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Hablemos de depresión: ¿Qué hacer cuándo la tristeza se vuelve eterna?

Nicaragua es un país con multiduelos no sanados, y una arraigada cultura de silencio. Por eso poco o nada se habla de tristeza, depresión o suicidio

Ilustración: Juan García

Confidencial Digital

11 de octubre 2020

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El día de su último cumpleaños, “Margarita” la pasó junto con sus familiares, su novio y sus amigos más cercanos. Estaba emocionada, porque tenía éxito en su trabajo y en casa todo marchaba bien. Pero al día siguiente, por la tarde, esta universitaria de 23 años sintió un vacío que de vez en cuando, la invade sin aviso. “Es como una sensación de tristeza profunda en la que no le encontrás sentido a nada, junto con un llanto inexplicable”, describe. “Margarita” identificó que vivía una de sus crisis de depresión.

Desde hace cinco años, esta es una realidad que padece con vergüenza y dolor. “Es como que todo lo que realmente te importa, te deja de importar. Solo me dan ganas de encerrarme y echarme a llorar”, explica.


“Margarita” recuerda perfectamente la primera vez que le ocurrió. Ese sentimiento terrible de querer “apagarse y no pensar en nada”. De repente, relata, sintió pánico y el corazón se le comenzó a acelerar. “Me tuvieron que llevar al hospital y una vez allí, cuando los médicos me preguntaron los síntomas, no supe qué decir. Solo les decía que no quería seguir”, expresa. En algún momento recuerda haberles dicho: “Creo que me voy a morir”. “Margarita” fue diagnosticada con un trastorno depresivo.

¿Y qué es la tristeza? Hay distintas formas de describirla y todos alguna vez la hemos padecido. Algunas personas con más frecuencia que otras o con mayor intensidad. La tristeza se ha comparado con una sensación de insipiente dolor, soledad, rabia, angustia, impotencia y con unos deseos imparables de llorar. Pero al final, afirman, es pasajera y necesaria. De no sentirla no sabríamos cómo procesar nuestras pérdidas, grandes o pequeñas. Sin embargo, en algunas personas, la tristeza se prolonga hasta convertirse en depresión.

síntomas de la depresión: bajo estado de ánimo

Sufrir depresión en Nicaragua

Para el 2015 en Nicaragua, 238 161 personas padecían de depresión, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Esto es preocupante porque en América, solo tres de cada diez personas reciben atención médica. Y en países como el nuestro, donde en el sistema de salud pública no hay programas de salud mental y, además, vivimos en constantes conflictos políticos, económicos y sociales, la depresión se vuelve un alto factor de riesgo para desencadenar en suicidio.

Según el anuario estadístico de la Policía Nacional, entre 2010 y 2018, se produjeron 2154 suicidios en Nicaragua. La mayoría de personas que tomaron esta decisión fueron hombres, y tenían entre 18 y 45 años de edad. ¿Por qué lo hicieron? No se sabe. Cada historia es distinta, no hay síntomas, sino detonantes. Uno de ellos pudo ser la depresión.

“En los problemas de salud mental mucha gente cree que hay causas y lo que hay son factores de riesgo. Casi ninguno se genera por una sola razón”, explica la psicóloga clínica y de la salud, María Auxiliadora Alfaro.

La especialista recomienda que “hay que ver más atrás que otras situaciones se han acumulado, y juntas han hecho que la gente desencadene un problema de depresión o intento de suicidio”.

¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando estamos tristes?

La depresión tiene dos componentes. A veces es causada por lo externo, y es allí cuando el acompañamiento psicológico o de redes de apoyo, impacta positivamente en quienes la padecen.

Otras veces, hay depresión cuando faltan componentes físicos en nuestro cuerpo, como la serotonina y la dopamina, que son neurotransmisores responsables de las conexiones entre las células de nuestro sistema nervioso. También puede presentarse cuando hay desordenes hormonales, o abundan otras como el cortisol, también llamada la “hormona del estrés”. E incluso, puede aparecer por alteraciones en nuestros ciclos del sueño.

