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Zozobra de comerciantes tras incendio en el Mercado Oriental

“Estamos en el aire, con deudas, y es lo que más nos urge es saber de qué vamos a vivir después de este incendio”, dice una comerciante

incedio

Un trabajador de la Alcaldía de Managua descansa tras el esfuerzo de limpieza en el Mercado Oriental después del incendio que quemó 208 tramos, en mayo. Carlos Herrera | Confidencial.

Maynor Salazar

22 de mayo 2017

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La mirada de la mujer está perdida en el trabajo que realiza un operario de la Alcaldía de Managua (ALMA). Observa cómo martillazo tras martillazo las láminas de zinc, que conformaban su tramo hasta el incendio del 14 de mayo en el Mercado Oriental, caen por la fuerza del golpe. Sus ojos se ponen vidriosos cuando la última tabla es retirada del lugar. Ahora solo ve un espacio vacío dentro del inmenso mercado.

“Me llamo Jasmine Valle y vivo en Ciudad Sandino. Yo tenía un tramo dentro del mercado y perdí todo a causa del incendio y el saqueo que surgió después que empezó el fuego”, dice la mujer de la mirada perdida, que empleaba a tres personas en su negocio, único único ingreso para pagar deudas, alquiler y alimentación de sus hijos.


Los días posteriores al incendio del domingo 14 de mayo, los trabajadores de ALMA trabajaron para retirar la chatarra que quedó de los tramos. Botaron las paredes del Galerón de Abarrotes y con ayuda de cuadrillas subcontratadas por Unión Fenosa revisaron las conexiones eléctricas de la zona afectada.

A Jasmine nadie le avisó del incendio. Esa madrugada ella escuchó en las noticias que el Oriental se estaba quemando y junto a su esposo tomó el autobús a las 5:45 de la mañana. Cuando llegó al mercado y se dirigía a su tramo para comprobar si había o no algún problema, varios policías le dijeron que no podía pasar, que era muy peligroso.

“Desde lejos miraba mi tramo. Se estaba quemando porque estaba ubicado a un costado del galerón, que fue donde empezó todo. La Policía no dejó que me acercara a recuperar mis cosas, me decían que habían sacado algo y medio me alegré, pero después que controlaron el fuego y llegué a mi tramo, no había nada”, cuenta la mujer con enojo.

Jasmine pertenece a los 156 comerciantes que fueron afectados por el incendio y por los saqueos que delincuentes realizaron mientras se consumían varios tramos en el sector del Galerón de los Abarrotes, en la Zona Dos del Mercado Oriental.

Al igual que sus demás compañeros, Jasmine solo sabe que la cooperativa Caja Rural Nacional (Caruna R. L.), vinculada al Frente Sandinista, ofrecerá créditos a los afectados. Sin embargo, desconoce si el dinero de ese crédito será para la reconstrucción de los tramos o para invertir en nueva mercadería. Tampoco conoce cuál es la suma que recibirá, si será en córdobas o en dólares, y a qué plazo tendrán que pagarlo. Lo único que sí sabe es que será un desembolso a cero por ciento de interés.

Para conseguir el ansiado desembolso, los comerciantes afectados tuvieron que realizar filas y anotar su nombre, número de cédula, lugar donde tenían el tramo y si su pérdida fue parcial o total.

Para que la labor fuera completa, miembros del Consejo de Liderazgo Sandinista, anotaban más datos de los comerciantes. De igual forma inspeccionaban el estado de los tramos para corroborar si había un daño menor o mayor.

“Estamos ayudando a los comerciantes afectados, nuestra intención es que todos recuperen lo que perdieron y ordenar, porque no podemos seguir en la misma situación”, aclaró Cristina Sánchez, miembro de los CLS.

Una ciudad dentro de otra ciudad

El mercado Oriental tiene varios escuadrones de seguridad debidamente identificados y reconocidos por la Policía Nacional del Distrito Uno y Cuatro de Managua.

Tiene su propio cuerpo de bomberos voluntarios, un centro de salud, un centro educativo para los hijos de los negociantes, comiderías, barberías, talleres automotrices, es un centro de empleo para el que quiera probar suerte de vendedor.

Si hay problemas entre comerciantes, existen mediadores de conflictos capacitados en complejo judicial en Managua. Este centro de compras es una ciudad dentro de otra ciudad.

