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A cinco años, la enemiga es la misma

La oposición, y con ella todo el país, sufre las consecuencias del error de no haberse unido en los días posteriores a los sucesos de abril de 2018

Caricatura 18 de abril

18 de abril 2023

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Aunque sea una suposición lúdica esa de que los humanos somos los únicos animales que tropezamos con la misma piedra, lo cierto es que la humanidad sigue alcanzando niveles de desarrollo técnico científico, porque si tropieza, rectifica… y sigue adelante. Y ahí va, en un infinito proceso mientras la Tierra siga girando sobre su eje… y no se haga añicos por culpa de los humanos y, con lo humanos, sus pedazos vaguen por el espacio y en el tiempo.

La humanidad —que se desangra muchas veces con la guerra, la peor de las piedras con la que no deja de tropezar— no cesa en su desarrollo, porque contra el estancamiento tiene la capacidad de corregir errores, volviendo a la paz. Entonces, rectificar parece ser la sencilla clave para poder avanzar.


II

La oposición, y con ella todo el país, ha llegado a cinco años sufriendo las consecuencias del error de no haberse unido en los días posteriores a los sucesos iniciados en abril de 2018, y por ello no pudo rescatar las libertades y los derechos perdidos, sino que, al contrario, la división permitió la continuidad del régimen opresor. Y esta división le significó no haber logrado la paz frente a la guerra de la dictadura contra sus libertades.

Ese obstáculo tuvo raíz en el anacronismo político de nuestro país, expresado con los prejuicios de un anticomunismo poblano, que parecía nuevo entre nosotros, pero ya era un arma amellada de la vieja derecha. Las piedras fueron lanzadas contra el MRS (hoy, Unamos) por un grupo que, atribuyéndose una angelical pureza “democrática”, decía temer que la oposición se manchara de sandinismo que, para sus fines no unitarios, ese grupo lo consideraba sinónimo de orteguismo, y a este como representativo del “comunismo”.

No solo erraron con su anacronismo anti, sino también cometieron la torpeza –más bien la mala intención— de ignorar la raíz patriótica del sandinismo por Sandino, y confundió adrede con el apellido sandinista del Frente de los Ortega Murillo. Tampoco el FSLN que un día encabezó una revolución, dio origen al sandinismo, pues este nació con Sandino y sigue siendo un legado común de todos los patriotas nicaragüenses.

No vamos a continuar sin afirmar que este antisandinismo —más que todo— es el pretexto para infiltrar el veneno de la división dentro del movimiento opositor, pretexto que, para el objetivo divisionista, bien pudo haber tenido cualquier otro. Es oportuno indicar una miopía política de la mayoría de los medios independientes que avalan ese pretexto —sin desearlo desde luego, por eso le llamamos miopía— porque no dejan de llamar a la dictadura y sus seguidores con el apodo de “sandinistas”, sabiendo que dejaron de serlo desde que volvieron las armas contra el pueblo por el cual luchó y murió Sandino y los sandinistas que cayeron combatiendo a la otra dictadura, la somocista.

III

Las consecuencias de aquel pretexto, en primer lugar, les tocó a los asesinados; después, a quienes siguen presos, a los perseguidos, a los excarcelados, despatriados y expropiados; a los miles de exiliados, y a la población que en el país ha perdido sus libertades y derechos. Pero habrá que sumar las libertades y derechos que perderán las nuevas generaciones, de lo cual serán responsables quienes ahora siguen atentando contra la unidad.

Como si no bastaran las consecuencias del pasado tropiezo con la piedra de la división; cuando apenas se inician los primeros pasos hacia la corrección con la unidad opositora… algunos ya comenzaron a poner la misma piedra en el camino, con otros métodos.

Se oyen ruidos mediáticos divisionistas a través de ciertas plataformas digitales que, sin recato alguno, dan pábulo a graves acusaciones de un ex reo político en contra de otros excarcelados que tuvieron figuración o liderazgo durante la insurrección cívica de 2018. Aparte de graves, las acusaciones reflejan algunos matices personalistas, o de signos parroquiales, pues el acusador y los acusados son oriundos de la misma ciudad.

IV

Nombres, no vamos a mencionar, porque sería contribuir con los autores de este feo asunto, sino insistir en el hecho de que apenas se inician esfuerzos por alcanzar la postergada unidad opositora —ahora en peores condiciones que hace cinco años— de nuevo vuelven a escucharse argumentos tramposos contra una la misma corriente política de oposición que ya les sirvió de blanco para sus nuevos ataques contra la unidad en la acción.

