
5 de abril 2025
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Cinco de los once pastores de Puerta de la Montaña, excarcelados y desterrados por la dictadura Ortega-Murillo comparten lo que sufrieron en la cárcel
José Luis Orozco, Marcos Hernández, Juan Carlos Chavarría, Álvaro Escobar y Harry Lening Ríos, los cinco son pastores excarcelados por la dictadura Ortega Murillo. Collage: Confidencial
“De aquí no van a salir”, “están locos”, les decían entre risas los carceleros del penal “La Modelo” al grupo de once pastores evangélicos nicaragüenses del ministerio Puerta de la Montaña o Mountain Gateway, como se conoce en Estados Unidos. Los religiosos fueron detenidos en diciembre de 2023 por supuesto lavado de dinero.
Los pastores, quienes fueron despojados de su nacionalidad en 2024, vivieron nueve meses en la cárcel nicaragüense, alejados de los reos comunes. Sin derecho siquiera a una biblia, bebiendo agua contaminada y comiendo, alguna vez, hasta de la basura, según su propio relato.
Su pasó por la cárcel fue compartido por cinco de los once pastores en la iglesia evangélica Covenant Love, en Carolina del Norte, Estados Unidos, donde algunos de ellos fueron reasentados junto a sus familias tras ser desterrados y desnacionalizados de Nicaragua, el 9 de septiembre de 2024. A todos los despojaron de sus bienes.
“Nos llevaron como los peores criminales y sin decirnos nada”, recuerdan. Su testimonio fue transmitido el 18 de marzo de 2024 en el canal de YouTube de la iglesia estadounidense.
Los pastores fueron condenados a más de diez años de cárcel tras un juicio espurio en el cual se le negó a sus abogados el acceso al expediente o conversar con ellos.
El ministerio Puerta de la Montaña tenía la simpatía del régimen Ortega-Murillo porque mientras la Iglesia católica era perseguida, a ellos sí les permitían hacer eventos masivos. Antes de encarcelar a los pastores, habían culminado a lo grande la campaña Cruzadas Buenas Nuevas Nicaragua 2023 en la Plaza Juan Pablo II de Managua, donde reunieron a más de 250 000 personas. Pero todo cambió radicalmente un mes después: el 17 de diciembre de 2023.
“A mi me tocó viajar durante dos horas desde donde me detuvieron con mi hermano, el pastor Marcos. Nos llevaron en una patrulla de la Policía y llegamos al lugar sin saber qué estaba pasando”, recordó el pastor Juan Carlos Chavarría Zapata.
“Nuestra sorpresa fue que lo primero que nos dijeron fue: ‘quítense toda la ropa, y parense allí’, frente a todos los oficiales, hombres y mujeres, porque lo primero que hacen ellos es quebrarte completamente el alma. Eso fue impactante. Después nos pusieron ese uniforme, sin decirnos que estaba pasando”, describió Chavarría.
El pastor Marcos Hernández Jirón tenía más de 35 años de servir a la Iglesia evangélica cuando fue arrestado. Él y su esposa eran pastores de dos templos en Chinandega y a lo largo de su vida habían fundado otras doce, tres radios, escuelas primarias y hasta tenían en proyecto crear una universidad. Todos estos bienes le fueron confiscados tras su expulsión y su desnacionalización.
“Hoy no tengo nacionalidad, pero como dijo el apóstol Pablo: nuestra ciudadanía está en los cielos”, afirmó. “No tengo ninguna propiedad, la que tenía y que era para mis hijos, se la quedó el Gobierno, al igual que las radios, la personería jurídica. Todo”, añadió.
Hernández estuvo en celdas de máxima seguridad de “La Modelo”. “Perdí el apetito, bajé como 120 libras. Estuve enfermo casi tres meses, pero me la pasé orando, aún con tristeza. Allí las condiciones no son para sentirte bien”, sostuvo.
