11 de septiembre 2024
El primer debate presidencial entre la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, y el exmandatario republicano, Donald Trump (2017-2021), fue también la primera vez que ambos se conocían en persona.
Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos se enfrentaron el martes 10 de septiembre, en Filadelfia, en un agitado debate que estuvo lleno de ataques personales y donde el republicano se mostró exasperado en múltiples ocasiones.
El encuentro, organizado por la cadena de televisión ABC News en Filadelfia, podría ser el único cara a cara entre ambos a menos de dos meses de las elecciones del 5 de noviembre, que decidirán si los demócratas consiguen alargar su proyecto político o si el país se enfrentará a un segundo mandato de Trump.
El magnate neoyorquino explotó en diatribas plagadas de falsedades sobre migración, las elecciones de 2020 o el aborto, mientras que Harris se mantuvo en calma, respondió con expresivos gestos faciales a las palabras de su contrincante y consiguió evadir preguntas sobre sus puntos débiles frente a los votantes.
La actitud defensiva del expresidente causó incluso "frustración" en algunos de sus aliados más cercanos, según filtraciones a medios estadounidenses, ya que sus asesores lo habían preparado para no caer en las "trampas" de Harris para sacarlo de compostura.
Uno de los momentos en donde más se evidenció esta salida del guion fue cuando reaccionó a un ataque de Harris, quien aseguró que sus seguidores se van temprano de sus mítines porque los encuentran "aburridos".
Trump estalló en un monólogo donde se hizo eco de una información falsa sobre migrantes haitianos "causando caos" en una ciudad de Ohio y secuestrando mascotas para comérselas: "Se están comiendo los perros, se están comiendo los gatos y las mascotas", dijo provocando la risa de su rival.
Ataques personales y miradas incrédulas
Los ataques personales por parte de ambos candidatos marcaron también el tono del debate. Tanto Trump como Harris incurrieron en esta estrategia de debate, acusándose mutuamente de ser un "peligro" para la democracia estadounidense.
La vicepresidenta dijo haber hablado con líderes militares que llaman a Trump "una desgracia", lo señaló de querer convertirse en un "dictador" y se burló de los temas de sus mítines.
El republicano, por su parte, acusó a Harris de ser una "radical" de ideología marxista, de "no tener un plan" para el país y de querer llevar a Estados Unidos a la ruina.
La vicepresidenta aprovechó la "pantalla divida" del debate televisado para usar su lenguaje no verbal en los momentos donde Trump tenía la palabra: levantó las cejas incrédula, lanzó miradas burlonas e incluso se rió en varias ocasiones del expresidente.
El republicano, por su parte, mantuvo la mirada fija en la cámara, los hombros estáticos y no miró casi en ningún momento hacia Harris.
Trump intentó centrar el debate presidencial en la migración
El republicano intentó llevar el hilo de la discusión al tema de la gestión de la migración, que se ha convertido en una de las prioridades de los estadounidenses de cara a las elecciones.
Trump y sus aliados republicanos han intentado asociar a Harris directamente con la política migratoria del mandatario, Joe Biden, llamándola erróneamente la "encargada de la frontera".
El expresidente repitió en varias ocasiones este reclamo, a la vez que insistió en narrativas xenófobas, acusando a los migrantes de estar "destruyendo" el país y señalando al gobierno demócrata como el culpable.
Harris, por su parte, evadió las preguntas sobre el tema y se limitó a dar su apoyo a un proyecto de ley que busca convertir en permanentes las restricciones al asilo que su gobierno ha impuesto en la frontera.
El aborto fue otro de los temas que provocó un enfrentamiento entre los candidatos, con Harris prometiendo proteger el aborto con una ley federal y Trump asegurando que cree en las excepciones a las restricciones al aborto en casos de violación, incesto y peligro para la vida de la madre.
La guerra en Ucrania, la guerra en Gaza y las elecciones de 2020 fueron también temas que enfrentaron a los candidatos en el debate presidencial, donde ambos se presentaron como la opción más sensata para el país.
El republicano acusó a Harris de "odiar a Israel", a lo cual la demócrata contestó asegurando que ha pasado su "carrera y su vida entera apoyando a Israel y a los israelíes".