“El tema de la depresión todavía está bajo investigación. Incluso, se ha asociado a la salud intestinal, pues cuando en el intestino hay poca población de bacterias prebióticas puede ser que este no absorba bien los nutrientes y no lleguen al cerebro aquellos que nos ayudan a tener bienestar”, explica la psicóloga, Mónica Wheelock.

Esto no significa que al descubrir que tenemos problemas físicos, baste con tomar antidepresivos o medicina para el intestino. Pues, se debe investigar porqué se llegó hasta esa condición, porque muchas veces los traumas no procesados y el estrés provocan un desequilibrio físico.

“Cuando el sistema nervioso ha estado mucho tiempo con estrés o hemos vivido traumas, este queda alterado y programado a responder desde allí, entonces a través del proceso terapéutico ayudás a que ese sistema nervioso encuentre nuevas respuestas”, añade Wheelock.

Viviendo con depresión

Como en la mayoría de los casos, la depresión llegó a la vida de “Felipe” de un solo tajo. Una noche mientras estaba en su cuarto, sin ninguna razón aparente comenzó a llorar. Y así ocurrió hasta que perdió la facilidad para conciliar el sueño. Tiempo después, a sus 20 años, le diagnosticaron depresión.

síntomas de depresión: insomnio

Durante un tiempo, “Felipe” recibió atención psicológica, pero sus crisis de depresión llegaron a ser tan fuertes que el médico le recetó antidepresivos. Sin embargo, aunque estos lograron que conciliara el sueño en las noches, la depresión no se fue. En los últimos diez años, tras ser diagnosticado, ha tenido que aprender a vivir con ella.

“Una crisis de depresión llega solo porque sí”, relata. “Felipe” describe la depresión como un sentimiento de vacío y de tristeza que te envuelve, pero no sabés por qué. Podés estar en tu casa o en cualquier lado cuando te dan unas ganas inexplicables de llorar y vos sentís que tenés una crisis, pero no podés detenerla”.

Durante las crisis de depresión, para “Felipe” los cambios de humor pueden ser tan marcados, que es capaz de alzar la voz, aunque por naturaleza no sea explosivo. Y con esto ha tenido que lidiar solo, porque su familia no sabe de su padecimiento y los pocos amigos que lo saben no comprenden con exactitud cómo es que se vive con depresión.

“A mí me agarra feo cuando estoy solo. Y esto, en cierto punto, ha afectado mi vida social porque cuando tengo crisis invento que tengo cosas que hacer para no salir (…) Y siempre tengo el cuestionamiento de qué hice para caer en esto, porque no es algo que vos te provoqués. No es algo que dependa de vos dejar de tener. No es como que te digan ya no estés triste y dejés de estarlo. Aunque tampoco es un estado permanente, a veces puede ser momentáneo y otras prologando”, comparte.

El estigma de la depresión y del suicidio

Un velo llamado estigma cubre los problemas de salud mental. Muchas personas no tienen la costumbre de acudir a una atención psicológica o ir donde un psiquiatra. A esto se le suma que cuando se padece depresión es poco probable que haya deseos de buscar atención médica. Por eso, las familias y amigos deben estar pendientes de algunas señales.

“El indicador que nosotros vemos cuando alguien está deprimido es la abulia. Es que ni siquiera me da deseo de hacer las cosas más básicas como bañarme, vestirme, levantarme, peinarme. La persona se queda como en modo pausa. Eso se nota en los adultos, pero en los adolescentes y niños es diferente, porque ellos pueden presentar mucha inquietud, rabia y agresividad y eso puede ser depresión”, explica Alfaro, quien es directora del Centro de Desarrollo Psicosocial de la Universidad Centroamérica (UCA).

síntomas de depresión: apatía, desinterés

Cuando una persona comienza a decir que tiene deseos de morir o que está cansada de su situación es uno de los signos de alerta que no deben pasar desapercibidos. En estos casos lo primero que se recomienda es hablar con la persona afectada. Preguntarle cómo se siente, si ha pensado en el suicidio y si la respuesta es positiva, indagar si sabe cómo hacerlo. Esto será clave para saber cuál es el grado de la emergencia y buscar soluciones inmediatas.

