
26 de abril 2025
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Funeral del pontífice latinoamericano reunió a unas 250 000 personas en la plaza de San Pedro y aledaños y otras 150 000 en las calles de Roma
Vista aérea de los fieles asistentes a la misa funeral del papa Francisco en la Plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano, el 26 de abril de 2025. // Foto: EFE/EPA/Alessandro Di Meo
Francisco, el papa de los pobres, recibió este sábado 26 de abril de 2025 el emotivo adiós de centenares de miles de personas en la plaza de San Pedro, y de muchas más que se apostaron para ver el cortejo fúnebre por las calles de Roma.
El funeral del pontífice, fallecido el 21 de abril a los 88 años, fue una solemne y emotiva ceremonia en la que se recordó el legado de los doce años de pontificado de Francisco, siempre en apoyo de los más desfavorecidos delante de destacados mandatarios mundiales.
El papa Francisco se afanó en “construir puentes y no muros”, una frase que repitió a lo largo de su pontificado, recordó en la homilía de su funeral, el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, que destacó la importancia de los migrantes en el pontificado de Francisco, con alusiones a su primer viaje oficial, a la isla de Lampedusa, y también a la misa que celebró en la frontera entre EE. UU y México.
Y lo hizo delante de algunos de los adalides mundiales de las políticas ultraderechistas anti-inmigración, como el presidente estadounidense Donald Trump, el primer ministro húngaro, Viktor Orban; o la jefa del Gobierno italiano, Giorgia Meloni.
Re quiso destacar que Francisco “estableció contacto directo con la gente, deseoso de estar ahí para todos, con una marcada atención a quienes tenían dificultades, dedicándose a pensar en todo, hasta en los últimos habitantes de la Tierra y en los marginados. Fue un papa entre el pueblo, con un corazón abierto a todos”.
Y también recordó que “frente al estallido de tantas guerras en estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones”, el papa Francisco “no ha cesado de alzar su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar posibles soluciones”.
Unas palabras acogidas con una sonora ovación por los presentes en San Pedro y Santa María la Mayor.
Los romanos homenajearon a su obispo en el recorrido hasta la basílica donde fue enterrado en la más estricta intimidad después de ser recibido en la escalinata del templo por un grupo de desfavorecidos y algunos reclusos, que esperaron su llegada en la escalinata de entrada con una rosa blanca.
Unas 150 000 personas se echaron a las calles de Roma para despedir al papa Francisco al paso de su cortejo fúnebre, que en su viaje hasta su tumba bordeó el Coliseo o la histórica iglesia de los jesuitas y pasó por los antiguos vestigios de los Foros Imperiales.
El último viaje del pontífice argentino fue sobre un papamovil que llevó su féretro a la que será su tumba: la basílica romana de Santa María La Mayor, donde había pedido expresamente ser enterrado.
El icónico vehículo papal recorriendo las calles de la capital italiana en medio de la multitud emocionada fue una de las fotos de su despedida: nadie quiso perdérselo.
Después, fue llevado al sepulcro que Francisco encargó en vida, para un sepelio a puerta cerrada, mientras el templo volverá a abrir sus puertas a los fieles desde la mañana del domingo 27 de abril para quienes quieran visitar su sencilla tumba con un única inscripción: FRANCISCUS, su nombre papal, y una reproducción ampliada de su cruz pectoral en plata.
Entre una mezcla de emoción, tristeza, respeto y la sensación de vivir un momento histórico, miles de fieles dieron su último adiós al papa Francisco al llegar su féretro a la basílica de Santa María la Mayor de Roma, donde fue enterrado tras un masivo funeral.
En medio de un amplio cordón de seguridad y de vallas que cerraban el acceso a la plaza, miles de personas se fueron congregando en su entorno desde primera hora de la mañana para presenciar la llegada del pontífice para su entierro.
Al llegar el cortejo fúnebre al templo con el ataúd de Francisco, los fieles aplaudieron emocionados en unos minutos de máxima solemnidad, mientras personas pobres, sin hogar y refugiados —máximo exponente de los “marginados” a los que apelaba el papa— le recibían en el acceso a la basílica.
Tras la entrada del féretro en Santa María la Mayor, algunos congregados comenzaron a marcharse, pero muchos otros siguieron en la plaza ante la basílica con la certeza de que en su interior se iba a realizar el entierro en privado del papa.
Mientras en la plaza se seguía rezando un rosario que sonaba por los altavoces, Anna, una italiana de la región de Calabria, en el sur, explicaba que había llegado a Roma como peregrina.
“Es un momento de gran conmoción”, comentó a EFE, aún llorando con “tristeza” por el fallecimiento del papa Francisco pero contenta por el hecho de que haya tenido lugar esta multitudinaria despedida pública, con 250 000 personas en la plaza de San Pedro y aledaños y otras 150 000 que le arroparon durante su último viaje por el corazón de la ciudad, que tras atravesar la Vía de los Foros Imperiales bordeó el Coliseo para dejar una imagen histórica.
El entierro del papa Francisco en la basílica de Santa María la Mayor se produjo ante el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrel, y los familiares del pontífice.
También estuvieron presentes los cardenales que acompañaron el féretro tras su llegada con un cortejo fúnebre por las calles de Roma hasta la capilla de la basílica de Santa María la Mayor, donde se encuentra el icono de la Virgen “Salus Populi Romani”, de la que Francisco era muy devoto y donde iba a rezar a menudo ante este icono de la Virgen María y transmitió su expreso deseo de ser enterrado en el templo.
La tumba del papa Francisco tendrá una lápida de mármol de Liguria, en el norte, la tierra de sus antepasados italianos.
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Agencia de noticias internacional con sede en Madrid, España. Fundada en Burgos durante la guerra civil española en enero de 1939.
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