Las encuestas dibujan unas estrechas elecciones en noviembre, con Harris superando a Trump por solo 2.7 puntos porcentuales en el voto a nivel nacional, según el agregador de encuestas FiveThirtyEight.
Los momentos del debate presidencial
Estos son los momentos más destacados de una noche que puede marcar las elecciones del 5 de noviembre, a las que ambos llegan prácticamente con un empate técnico en las encuestas, especialmente en los siete estados decisivos.
“Hola, soy Kamala”
Una de las grandes incógnitas previas era si Harris y Trump se saludarían estrechándose la mano.
Al entrar en la sala, Trump se dirigió directamente a su atril, mientras Harris cruzó el escenario y le tendió la mano. "Hola, soy Kamala. Tengamos un buen debate", dijo mientras se estrechaban la mano. "Encantado de verla. Que se divierta", respondió Trump.
Lenguaje no verbal
El debate presidencial fue especialmente acalorado y los candidatos recurrieron en varias ocasiones al lenguaje no verbal para mostrar su desaprobación.
Harris, consciente de que las televisiones suelen mostrar a los candidatos en pantalla dividida, aprovechó para mover la cabeza en señal de desacuerdo cuando Trump hablaba, para elevar las cejas en señal de sorpresa o para entrecerrar sus ojos, haciendo como que intentaba seguir el hilo de sus argumentos.
Por su parte, Trump esbozó sonrisas burlonas y, en algunas ocasiones, no pudo contenerse continuando sus ataques incluso cuando los micrófonos habían sido silenciados, según pudo comprobar el reducido grupo de reporteros presente en la sala.
Venezuela con esteroides
Para Trump, si Harris se hace con la Presidencia Estados Unidos se convertirá en "Venezuela con esteroides": "Está destrozando el país", dijo, reforzando sus críticas a la inmigración ilegal y a la gestión de la frontera.
El exmandatario acusa habitualmente a la Administración de Joe Biden de abrir la frontera a los inmigrantes ilegales y de permitir que países como Venezuela hayan conseguido reducir su nivel de criminalidad al "deshacerse" de esas personas.
El color de piel de Kamala Harris
Trump había puesto en duda en el pasado el origen de su rival demócrata. "¿Es india o negra?", se había preguntado. Este martes intentó desmarcarse de esa polémica: "No me puede importar menos lo que sea. Lo que ella quiera ser me parece bien", dijo justificando sus ataques anteriores en el hecho de haber leído que no era negra.
Harris, de madre india y padre jamaicano, calificó de "tragedia" que un candidato a la Casa Blanca utilice la raza, en su opinión, "para dividir" a los estadounidenses.
Retahíla de bulos de Trump
El exmandatario no pudo evitar repetir las mentiras a las que suele recurrir para alertar a la población sobre los demócratas y su gestión: desde que permiten el aborto a los nueve meses de gestación e incluso la ejecución de bebés recién nacidos.
Este martes se hizo eco de otra retórica racista expandida por su bando, la que acusa a migrantes de comerse los perros y los gatos de los ciudadanos que viven en las ciudades fronterizas, algo desmentido también por las autoridades locales.
La obsesión de Trump por el tamaño de las multitudes
Trump presume a menudo de la cantidad de personas que asisten a sus actos. En 2017 se obsesionó durante días con la cobertura mediática de su investidura, asegurando falsamente que había ido más gente que a la de Barack Obama (2009-2021).
Este martes incidió en esa línea afirmó que sus mítines son "los mayores y más increíbles en la historia de la política", mientras Harris consiguió enfadarlo al decir que los ciudadanos se van de esos encuentros por cansancio y aburrimiento.
Harris, armada
Harris aprovechó para dejar claro que tanto ella como su compañero de fórmula, Tim Walz, poseen armas de fuego.
Esta declaración podría atraer a votantes independientes que temen que los demócratas restrinjan la posesión de armas, un derecho protegido por la Constitución de EE. UU.
Cuando Trump la acusó de querer confiscar las armas a los estadounidenses, Harris respondió: "Tim Walz y yo somos propietarios de armas; no vamos a quitarle las armas a nadie, así que basta de mentir continuamente sobre este tema."
En 2019, durante su campaña para la nominación presidencial demócrata, Harris ya había mencionado que poseía un arma para su seguridad personal.