19 de marzo 2023
AA
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, pidió al pueblo católico no olvidar al obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel por el régimen orteguista y en una situación de desaparición forzada, desde que se negó a ser deportado junto a 222 expresos políticos, el 9 de febrero de 2023.
“Les ruego que no olvidemos a este obispo encarcelado. Es un hombre justo, un pastor inocente, con el que se han ensañado porque no han soportado su palabra. Es una de las injusticias más grandes que se ha cometido no solo en Nicaragua, sino en Centroamérica y el continente: un obispo preso, un sucesor de los apóstoles. No olvidemos a monseñor Rolando Álvarez, oremos por él y exijamos su libertad", expresó Báez al iniciar la eucaristía este domingo, en la parroquia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos.
Baéz recordó a monseñor Álvarez con "cariño". Aseguró que está injustamente encarcelado por la "dictadura sandinista de Nicaragua". Rogó a la feligresía a unirse a su oración por intercesión de San José- cada 19 de marzo- "para que el Señor le de salud y fortaleza a Rolando, le de mucha esperanza y muy pronto pueda estar en medio de su pueblo", sostuvo.
El prelado reflexionó sobre las cegueras de la sociedad, a partir del evangelio en el que Jesús cura a un ciego de nacimiento. “Son ciegos los que se creen poderosos porque violentan los derechos y las libertades de las personas”, expresó durante la homilía.
El obispo, despojado de su nacionalidad por el régimen orteguista y en el exilio desde 2019, recordó que a medida que el ciego curado por Jesús “camina siempre hacia la luz”, existen otras personas que están ciegos por su arrogancia, rigidez mental y fanatismo religioso.
El obispo exhortó a la población a ser indiferentes, como los vecinos del ciego curado por Jesús, que se mantuvieron siempre a distancia y creen que “los auténticos cambios no son posibles y prefiere un mundo donde todo siga siendo igual”. Tampoco pueden ser como los padres del ciego, que representan a la gente temerosa, “que calla la verdad por miedo a las represalias e hipoteca su conciencia y su voz para no sufrir las consecuencias”.
“En la vida social son ciegos quienes creen que la paz puede surgir como fruto del sometimiento y de la represión. Son ciegos los que se creen poderosos porque violentan los derechos y las libertades de las personas. Son ciegos los que optan por callar cuando ven que la gente es agredida, reprimida o exiliada, y piensan que nunca les va a tocar a ellos la misma suerte”, expresó.
Continuó que “son ciegos los que piensan que con su indiferencia y su silencio ante la injusticia, lograrán ser tratados con benevolencia de parte de los tiranos. Son ciegos quienes creen ingenuamente que hay personas o sistemas políticos que son eternos que no pasarán jamás, y por eso les rinden culto y les entregan su corazón y su conciencia”.
Una iglesia cercana a su pueblo
Durante su reflexión, Báez, compartió que los fariseos representan a la religión que no se interesa por el bien del ser humano y que solo sabe hablar de sí misma y para ella misma.
“¿De qué sirve una religión que sólo está para defender sus verdades, celebrar sus cultos e imponer su doctrina? ¿De qué sirve una religión que no está atenta a la realidad y no es sensible al sufrimiento de la gente, que no se pone de parte del débil y no se compromete en la lucha contra las tinieblas?”, cuestionó el obispo, perseguido por el régimen orteguista por denunciar las violaciones a derechos humanos.
La Iglesia en Nicaragua ha demostrado estar de parte del pueblo de Nicaragua, razón por la que sus obispos, religiosos y fieles han sido perseguidos, obligados al exilio y encarcelados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El papa Francisco, tras casi cinco años de silencio ante los abusos contra la Iglesia, comparó al régimen con una “dictadura hitleriana”. Ortega respondió con la suspensión unilateral de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, lo que ha generado temor entre la feligresía por nuevas represalias.
Sin embargo, monseñor Báez recordó que "es posible salir de la ceguera, que la luz de Jesús puede iluminar nuestra conciencia y nuestra vida".
"Las cegueras no deben durar para siempre, podemos ser iluminados por Jesús y llegar a ser creyentes auténticos. Creer es un modo de ver, un modo particular de mirar la vida. El creyente mira todo con los ojos de Dios, con humildad y confianza en su amor", expresó.
