
17 de febrero 2025
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Las causas de migración, renegociar el CAFTA, el déficit de gobernabilidad democrática y seguridad, la influencia China, la dictadura en Nicaragua
El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio saluda al presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León. EFE/ David Toro
La visita del Secretario de Estado Marco Rubio creó muchas expectativas acerca de su mensaje, y del simbolismo de ser el primer latino y Secretario de Estado que viaja en su primer tour a la región, demostrando que la preponderancia y fuerza de Estados Unidos en la región es inobjetable.
El viaje dejó huellas importantes sobre la agenda entre los países centroamericanos. Ahora le toca a Centroamérica aprovechar la puerta abierta que dejó el Secretario de Estado.
Migración. Los acuerdos sobre migración, especialmente con Guatemala y El Salvador, dejaron claro que la política de deportación ocurrirá de manera sistemática. Aunque el Secretario Rubio no visitó Honduras y Nicaragua, el tema se ha abordado bilateralmente. Las consecuencias de estas deportaciones son complejas ya que los números indican que la cantidad de personas de Centroamérica excede la de otros períodos.
Aunque la región no es ajena a las deportaciones, los cuatro países captan una alta cantidad de personas en riesgo de deportar, en particular aquellos que tienen orden de deportación, alivio humanitario que ha sido suspendido, y Estatus de Protección Temporal. Para aquellos con orden de deportación desde el 2018, 56% son centroamericanos.
La política bilateral mostrará ciertas variaciones que jugarán a favor o en contra de cada país. El anuncio que Guatemala recibiría 40% más deportados que en 2024 indicaría un total de 93 000. De igual forma, la vinculación diplomática con El Salvador, que prometió recibir a los compatriotas, pero además albergar en sus prisiones a deportados con récord criminal, indicaría que aquellos bajo TPS estarían temporalmente fuera de riesgo. La misma suerte no es probable con Honduras, y queda la gran interrogante con Nicaragua. El riesgo de deportación de los nicaragüenses es muy alto por el número de éstos con alivio humanitario en vencimiento.
Independientemente del número final, las implicaciones se reflejan en varios entornos, desde la separación familiar, a la búsqueda de reconstruir vida en el país que dejaron por razones principalmente aspiracionales, hasta la disminución del número de remesas en un momento en el que la migración iba en decaída y las remesas iban a desacelerar su crecimiento. Si las proyecciones son correctas en el 2025 el crecimiento de las remesas será 1% por lo que habrá un impacto en la reducción del consumo privado, desacelerando el ya frágil crecimiento económico de la región.
Cabe resaltar que los gobiernos no están preparados y lo que han propuesto hacer para los retornados es mediocre o incompleto por decir una palabra—más de lo mismo que hicieron en períodos anteriores.
Comercio. A pesar de que hay una política comercial de parte de la administración Trump de imponer tarifas sobre varios productos y países, la óptica sobre Centroamérica es continuar con la perspectiva de libre comercio (Trade Not Tariffs), con el entendido que es un tratado que merece revisión tanto en su contenido como en sus miembros, Nicaragua siendo un país en particular al cual no se le puede tomar en cuenta como estado forajido y socio al mismo tiempo. A mas de veinte años el desenvolvimiento de las relaciones comerciales ha dejado ciertos temas que requieren de revisión.
Waivers. Una parte en la agenda de las conversaciones fue lograr ciertas excepciones al congelamiento de la cooperación de Estados Unidos. Costa Rica logró obtener la continuación de su trabajo conjunto de cooperación en materia de protección portuaria y ciberdelitos, mientras que tanto en Guatemala como El Salvador se están revisando algunas iniciativas y otorgando exenciones a actividades de carácter estratégico. Sin embargo, el bloque de la asistencia regional sigue congelado en más de un 90%.
