21 de septiembre 2016
San José.- Un migrante haitiano de los miles que se encuentran varados en Costa Rica falleció este miércoles, un día después de que se negara a ser internado en un hospital para recibir tratamiento por un mal crónico, informó la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME).
El fallecido fue identificado como Jean Eddy Fontiche, de 40 años de edad, quien iba a ser devuelto a su país próximamente, pues se había acogido a un proceso de retorno voluntario con la ayuda de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), explicó la DGME en un comunicado.
Fontiche fue encontrado muerto hoy en el campamento que los migrantes improvisaron con bolsas plásticas y tiendas de acampar cerca de la frontera con Nicaragua, donde unos 2.000 de ellos esperan a que el Gobierno nicaragüense les permita cruzar para continuar su travesía hacia Estados Unidos.
"El señor Fontiche padecía una enfermedad crónica y fue atendido de manera regular en la clínica de la Caja Costarricense del Seguro Social en la localidad de La Cruz (cerca de la frontera), adonde fue trasladado por la Cruz Roja en al menos cinco ocasiones", indicó la DGME.
La última vez que el haitiano fue atendido en la clínica fue ayer martes, cuando se negó a ser trasladado a un hospital para ser internado y recibir tratamiento, agregó la información oficial.
Los estudios médicos descartaron que el migrante padeciera alguna enfermedad que pusiera en riesgo la salud pública, de acuerdo con la DGME, que no precisó el mal que sufría el haitiano.
El cuerpo de Fontiche fue trasladado a la morgue del Organismo de Investigación Judicial, donde se le practicará la respectiva autopsia que determinará la causa de su muerte.
Este es el segundo migrante que fallece en Costa Rica este año, pues en mayo pasado murió uno indocumentado a causa de una bronconeumonía.
Según datos oficiales, desde abril pasado Costa Rica recibe un flujo constante de migrantes haitianos y africanos, y se calcula que han ingresado unos 10.000 de ellos.
Unos 2.500 se encuentran en albergues habilitados por el Gobierno, pero otros 2.000 se niegan a estar allí, pues prefieren vivir en el campamento que improvisaron, debido a que se encuentra más cerca de la línea fronteriza.
Este campamento reúne pobres condiciones de sanidad y de comodidad, pero el Gobierno no ha logrado convencer a los migrantes de abandonar el sitio.
Muchos de los haitianos y africanos que ingresaron a Costa Rica siguieron su camino hacia Estados Unidos pagando a traficantes de personas, según reconocen las autoridades y los mismos migrantes.
El Gobierno costarricense también indicó que muchos de los migrantes son haitianos que dicen ser africanos para evitar un proceso más simple de deportación.
Aunque Costa Rica mantiene cerradas sus fronteras al paso de migrantes irregulares, cientos siguen ingresando ilegalmente por la extensa línea fronteriza con Panamá, ante lo que el Gobierno les otorga a estas personas permisos de tránsito temporales por su territorio.
Costa Rica vive una crisis migratoria desde noviembre del 2015 cuando unos 8.000 cubanos irregulares ingresaron desde Panamá y quedaron varados debido a la negativa de Nicaragua de dejarlos pasar por su territorio.
Mediante un plan conjunto con México, Guatemala y El Salvador, se establecieron puentes aéreos que en abril pasado culminaron con la salida de todos los cubanos, quienes siguieron hacia Estados Unidos para acogerse a los beneficios migratorios especiales que les brinda ese país.