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Nicaragua con “mediocres” perspectivas de crecimiento económico de 2023 a 2027

EIU advierte las razones por las que Nicaragua seguirá siendo uno de los países más pobres de Centroamérica, si continúa el régimen Ortega-Murillo

Ilustración: Confidencial

Iván Olivares

19 de noviembre 2022

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Los conflictos políticos recurrentes, y la escasa confianza en el Estado de derecho debilitarán las perspectivas de crecimiento de Nicaragua, a pesar de las oportunidades de negocio en minería, energía y manufactura, por lo que el país seguirá siendo uno de los más pobres de América Central, a pesar del apoyo que pudiera dar China, detalla la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU, por sus siglas en inglés), en su reporte de noviembre.

En su informe de octubre, el EIU indicó que el ritmo de crecimiento de nuestra economía seguirá desacelerándose en 2023, pese a una leve mejora de las perspectivas del país de cara al cierre de 2022, señalando que la recesión en Estados Unidos de finales de 2022 e inicios de 2023, afectarán a los sectores exportadores nicaragüenses, en especial la maquila.

En noviembre, indica: “la economía continuará enfriándose en 2023, debido a una combinación de términos de intercambio debilitados, un clima de inversión deficiente, bajo crecimiento del crédito, y salarios reales en declive. Esperamos que varias de estas tendencias persistan en los años siguientes, lo que resultará en un crecimiento medio anual mediocre del 1.9% entre 2023 y 2027”.

A tono con varios otros organismos, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el Banco Central de Nicaragua (BCN), el EIU pronostica que el producto interno bruto crecerá 3.5% en el presente año, para desplomarse en el quinquenio siguiente, creciendo 1.5% en 2023 y 2.1% en 2024, para luego oscilar entre 1.9% y 2.0% entre 2025 y 2027.


Un elemento importante dentro de ese pronóstico “mediocre”, es el creciente aislamiento del régimen, en donde destacan su decisión de renunciar a la Organización de Estados Americanos (OEA), y su comportamiento en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde los representantes de Ortega se pusieron contra el mundo, al emitir uno de los cinco votos a favor de Rusia en su agresión a Ucrania.

Al recordar cómo disminuyen las posibilidades del régimen de seguir recibiendo “respaldo financiero significativo” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), o del Banco Mundial y del FMI, donde Estados Unidos tiene mayor influencia, la Unidad de Inteligencia prevé que Ortega tratará de mantener el estatus quo con Centroamérica para no arriesgarse a perder el apoyo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que es su principal acreedor. “Aun así, es poco probable que los flujos de crédito a Nicaragua sean tan generosos como lo fueron en 2020-21, cuando el país recibió ayuda y recursos relacionados con la pandemia para apoyar la reconstrucción” posterior a los huracanes Eta y Iota.

“Apretarse” la faja

Ese contexto fue el que llevó a Ortega a apostar por China, como fuente de financiamiento e inversión. “A medida que pase el tiempo, el país se beneficiará de al menos suficiente inversión china para llenar los vacíos que dejan las fuentes multilaterales y bilaterales. Un factor que juega a favor del Gobierno es que el requerimiento de financiamiento de Nicaragua es pequeño desde la perspectiva de China”, país que ganaría un aliado estratégico dentro de la esfera de influencia de Estados Unidos.

Un primer paso fue la firma, en enero, de un Memorando de Entendimiento que permitiría a Nicaragua ser parte de la denominada “Ruta de la Seda”, además de rubricar en agosto un “Acuerdo de Cosecha Temprana”, que funciona como un precursor de un acuerdo de libre comercio, al que podrían seguirle “acuerdos bilaterales adicionales” en los próximos meses, buscando salir definitivamente, de la recesión vivida entre 2018 y 2020.

Participar en la “Ruta de la Seda”, podría “allanar el camino para la inversión china en infraestructura en sectores que van desde la energía hasta el transporte”, dice el EIU. El Gobierno puede tratar de utilizar las oportunidades de exportación que genere la firma del citado acuerdo comercial preliminar, “para mejorar las relaciones con la comunidad empresarial local”, buscando nuevas inversiones nacionales, pero “un entorno comercial débil, serias limitaciones logísticas y un alto nivel de riesgo político mantendrán moderado el potencial de crecimiento”, añade.

Con todo, aunque “es probable que el financiamiento chino (tanto dentro como fuera del presupuesto) brinde cierto alivio, no obviará por completo la necesidad de medidas de ajuste del cinturón”, señala el informe, en referencia a que siempre será necesario “apretarse la faja”.

“En el frente externo, los préstamos y la inversión de China eventualmente se volverán esenciales para cubrir el déficit dejado por una disminución en la asistencia de las instituciones multilaterales…. En el frente interno, el Gobierno continuará emitiendo bonos en los mercados financieros locales. Sin embargo, tendrá que ofrecer altas tasas de interés para atraer inversores, lo que elevará los costos del servicio de la deuda”, vaticina.

Cubrir las necesidades de financiamiento externo no será fácil, ya que el EIU prevé que las multilaterales reducirán sus desembolsos de deuda y los socios inversores extranjeros de EE. UU. reducirán su exposición a Nicaragua, debido al riesgo latente de nuevas sanciones. Si bien los préstamos y la inversión de China brindarán cierto apoyo en la segunda mitad del período de pronóstico, es poco probable que esto impida una disminución moderada de las reservas de divisas, desde los casi USD 4000 millones a principios de 2023, a USD 3700 millones en 2027.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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