Seguridad y China. La defensa contra la inseguridad regional causada por el crimen organizado fue un componente de la agenda y de igual forma la amenaza que representa China en la región. Para Costa Rica mantener la distancia con China en materia cibernética es importante, y han usado los criterios de la Convención de Budapest sobre Ciberdelitos, lo que ha llevado a excluir a Huawei. Aunque Panamá tiene una tarea pendiente sobre el riesgo del control portuario en manos de la empresa China, parece estar mitigando éste. Mas que los síntomas, falta un tratamiento a las causas, es decir, el modelo político Chino y su efecto global.
“Los otros”. Describir a Nicaragua como un “enemigo de la humanidad” significa que Estados Unidos tiene demarcado su territorio entre sus socios y ‘los otros’, nocivos o amenazantes. Por el momento el equipo está determinando diferentes opciones de cómo manejar a Nicaragua. Pero Nicaragua no es el único dentro de los países que han cuestionado la relación con Estados Unidos como ‘imperialista’. Bajo el gobierno de Xiomara Castro y Manuel Zelaya hay una demonización de Estados Unidos que ha generado tensiones en varios momentos.
La relación asimétrica entre Estados Unidos y la región no debería significar que estos países se queden a la espera del gran poder y hagan lo que les diga Estados Unidos. El punto de partida estriba en trabajar en soluciones de interés mutuo que beneficien a todos en el largo plazo.
Las causas de la migración. La estrategia de desarrollo económico es vital, mientras la región no aborde soluciones sistémicas a la falta de competitividad que resulta de la presencia de un modelo económico que abarca una altísima economía informal con bajos ingresos, y una mano de obra poco calificada, con enclaves económicos ligados a las zonas francas que sostienen menos del 20% del empleo, la intención a migrar no va a desaparecer entre los informales. Los programas de atención a los deportados no tienen ningún peso para retener a esta población y que no intente volver. Durante el período de deportaciones con el gobierno de Barack Obama, los países ofrecieron lo mismo que hoy están ofreciendo—casi nada. El abordaje a las causas de la migración no requiere de mucha elegancia programática sino soluciones pragmáticas de estabilización e integración económica. ¿Qué será diferente en las deportaciones hoy que distinga de las anteriores? ¿Qué garantías hay que la migración disminuirá?
Renegociar el DR CAFTA. En cuanto al libre comercio, los países de Centroamérica y sus empresas deben de pensar proactivamente y preparar un plan de renegociación del tratado. CAFTA aumentó las exportaciones, pero no resolvió la competitividad. Primero, el bloque de producción y comercio externo está en manos de no más de 1,000 empresas transnacionales operando en la zona franca de la región y empleando a una fracción de la mano de obra de sus países. Hay una actividad cuasi oligopólica y con poca integración de empresas locales en la actividad productiva donde estas empresas manejan entre exportación e importación a Estados Unidos el 35% del PIB regional. Segundo, muchos de los productos importados desde Estados Unidos como el pollo y otros pueden estar desplazando al mercado local. Tercero, es una gran oportunidad para Estados Unidos de fortalecer con candados que protejan la seguridad jurídica de las empresas, el estado de derecho democrático y los derechos laborales. Finalmente, la renegociación del tratado permitiría ampliar la producción en otros ámbitos ya que actualmente en la región son 90 mercancías lo que exportan estos países y Costa Rica, capta el 30% de las exportaciones (predominantemente en equipos médicos y electrónicos). Una renegociación del tratado puede considerar otros exportables, así como formas de inversión en capital humano para replicar el modelo de exportación Costarricense que se especializa en uso de mano de obra calificada y aumentar la complejidad económica. Esta negociación abriría puertas para el nearshoring.
Entre 2006-2024 Estados Unidos donó más de USD 10 000 millones; un tercio del apoyo en tratar de fortalecer la gobernabilidad democrática. El enfoque en apoyo al crecimiento económico ha sido mucho menor. Sin embargo, lo que refleja la cooperación es el amplio nivel de necesidades que estos países tienen—no todo como resultado de corrupción, sino de una región históricamente débil con asimetrías sociales muy fuertes.