“Si está claro y tiene ideas suicidas hay que llevarlo donde los especialistas, convencerlo si no quiere. A veces la gente solo necesita que le digamos: ‘Yo conozco a alguien, vamos, intentemos’, y va. A veces no quieren porque, si hay depresión, no quieren mover un pie. Se debe buscar a personas que saben del manejo del suicidio, centros como este”, explica Alfaro.

Se necesita “romper la cultura del silencio”

Para la psicóloga, Martha Cabrera, vivimos en un país con multiduelos no sanados, y con una cultura de silencio arraigada de generación en generación.

“Hay quienes están vivos, pero están muertos por dentro, porque vivir les cuesta mucho y se convierte en una carga muy pesada”, afirma.

La mayoría de las personas que pierden las ganas de vivir, vienen de familias en las que se conversa poco lo que les provoca que “les duela vivir”, porque cuando empiezan a sentirse en abandono por mucho tiempo “sienten que son los únicos que se sienten así, pero si lo hablaran se darían cuenta que es más común de lo que se imaginan”, explica Cabrera.

Los duelos no sanados vienen de factores como la guerra, la migración, los abusos, los fenómenos naturales, su misma historia personal o familiar, señala esta psicóloga que ha sido pionera en la visibilización de los traumas colectivos.

“El suicidio no es un acto de valor ni de cobardía. Simplemente es una salida que la gente en ese momento vio como una salida” -- María Auxiliadora Alfaro, psicóloga.

Cabrera dice que muchas veces las personas recurren a “empastillarse” para “tapar la realidad”, pero eso no resuelve nada. “Se debe trabajar en estrategias de intervención y darse cuenta si estamos tejiendo realmente vínculos afectivos. Muchas veces llegan pacientes y te dicen que no habían hablado con nadie de lo que sentían, lo que definitivamente es contrario a la naturaleza humana”, explica.

síntomas de la depresión: irritabilidad

La importancia de la salud mental

En otros países, hay hospitales que internan a las personas que llegan con ideas suicidas. En Nicaragua, esto ocurría hace varios años, pero desde 2007 los programas de salud mental se cerraron, alegando que habría una reestructuración, que trece años después sigue pendiente.

“Esto que está sucediendo ahora nos muestra que la atención a la salud mental en este país es muy pobre y ha sido muy pobre por muchos años. Y de alguna forma se han reunido muchos factores que nos han generado esta situación, que no solamente es la crisis actual porque cada persona que se ha suicidado ha tenido una historia de vida, de carencias y de traumas”, señala Wheelock.

La mayoría de suicidios en Nicaragua son de hombres. Para Cabrera, eso se explica por el mismo modelo de masculinidad de la sociedad.

síntomas de la depresión: culpabilidad

“En la vida cotidiana se enfrentan a eventos que los vuelven vulnerables, pero ellos cierran la boca y el corazón. No construyen intimidad por el silencio con los otros, la educación que reciben les dice que está mal mostrar sus sentimientos”, dice.

Buscar un motivo para vivir

La mejor manera de explicar lo que le pasa a “Gladys” es decir que siente “un cansancio de la vida”. Los días que siente depresión profunda son “momentos en que nada tiene sentido y no hay futuro, solamente está el presente en el que siento un sufrimiento insoportable”.

“Gladys”, una ingeniera de 37 años, empezó a deprimirse un día cualquiera mientras caminaba por las calles de Diriamba, su ciudad, y de repente sintió como si estaba en un lugar desconocido. Lo primero que hizo fue encerrarse en su habitación.