Desafortunadamente también tiene muchos problemas. No hay agua potable en la mayor parte de los tramos. Si llueve se inunda, si tiembla no hay un lugar para evacuar. Y si hay un incendio, casi siempre es originado por una conexión ilegal en algún tramo de ropa, zapatos o abarrotes.

Apagar un incendio a lo interno del Oriental es misión casi imposible. El desorden en los callejones, sumado a los vendedores ambulantes que andan en sus carretones de un lado a otro, y la poca disponibilidad de hidrantes, lo convierten en un lugar vulnerable a los siniestros.

“Es que aquí es un solo relajo. Hay días que no quiero ni venir, pero como tengo una pulpería debo abastecerla. Una vez estaba tan lleno que casi me ahogo, la gente anda como animal, los callejones son estrechos. En un terremoto nos quedamos todos aquí”, dice Javiera Ramírez, una compradora.

Los comerciantes entienden del riesgo de tener conexiones ilegales, pero no denuncian a nadie. Algunos han llegado a afirmar que las mismas cuadrillas de Unión Fenosa, realizan estos “trabajitos”, aunque no ha sido comprobado.

“Nos pasó esto (incendio) y dicen que fue por una conexión ilegal, otros que fue porque quedó encendida una vela. La verdad es que aquí no aprendemos la lección, todos los años hay un incendio, pequeño o grande. Y nosotros mismos no hacemos caso, porque nos dicen que nos retiremos, pero cuando las autoridades dan la vuelta, volvemos a lo mismo”, consideró Gonzalo Sosa, otro comerciante.

El testigo: fue un bajón de energía

Dos días después del incendio, Edgard Francisco Martínez está sentado a la entrada del portón del Galerón de los Abarrotes. Sobre la mesa que está frente a él tiene más de veinte bolsas de pan que trae desde Masaya. El día del incendio llegó a las 4:30 de la mañana, como era habitual. Pidió al guarda de seguridad del galerón que le abriera para sacar más pan que tenía en una bodega.

“Entré, saqué el pan para acomodar en mi mesa. Hubo un bajón de energía y al ratito el guarda de seguridad del galerón me estaba llamando diciendo que se estaba quemando un tramo y que seguía otro. Yo le avisé a otro compañero y a como pudimos tratamos de sofocar las llamas, pero estaba complicado”, cuenta Martínez.

El agua que tenían a disposición la usaron para apagar una parte de los dos tramos. Luego no hubo más y a pesar de que los bomberos llegaron varios minutos después, el siniestro no se pudo controlar. El incendio avanzó a más tramos que tenían productos inflamables, y cuando llegaron refuerzos, las llamas estaban fuera de control.

“Yo también estaba sacando mi producto. Lo que no ayudó en nada fue que no había presión suficiente en los hidrantes. Y eso llevó a que el incendio afectara a los otros tramos, cuando vimos ya no se podía hacer nada”, continuó Martínez

El incendio fue controlado a las diez de la mañana y el resultado fue de 208 tramos afectados, un detenido, y muchos comerciantes con pérdidas millonarias.

“Yo perdí más de un millón de córdobas”, asegura Jasmine mientras ve el espacio vacío en su tramo. “Yo perdí y no por el incendio sino por el saqueo. La Policía no cuidó nuestros tramos”, resalta Bismarck García.

A pesar de que Rosario Murillo, vicepresidenta del gobierno, informó en una de sus habituales intervenciones de mediodía, que el incendio del pasado domingo fue provocado por un cortocircuito en uno de los tramos del Galerón de los Abarrotes, por uso de conductores eléctricos no adecuados, los comerciantes consultados por Confidencial tienen más culpables.

Uno de esos señalados es la Corporación Municipal de Mercados de Managua (Commema) y su gerente, Augusto Rivera. Un comerciante que pidió omitir su nombre por temor a represalias, manifestó que esta autoridad conoce de las conexiones ilegales en cada tramo, pero dice “que no hace nada” porque le dan unas “ayuditas”.

“Commema cobra de forma mensual una cuota por cada tramo que está en el mercado. El que da más dinero es al que le permiten todo y ahí se van grandes distribuidoras, almacenes, tiendas de ropa y zapato. La autoridad aquí pide para no decir nada. Qué no me vengan a decir a mí que no saben nada”, confesó el comerciante.