El déficit de gobernabilidad democrática. La mayoría de esta asistencia ha apoyado a la sociedad civil para ejercer contrapeso frente a problemas de abuso de poder y de inseguridad ciudadana—homicidios, extorsión, violaciones, entre otros. En medio de una revisión de la asistencia a la región, la eliminación de la asistencia afectará ese rol de fiscalización que ha jugado la sociedad civil.
Ciertamente, un enfoque económico debería priorizar la cooperación para aumentar la competitividad y fortalecer los lazos con Estados Unidos, acompañado de la condicionalidad cruzada de esta asistencia a un comportamiento democrático, mientras la diplomacia proactiva a como Richard Grenell ha propuesto se encarga de presionar reformas políticas en estos países. La baja calidad de gobernanza en Centroamérica, como corrupción y el abuso de autoridad son factores que aumentan la inseguridad jurídica y la calidad competitiva, por lo que se requiere de una atención especial.
La inseguridad y la cuestión China son otros dos temas. Aunque el crimen organizado continua, los homicidios en el Triángulo Norte están en su punto más bajo—aun incluyendo el aumento de criminalidad en Costa Rica.
Pero los carteles siguen controlando rutas de trasiego de drogas, cocaína e algunas drogas sintéticas, facilitando el trasiego de materia primara para fentanilo en algunos casos, por lo que la cooperación de Estados Unidos sigue siendo vital.
La influencia de China. China está aumentando sus exportaciones a la región y el financiamiento a Honduras y Nicaragua. Los centroamericanos desconocen los retos que representa China. El rol de Estados Unidos estriba en ayudar a visualizar mejor lo que significa comerciar con una dictadura como ésta y fomentar adoptar un código de estándares comerciales como el que Costa Rica usó en relación con 5G, y al mismo tiempo fortalecer la inversión americana en la región.
La inversión de Estados Unidos es un brazo vital para garantizar una mejor vinculación y con el desarrollo económico. La exigencia de mejores condiciones políticas depende también de mejores condiciones económicas, y oportunidades de inversión extranjera, en particular la regionalización (‘nearshoring’) es una oportunidad. Estados Unidos puede condicionar la cooperación externa y más comercio exterior con el cumplimiento de los gobiernos con los cinco indicadores de calidad de regionalización propuesto por economistas (capacidad logística, índice de corrupción, estabilidad política, derechos de propiedad y desarrollo financiero).
La radicalización de la dictadura en Nicaragua. La radicalización de este país requiere de una atención especial porque es un régimen de estilo talibán el cual solo se puede cambiar con una combinación de fuerzas operando de manera simultánea, resistencia política dentro del país, presión externa en varias direcciones, y transando con un sector del círculo de poder. La administración del presidente Trump puede contener una debacle política y económica que la dictadura está llevando a cabo en Nicaragua.
Rosario Murillo está más debilitada que en cualquier otro momento con enemigos dentro y fuera del régimen. Su sostenimiento en el poder es por inercia, porque no hay un contrapeso opositor o disidente dispuesto a asumir un rol de transición ya que no identifican incentivos para actuar. El gobierno del presidente Trump puede considerar apoyar un movimiento opositor al interior del país, acompañado de una presión rigurosa apegada al espíritu y la hoja de ruta de la Ley Renacer; continuar con las sanciones, especialmente en el marco de la ley de “protección de sancionados” ejecutada por la dictadura; excluir a empresas aliadas al régimen de las exportaciones de petróleo a Nicaragua, así como cortar mas oxigenación de financiamiento externo, y cuestionar públicamente el apoyo del Fondo Monetario Internacional a la dictadura.
Estos insumos pueden aportar una pauta para debatir una relación coordinada, aliada y consensuada entre la región centroamericana y Estados Unidos.
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Politólogo nicaragüense. Director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano. Tiene una maestría en Administración Pública y Estudios Latinoamericanos, y es licenciado en Relaciones Internacionales. También, es miembro principal del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, presidente de Centroamérica y el Caribe en el Instituto del Servicio Exterior de EE. UU. e investigador principal del Instituto para el Estudio de la Migración Internacional en la Universidad de Georgetown.
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