Es normal que todo camino unitario encuentre todo tipo de obstáculos, entre ellos, la desconfianza por la gran diversidad de individuos, de caracteres personales y de partidos que participan —a lo cual se suma la diversidad política ideológica. Pero, para aclarar dudas, dirimir divergencias y proteger la unidad existen vías a las cuales se puede y debe recurrir… si es que no median otros intereses.

Se sabe que todavía falta más organización, y que los exiliados apenas están haciendo esfuerzos en en busca de la unidad, lo cual dificulta resolver problemas de forma colectiva; pero entre ellos hay personas bien identificadas ética y políticamente con las cuales se pueden abordar estos asuntos, sin necesidad de buscar cámaras ni micrófonos.

La desconfianza es corrosiva, pero también existen formas inteligentes de tratarla sin dañar a las personas de las cuales solo se desconfía, sin tener pruebas; antes de hacer acusaciones y chismografía del problema, es necesario investigar con seriedad y, más que todo, con responsabilidad, porque así se protege mejor la causa que se defiende.

V

Ciertas plataformas digitales están haciendo todo lo contrario, respecto a las acusaciones, y esto es tan irresponsable como la persona que acusa sin haber probado nada. Están haciendo algo más sospechoso y dañino: reclamarles más “beligerancia” —es decir entrar a una guerra de dimes y diretes— a quienes responden esas acusaciones con razonamientos sensatos, y llamando a la cordura; criticarlos porque no dan respuestas violentas al acusador. Con esto demuestran la intención provocadora. 

Dentro de las luchas políticas todo se puede esperar, más si trata de una actividad que no es nueva ni se carece de experiencia acerca de su peligrosidad, como es la infiltración de los movimientos y organizaciones políticas de oposición de parte del régimen que se cuestiona y combate.

Y por esa su peligrosidad es que se requiere ser perspicaces y no actuar como apasionadores cazadores de “espías”, porque acusar por mera sospecha —y peor, si es por mala intención— causa tanto daño como la misma infiltración. Un infiltrado puede ayudar a destruir un movimiento o un partido político, pero el “cazador” lo distrae de su actividad y lo paraliza, dando al final el mismo resultado destructivo.

La infiltración en todo movimiento opositor de práctica de los Gobiernos —más los dictatoriales— pero hasta el momento, el caso que nos ocupa, no pasa de ser cuechos mediáticos.  Su falsía la demuestra en sus contradicciones, como el hecho de señalar al Gobierno orteguista de haber infiltrado agentes en los tranques (lo cual todo el mundo lo ha sabido) y, al mismo tiempo, acusar al MRS de haber manipulado los mismos tranques.

Y para hacer el cuento más contradictorio y más sospechoso, la acusación contra el MRS de manipular los tranques es casualmente la misma acusación que el orteguismo le hizo a raíz de 2018 para reprimirlo y encarcelar a sus dirigentes. Y más que eso, también motivar la muerte, como la de Hugo Torres, muerte que pudo ser la del divisionista acusador cuando estuvo encarcelado.

Además, con la acusación contra el MRS se busca descalificar la autonomía y la espontaneidad de la insurrección popular y presentarla como una masa inconsciente manipulable a voluntad de quienes, precisamente, la dictadura ha querido destruir como partido y como personas.

Los auténticos opositores, en donde estén, tendrán la sensatez de no alterar los propósitos unitarios por este tipo de incidencias políticas, como es una posible infiltración, a lo cual se prestan los elementos más débiles ideológicamente en todo movimiento político.

Al margen de estas cuartillas

*Quien hace las acusaciones contra el MRS, y los líderes de 2018, recibió la solidaridad de todas las corrientes políticas, durante estuvo preso…

*Al acusador y no se le conoce un pasado de opositor organizado, y —por experiencia— se sabe con los luchadores solitarios tienden hacia la aventura y desconocen los valores de la solidaridad y la unidad…

*El medio más interesado en divulgar sus acusaciones, es de un periodista que como diputado estuvo al servicio del corrupto Arnoldo Alemán, y reside en los Estados Unidos…

*Ha contado en su espacio digital con un pariente cercano de los Somoza, y a su espalda siempre flamea la bandera de las barras y las estrellas…

*Se especializa en hacer chismes y críticas contra la oposición y a sus dirigentes, tanto o más que a los dictadores…

*El otro medio digital que le hace coro a los cuechos, es de un individuo anónimo, en cuya voz en off se nota juventud y poca formación política.

*Aún con lo inconveniente del hecho comentado, hay más confianza en la madurez de los excarcelados despatriados, que los hace invulnerable ante la mediocridad de los divisionistas.


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Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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