Desde ese momento, que ya olvidó cuándo fue —o más bien “prefiere” no recordar— empezó a tener problemas de sueño.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pronosticó hace dos años que para el 2020 la depresión se convertirá en la primera causa de problemas de salud y discapacidad en el mundo. Y entonces no había una pandemia, que siete meses después ya supera el millón de muertos.

Por eso no es exagerado hablar de que muchas personas se deprimen en los últimos años, pero es simplista hablar de ellos como si fuese una moda. Para Cabrera, el problema es cada vez más visible. “Pero no se trabaja para combatir la depresión”, advierte.

Según un estudio dirigido por la OMS, la poca atención de las personas diagnosticadas con depresión resultan en una pérdida económica global de un billón de dólares cada año. Las pérdidas son incurridas por los hogares, los empleadores y los gobiernos. “Los hogares pierden financieramente cuando la gente no puede trabajar. Los empleadores sufren cuando los empleados se vuelven menos productivos y son incapaces de trabajar. Los gobiernos tienen que pagar mayores gastos de salud y bienestar”, señalan.

Según Cabrera, el principal error de nuestras sociedades y particularmente en países como Nicaragua es que “no nos enseñan a identificar planes de vida, ni encontrarle sentido a nuestra existencia”.

“Tenemos un país con baja autoestima colectiva, pero también la educación que recibimos no nos hace buscar un propósito de vida”. -- Martha Cabrera, psicólóga.

De acuerdo con los expertos, la atención psicológica o psiquiátrica no solo la debe recibir la persona que está deprimida, sino también su familia, pues en la mayoría de casos estos no saben cómo reaccionar, no comprenden qué está pasando y el apoyo es clave para superar la depresión.

Hay que estar listos para hablar, pero también listos para escuchar al otro. Debemos estar dispuestos y puede ser que lo que nos cuenten nos sacuda, pero por lo mismo —sentencia— debemos pensar cuánta empatía estoy en capacidad de brindarle al otro”.


“Se puede salir de la depresión y del suicidio”

El 18 de julio de 2002 es una fecha que Arnoldo Martínez Ramírez no olvidará jamás. Ese día intentó quitarse la vida. “Sentía que estaba en un cuarto oscuro sin salida alguna”, explica.

Después de seis años de terapias, pero sobre todo darse cuenta del amor familiar, decidió escribir el libro “Caminando un nuevo sendero”, en el que trata de dar “pistas” sobre cómo enfrentar crisis existenciales que viven muchas personas.

síntomas de depresión: falta de apetito

“Creo que al final del camino me doy cuenta que no hay un motivo en particular que te haga querer dejar de existir, pero si eso provocó que me diera cuenta de la importancia de hablar más, de expresar mis sentimientos, de no ocultar lo que uno siente”, explica.

Aunque no sabe exactamente qué le provocó intentar suicidarse, enumera algunos de los grandes dolores de su vida. Su papá falleció cuando el apenas tenía 15 meses, padeció poliomielitis, perdió a su abuelo que murió de una forma trágica, se divorció de su primer matrimonio. “Todas esas cosas dejaron huellas profundas de dolor en mí, pero decidí continuar con mi vida”, sentencia.

En su libro cuenta su experiencia con la depresión severa, los desórdenes de ansiedad y su intento de suicidio. Además narra sus vivencias y todo lo que de una u otra forma le ayudó a combatir “el monstruo de la depresión”.

Las motivaciones para escribir

Para Martínez Ramírez este libro tiene dos motivos: “dar testimonio de la misericordia de Dios por ayudarme a superar esta enfermedad tan terrible y ayudar a los demás contándoles mi experiencia”.

Asegura que no podría haber superado su crisis personal sin la ayuda de su esposa, sus hijos, sus psiquiatras, familiares y amigos. “Le encontré un nuevo sentido a mi vida, y es contar mi experiencia para ayudar a otros que pasan por una situación similar”, insiste.