ALMA prometió un reordenamiento para asegurar que las principales vías de acceso estén despejadas. Los comerciantes consideran que esta solo es una promesa gastada que repiten año con año.

“La idea está buena. Pero de nada sirve que dos semanas pasen en eso si después no realizan inspecciones, y si las hacen, los que están en irregularidad ocupando espacios que no son permitidos, pagan por debajo. Si el reordenamiento viene igual no nos va a servir de nada”, agregó el comerciante.

También aseguró que dentro del mercado existe un grupo que se dedica a realizar conexiones ilegales con el consentimiento de la empresa Unión Fenosa. “Es que uno no denuncia porque le caen después, pero es algo que todos sabemos”, afirmó.

El acusado

Moisés Lazo estaba sofocado tratando de abrir un portón para auxiliar a los demás comerciantes que intentaban apagar el fuego de sus tramos. Pedía a gritos que abrieran un portón en el Galerón de los Abarrotes.

Cuando llegó la Policía a resguardar el lugar, le preguntaron si conocía a otros comerciantes. Le pidieron que los acompañara a traer agua. “Y después lo montaron a la furgoneta y se lo llevaron, lo trataron como a un perro”, cuenta Celia Lazo, hermana de Moisés, quien fue acusado por el delito de aprovechamiento indebido del fluido eléctrico.

Los familiares de Moisés y demás comerciantes lo defienden. El supuesto culpable mantiene firme su postura de inocencia, y en la audiencia preliminar dijo a los medios de comunicación que una comerciante tiene un trato con Unión Fenosa para comprar energía eléctrica a las distribuidoras y revender el producto a más comerciantes.

“Dissnorte no tiene conexiones en el mercado porque dicen que es de alto riesgo. Le venden (distribuidoras) energía a Doña Ligia, quien nos vende a nosotros”, afirmó Moisés, quien agregó que esta supuesta mujer cobra por adelantado y tiene un cobrador a su disposición.

“Mejor no lo pudo decir el hombre. Yo no sé si él anda metido en eso o no, pero ahí tenés, y si las autoridades no quieren investigar sobre esa piedra que les dio, pues es porque algo tendrá esa señora”, aportó el comerciante a Confidencial.

Los planes para el Oriental

Santos Murillo siempre compra en el mercado Oriental. Cada miércoles va religiosamente a buscar frutas, verduras y uno que otro producto para su pulpería ubicada en el barrio Costa Rica, en Managua.

La noticia del incendio la madrugada del domingo 14 de mayo no le sorprendió. Cree que es algo que va a seguir repitiéndose mientras no exista un orden el mercado y mientras no haya un cambio de mentalidad de parte de los comerciantes.

En esta semana, Fidel Moreno, Secretario General de la Alcaldía de Managua, presentó a los medios oficialistas las propuestas que están analizando, junto a dirigentes de los comerciantes, para poder liberar las vías de acceso del centro de compras.

“Estamos proponiendo dos accesos, de norte a sur y este a oeste, con seis metros de ancho. Es una propuesta que nos permitirá asegurar que el mercado se divida en cuatro cuadrantes y que los cuerpos de emergencia entren al mercado y desarrollen su actividad y que tengamos mejor seguridad”, explicó Moreno.

El secretario de la Alcaldía de Managua garantizó que si la propuesta llega a ser aceptada, probablemente el mercado tendría, en esos cuadrantes, un patrullaje permanente de parte de la Policía Nacional, además de la incorporación de un servicio de recolección de basura más ágil y la introducción de buses hasta el corazón del mercado.

Las reuniones continuarán a lo largo de esta semana para determinar el plan a seguir. Mientras tanto, los comerciantes esperan que su situación se arregle lo más pronto posible.

“Es que estamos en el aire, con deudas, con todo y es lo que más nos urge, saber de qué vamos a vivir después de este incendio”, finaliza Jasmine.


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Maynor Salazar

Maynor Salazar

Periodista. Investiga temas de medio ambiente, corrupción y derechos humanos. Premio a la Excelencia Periodística Pedro Joaquín Chamorro, Premio de Innovación Periodística Connectas, y finalista del premio IPYS en el 2018.

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