marxistas, incluyendo las que se auto llaman o les llaman marxistas…

*Hay varios modelos de dictadura: la económica de los consorcios industriales y financieros privados que dominan la economía mundial…

*La dictadura política de los partidos de las clases dominantes, cuyo poder económico les permite monopolizar los procesos electorales…

*La dictadura mediática de los grandes consorcios de la comunicación con sus fake news, bulos y burlas en detrimento de la verdad…

*La dictadura educativa y cultural que funciona con los preescolares, colegios primarios, secundarios y universitarios privados…

*La dictadura espiritual, a través de religiones vinculadas a los sistemas de economía capitalista…   

*No por casualidad, sino por causalidad, el modelo dictatorial de sus centros educativos, cuando hablan de marxismo es para combatirlo…

*Y de los centros de enseñanza superiores privados, sale la mayoría de los profesionales hacia las actividades comerciales, financieras y militares propias del capitalismo.

PUBLICIDAD 3M


Tu aporte nos permite informar desde el exilio.

La dictadura nos obligó a salir de Nicaragua y pretende censurarnos. Tu aporte económico garantiza nuestra cobertura en un sitio web abierto y gratuito, sin muros de pago.



Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

PUBLICIDAD 3D



Carlos Tünnermann: “Que me recuerden como un ciudadano es lo más honroso”