14 de marzo 2016
Nicaragua necesita políticas que promuevan el control fiscal y la iniciativa empresarial, además de controlar la corrupción y garantizar el estado de Derecho, como requisitos para promover la competitividad, según Kevin Carr, adjunto del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, para México y Centroamérica.
Carr estuvo en Managua para participar en un simposio coauspiciado por el Consejo de las Américas, el Consejo Superior de la Empresa Privada, (Cosep), y la recientemente formada Cámara de Energía de Nicaragua, en el que se analizaron las perspectivas económicas del país.
Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, junto a Carr, se encargaron de dar la visión internacional de una Nicaragua que crece más que sus vecinos, pero a tasas todavía insuficientes para sacar de la pobreza a grandes masas de población. El ex canciller Francisco Aguirre Sacasa, el presidente del Cosep, José Adán Aguerri, y el asesor presidencial para temas económicos, Bayardo Arce, complementaron el panel.
Dado que al país le interesa mejorar y elevar los niveles de captación de inversión extranjera, Carr recordó que ello requiere asegurar transparencia, gobernabilidad, respeto a unas reglas del juego que deben ser justas y cuyo cumplimiento esté garantizado, con altos estándares bancarios que se aplican de manera rigurosa, sin olvidar una verdad que está ahí, latiendo todo el tiempo: el resto de países compite por los mismos recursos.
Carr dice que estamos viviendo ¨tiempos interesantes” porque la geopolítica latinoamericana está cambiando muy rápido, con regímenes ‘de izquierda’ cayendo uno tras otro (Cuba y su deshielo con Estados Unidos; Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, etc.). Los mercados también cambian: China ya no depende tanto de las exportaciones para garantizar su crecimiento, mientras el desplome del precio del petróleo y de los comodities determina quiénes entran y quienes salen de la lista de países ganadores.
Aunque todos esos hechos suenen más a noticias de sección internacional, Nicaragua no puede pretender que es una isla, y que en este mundo hiper e inter conectado, no le afectará algo que ocurre al otro lado del mundo, o en el hemisferio sur. “A veces, las economías de Centroamérica actúan como si fueran islas, y olvidan cooperar entre ellas”, añadió.
“Tienen que trabajar junto con sus vecinos de Centroamérica para resolver los problemas que ahora les impide aprovechar mejor las oportunidades que les da el Tratado de Libre Comercio con mi país (el Cafta-RD); necesitan coordinarse mejor para crear economías de escala”, recomendó.
Resolver lo de adentro
El ex canciller Aguirre coincidió en la necesidad de realizar reformas estructurales para que el país salga adelante, recordando que hay otros desafíos que enfrentar: la baja en los precios de nuestros principales productos de exportación; la sequía, que nos golpeó dos años seguidos; el lento despertar de la economía estadounidense, y los riesgos asociados a la salida de Inglaterra de la zona euro, el menor crecimiento chino, o la debacle venezolana.
Sacasa recomendó que “en vez de pensar en canales, deberíamos usar el Cocibolca para riego; democratizar los dividendos del ‘bono petrolero’ ofreciendo a la sociedad, tarifas más razonables”, y, siendo que este es un año electoral, “respetar la tradición democrática que comenzó en 1990”.
El titular del Cosep, Aguerri, prefirió señalar otras tareas que el país debe resolver. Lograr ‘encadenamientos productivos’ que permitan acelerar la economía nacional; ‘caminar’ más rápido para no rezagarnos de la región, y mantener el entendimiento con el gobierno en los temas económicos, pero también en lo político.
El dirigente gremial dijo que hace tiempo, la entidad que dirige se planteó impulsar “las tres ‘E’, o sea, energía, empleo y educación”. Con el tiempo, se dieron cuenta que debían incluir otras tres: exportaciones, emprendimiento y encuentro social. “Nicaragua ha tenido solo dos periodos de paz duradera: 1870–1900, y 1990–2015. Venimos de la confrontación y de sacrificar el bienestar de los nicaragüenses, pero necesitamos cambiar esa historia”, reclamó.
El asesor presidencial Arce defendió la búsqueda de consenso con sindicalistas y empleadores, a la vez que abogaba por que las comisiones de seguimiento con las entidades empresariales sean más efectivas, y de dos vías, de modo que la tónica no sea solo llegar a pedir soluciones al gobierno, sino también aportar para encontrarlas.
A Arce le gustaría que los banqueros financien proyectos de ‘cultivo’ de agua, para paliar los efectos de la sequía; que las universidades protagonicen los cambios que el país requiere de cara a la preparación de sus profesionales, siendo que “casi el 50% de la educación universitaria está en manos privadas”, o que la construcción de un puerto en Bluefields sea parte de una asociación público privada.