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Desinformación = medias verdades + silencio

La dualidad de la desinformación es la que distorsiona combinada con las verdades a medias, y la que oculta

La dualidad de la desinformación es la que distorsiona combinada con las verdades a medias

Onofre Guevara López

29 de noviembre 2022

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Así es la desinformación en la actualidad mundial, una de las epidemias no naturales, porque ofrece las noticias distorsionando los hechos a favor de una causa política determinada. Igual perjuicio provoca el segundo significado del sustantivo desinformación, o sea, la falta de información. El silencio.

Lo primero es ofrecer los hechos distorsionados; lo segundo es informar sobre los hechos, ocultando las causas; lo tercero, no informar nada acerca de algunos sucesos. Las noticias que se originan en los países no desarrollados son muy pocas –y casi siempre sobre hechos trágicos— transmitidas hacia el mundo por las agencias de la información de países desarrollados.

De esos últimos países se informa ampliamente sobre cualquier trivialidad y con excesivos detalles sobre entretenimientos: fútbol, béisbol, chismes sobre artistas, espectáculos y lo díscolo de su política –o politiquería— con lo cual, al mismo tiempo, ocultan lo que no les conviene divulgar de su propio país.

En torno a esa dualidad es el tema que trataremos, según ya lo señalamos, la desinformación en sus dos acepciones: la que distorsiona combinada con las verdades a medias, y la que oculta. El recurso de ofrecer una noticia cierta omitiendo las causas que la provocan, es algo especial, cuando esas causas están en la política exterior del país desde donde se divulga la información.


Con este simple juego mediático, se distorsiona la realidad del mundo, volviéndolo más complejo y conflictivo de lo que siempre ha sido. El tema sobre ese tercer recurso de informar la verdad acerca de cualquier hecho, ocultando las causas que la originan, lo trataremos en otra columna.

II

En esta oportunidad, el tema de la desinformación y el silencio lo trataremos con ejemplos concretos. El primero de esos ejemplos es algo que leemos y escuchamos frecuentemente, y tiene un público que le hace eco mecánicamente: “La dictadura orteguista está convirtiendo al país en una segunda Cuba”.

Comencemos por recordar que el 25 de septiembre pasado –hace más de dos meses ya— en Cuba se efectuó un referendo o consulta popular sobre Sí se aceptaba o No, el proyecto del nuevo Código de la Familia, el cual había estado previamente sometido a discusiones por la sociedad cubana. Aquí, no se escuchó ni leyó ninguna información al respecto (funcionó la segunda acepción: nada de noticias) y fue hasta muchos días después, que se conoció una opinión de inequívoca procedencia e intenciones… y nada más.

Aunque no se simpatice con Cuba, no saber nada sobre esa ley de familia –interesante para la sociedad de cualquier país— es estar desinformado, de lo cual, en esta época, nadie puede vanagloriarse.

El caso es que triunfó el Sí, aprobando dos derechos nuevos en la sociedad cubana en el aspecto humano y social: la legalización del matrimonio igualitario, y la gestación subrogada.

Solo esos dos derechos, ampliarán aún más las disimilitudes entre ambas sociedades, pues la nicaragüense ni sueña con tener reconocidos en su Código de la Familia el matrimonio igualitario ni la gestación subrogada, dos derechos para dos sectores sociales reprimidos en todo el mundo: los de la diversidad sexual y las mujeres infértiles.

No obstante, y aun sin tener mayor conocimiento sobre otros avances contemplados en esa ley cubana, con solo esos dos derechos se pone muy por delante de sociedades de países desarrollados que no tienen problemas económicos y políticos derivados de las condiciones impuestas por la política de bloqueo, sabotajes y descalificaciones de ningún poderoso vecino.

Pero nada fácil fue lograr este avance y lo reflejan los resultados de la votación: el 66.8% por el Sí, de un padrón electoral de 8 millones 447 mil 467 personas; el 33%, por el No; una abstención del 26%, más los votos nulos o blancos. Eso significaría que, juntos estos últimos votos, más los votos nulos, posiblemente superarían a los del Sí.

¿Qué sugiere eso? Que esa minoría del Sí, representaría una paradoja, pues esa minoría se convertiría en la mayoría de la sociedad cubana (como ya ocurrió) pero una minoría cultural e ideológicamente más avanzada. En tanto, el resto (la mayoría) se dividiría entre gente de mente conservadora vinculada a diferentes corrientes políticas y religiosas y de los sectores rezagados, de los cuales no se libra ninguna sociedad (como realmente pasa)

Hay otras cosas que son obvias en Cuba que, por las condiciones económicas y políticas inseparables de la actividad local e internacional, hacen muchas diferencias con respecto a Nicaragua: más de 60 que un vecino poderoso y sempiterno adversario haciéndole campañas militares, económicas y mediáticas apoyadas con mucho dinero.