“Hubo momentos —prosiguió— en que enfermos teníamos que comer hasta pedazos de basura. Pero aún así sabíamos que Dios estaba con nosotros en ese lugar”.
El pastor Álvaro Escobar Caldera tampoco comprendía cómo es que después de participar en la “mayor cruzada evangelización” que se había hecho en Nicaragua, estaban “encerrados en un calabozo, completamente aislados de los otros”.
“Ese tiempo fue terrible. El agua que tomábamos era muy mala, encima quedaba una cosa extraña. Teníamos que orar para no enfermarnos”, comentó.
El religioso relató que una vez iba a bañarse cuando vio “que en la pana con agua que iba a echarme en el cuerpo venía un alacrán inmenso. Y es que allí (en la cárcel) te acostabas y te caían alacranes y cucarachas. Así que tenías que escoger: o cubrirte con algo o amanecer picado todo el cuerpo. Era una batalla de todos los días”.
El pastor Harry Lening Ríos Bravo fue uno de los tres pastores que estuvo separado del resto de religiosos durante siete meses. “Lo más difícil no fue estar en la prisión, sino no ver a mi familia: a mi esposa, a mis hijos y a mi madre. No era la comida, porque sí comíamos muy mal, pero eso no es nada comparado con no verlos”.
La oración, coincidieron, les dio la fuerza para soportar el tiempo en prisión. “El hombre creía que nos iba a callar la boca y que nos iba apagar el fuego metiéndonos en ese lugar, estábamos en una celda de máxima seguridad, pero el fuego no se apagó, el fuego se puso más grande que los problemas”, aseguró el pastor José Luis Orozco Urrutia.
“Estábamos en un lugar donde nadie nos podía ver. Solo oficiales especiales nos podían ver. Ellos nos llevaban las comidas, los reos comunes no nos podían ver. Habían siete mil reos, pero nosotros estábamos en un lugar aislado por completo”, destacó Orozco.
Los meses en prisión, explicó, los pasaron orando y predicando. “Los primeros meses nos predicamos a nosotros mismos”, detalló Orozco, pero después le predicaron al resto de reos que iban llevando.
“Cuando empezaron a traer otros presos a las diferentes celdas de nuestra zona y allí pasó una cosa muy importante que Dios comenzó a tocar a otros presos. Hubo presos que recibieron a Cristo como su salvador y no solo eso, también oficiales de la Policía”, contó el pastor Harry Ríos Bravo.
Incluso, subrayó el pastor Ríos, “un día el jefe del Sistema (Penitenciario) vino a nosotros y nos dijo: ‘ustedes son la luz en esta área. Si ustedes se desaniman, todos se van a desanimar aquí. Ustedes son la luz’”.
“Dentro de la cárcel hicimos muchos ayunos. Hubo una vez que ayunamos durante tres días para pedirle a Dios que nos dijera algo aunque sea en nuestros sueños”, afirmó el pastor Álvaro Escobar.
Los pastores fueron desterrados a Guatemala junto a otros 124 presos políticos de la dictadura Ortega-Murillo. “El día que nos sacaron, recuerdo que nos estábamos preparando, porque todos los días hacíamos servicios (de evangelización)”, comentó el pastor Harry Ríos.
“Nos reunieron a todos los pastores y nos dijeron ‘ponganse su uniforme’. Nos metieron en un autobús y nos llevaron a otro lugar”, relató.
Iban en un autobús hermético, según el pastor Marcos Hernández, quien pensó “que nos llevarían a un lugar peor”. Sin embargo, el temor bajó cuando “subieron al bus dos norteamericanos, quienes nos dijeron ‘estamos aquí porque venimos a ayudarles, queremos que sean liberados’”.
“Cuando salimos de ese lugar nos abrazamos todos los pastores, sabíamos que ese era el último día que íbamos a estar allí y así fue. El día más feliz desde que salí libre fue ver a mi esposa y mis hijos”, enfatizó el pastor José Luis Orozco.
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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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