Recientemente decidió relanzar el libro con una nueva edición digital gratuita para que más personas puedan leerlo. “En estos tiempos duros de crisis que vive Nicaragua, espero que el mensaje de esperanza llegue a todos aquellos que viven tiempos de dolor y desesperanza y que sepan que todo se puede superar”, afirma el autor.


Crisis ha afectado estado socioemocional de los nicaragüenses

La investigación “Situación socioemocional en Nicaragua 2019”, realizada por Gloria Carrión en conjunto con Funides, confirma que la crisis sociopolítica que surgió en abril de 2018, afectó la salud mental de los nicaragüenses, pues entre sus hallazgos se comprobó que el 62.5% de la población se siente más agobiada que dos años antes.

síntomas de la depresión: pesimismo

“Las principales afecciones y padecimientos que los hombres y las mujeres sufren en el marco de la crisis sociopolítica y sus repercusiones económicas incluyen trastornos en el sueño (42%), ansiedad (33.4%), depresión (30.9%), y falta de apetito (26.5%)”, reza el informe final.

Para obtener estos datos, realizaron una cuesta estimada en la proyección poblacional de Nicaragua para el 2018, que estableció el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE). Esta fue aplicada del 31 de mayo al nueve junio de 2019 y se escogieron personas mayores de 16 años, de zonas urbanas y rurales del país.

Asimismo, se comprobó que han sufrido agravios en su salud mental tanto los nicaragüenses que afirman estar interesados en la situación del país, como los que dicen no estarlo.


Factores de riesgo que detonan depresión y suicidios

  1. Si hay antecedentes de abuso sexual, abandono y maltrato en la infancia.
  2. Duelos o pérdidas no procesadas.
  3. Violencia estructural como violaciones a derechos humanos.
  4. Si en la familia alguien intentó o se suicidó. Si la misma persona trató de suicidarse y no lo logró.
  5. Si muestra impulsividad.

síntomas de la depresión: pérdida de energía


Centros de apoyo

Ante síntomas de depresión, hay que acudir por ayuda, incluso profesional. Estos son algunos de los centros de apoyo que pueden servir de apoyo.

Centro de Desarrollo Psicosocial P. Ignacio Martín Baró de la UCA

Recibe pacientes internos de esa universidad y también de fuera. La consulta cuesta 70 córdobas. Sin embargo, como es pequeño hay limitaciones de cupos. En general las personas que llegan llenan una ficha evaluativa para programar la cita.

Sanar

En mayo de 2018 nació este colectivo de psicólogas que atiende a través de Twitter. Las personas pueden escribirles vía inbox o a través de la línea de ayuda: +505 8327 8079

Centro de mujeres Ixchen, Managua

Brindan atención gratuita a adultos los días lunes, miércoles y viernes. Para agendar cita podés escribirles a través de Facebook o llamar al 2244 3189 o al 8285 2631.

Equilibrium

En este centro ofrecen servicios de psicología, medicina oriental, nutrición, yoga y meditación. Constantemente organizan talleres para trabajar el desarrollo emocional. Podés llamar al 2276 1161 para tener más detalles de la atención.

Clínica San Juan

Aquí se reúnen distintas especialidades de la salud entre ellas psicólogos y psiquiatras que pueden apoyar a personas con depresión, ideas suicidas, adicciones, etc. Podés llamar al número 2270 6285 o visitarlos de los semáforos hotel Seminole 1 c oeste 2 1/2 c al norte.

Calma

Esta es una aplicación móvil desarrollada por un grupo de psicólogos y psiquiatras argentinos. Está disponibles solo en Android. En ella el usuario puede planificar su semana. Guardar momentos especiales y hay una sección en la que podrás aprender sobre qué son las emociones, qué es una crisis y algunas recomendaciones. Asimismo, hay un botón llamado “Necesito ayuda” en el que la aplicación interacciona con vos para tratar de buscar una solución o sino llama a un número de emergencia que previamente configuraste.

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