Esas condiciones, sin embargo, no son totalmente ajenas a ciertas políticas gubernamentales propias que no satisfacen a todos los cubanos, aunque muchos de ellos no sean anti revolucionarios. (Casualmente, este es el tema que abordaremos en próxima columna)

III

Por tratarse de una demostración de progreso humano y social, el hecho de que Cuba admita el controversial matrimonio igualitario, que no existe en Nicaragua ni un fuerte movimiento que lo demande, significa que nuestro país está muy lejos de ser “otra Cuba”.

Hay muchas más diferencias entre ambos países, entre otras, que las campañas políticas contra de Cuba son mayores, pues no han dejado ningún espacio sin denigrar; y porque la misma sociedad cubana apenas está intentando superar su tradicional machismo homofóbico, prejuicio que no desaparecerá automáticamente con la nueva ley. Lo demuestra el resultado de la consulta. Esas reformas del Código de la Familia, no son “milagros” ni accidentes sociales, sino avances concretos en el comportamiento y en las ideas.

Al saberse del triunfo del Sí, afloraron muchas opiniones —aquí tampoco conocidas— de personas ausentes de su país por motivos políticos o económicos; algunos lo vieron como una “apertura a favor de la inclusión, de la empatía y del amor”. Hubo quien miró la nueva ley como “el retrato del país que somos”; y otro más que calificó el Sí… “Como un voto profundamente revolucionario a favor de un futuro de menos prejuicios y estereotipos.”

De las publicaciones extranjeras que no son parte de las poderosas agencia de noticias, como parece ser el caso de la Hypermedia Magazine —de San Augustine, Florida— cuyo fin es tratar temas de Literatura, Arte y Sociedad, que señaló lo polémica que fue esta ley entre los cubanos… “Aun siendo claramente una gran ley, la mejor tal vez que se ha hecho en Cuba en décadas”.

Por ser obvio, no mencionamos opiniones de los dirigentes políticos impulsores del nuevo Código de la Familia. Pero es importante recordar la tremenda homofobia que hubo en Cuba durante muchos años, cuando se cometieron hechos injustos, prejuiciados y retrógrados como el haber inventado la “reeducación” de los homosexuales en centros “especiales”.

Otras muestras de discriminaciones por la preferencia sexual, fueron los sonados y criticados casos de los escritores José Lezama Lima, Reinaldo Arenas y Virgilio Piñera. Este cambio experimentado con la aprobación del matrimonio igualitario, tiene implícito un carácter reivindicativo para un sector de la sociedad cubana y también para las autoridades que promovieron esas reformas.

IV

Ahora miremos estos datos vinculados a los derechos humanos y sociales a la situación de las mujeres en el mundo respecto al aborto (hasta poco tiempo)

—Se practicaban –y hoy podrían ser más— 25 millones de abortos inseguros por culpa de la penalización del aborto y del aborto terapéutico.
—El aborto inseguro es responsables de la tercera parte de las muertes maternas.
—El aborto inseguro es causa de que cinco millones de mujeres estén discapacitadas.
—En 20 países de Centroamérica (Nicaragua entre ellos, claro), África y Asia las mujeres que abortan pueden ser y son castigadas con largos años de cárcel.

Al respecto, recordamos…

Al margen de estas cuartillas

  • Que decir que esta dictadura quiere hacer de Nicaragua “otra Cuba”, es olvidar que aquí está prohibido hasta el aborte terapéutico aún en casos peligrosos para la vida de las madres…
  • Que, en Cuba, sus mujeres no se mueren por la deshumanización de la medicina ni van a la cárcel cuando deciden no ser madres con un aborto…
  • Que en el 2006… Daniel Ortega, siendo candidato, mandó a desfilar a su gente en las calles junto a las fuerzas políticas reaccionarias, en favor de prohibir y condenar con cárcel el aborto terapéutico …
  • Es decir, que orteguistas conservadores, conservadores tradicionales, socialcristianos de derechas, liberales arnoldistas, curas católicos y pastores protestantes de criterios elementales, hicieron una santa alianza contra el aborto terapéutico…
  • La Asamblea Nacional –de diputados orteguistas conservadores, liberales arnoldistas y zancudos— unidos en uno solo corazón (brutal kupia kumi) virtualmente condenaron a muerte a las mujeres con la prohibición del aborte terapéutico…
  • Todos, orteguistas, liberales y zancudos derechistas, están asidos a la Cruz esperando que aborten las mujeres… ¡para crucificarlas!
  • ¡Son muy “religiosos” ellos!
  • Lo que en verdad hicieron los dictadores derechistas de nuestro país, es una segunda Nicaragua… ¡peor que la somocista!

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Onofre Guevara López

Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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