28 de abril 2016
Centroamérica necesita comenzar a implementar los numerosos acuerdos y declaraciones de nivel presidencial y ministerial que se han firmado en los últimos años para agilizar el paso de sus numerosos puestos fronterizos (hasta 10, según la ruta que se tome), de modo que la carga pueda llegar más rápido entre un país y otro.
“Nicaragua tiene muchos acuerdos comerciales, pero necesita facilitar los procesos” para constituir una empresa, o para que la carga entrante y saliente pase más rápido por los puestos fronterizos de la región, en especial, siendo que no tenemos un puerto en el Caribe, explicó Juan Sebastián Chamorro, Director Ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), al presentar el segundo Informe de Institucionalidad Económica que dedican al comercio transfronterizo y la tramitología.
Chamorro detalló que el primero de esos informes, presentado hace dos años, se hizo con datos de 2013, mientras que éste, que refleja información cortada a 2015, confirma que una mala gestión de ambos procesos genera “atrasos, tiempo perdido, menores ganancias, pérdida de impuestos, y que el consumidor pague precios más altos por los mismos servicios”.
Hasta 15% más, en el caso de algunos productos y servicios, tal como lo detalló al ser entrevistado en el segmento ‘Cuentas Claras’ del programa de televisión ‘Esta Noche’, que se transmite por canal 12.
Las posiciones de los asistentes a la presentación del Informe van desde agilizar y minimizar procesos (pasando por invertir en infraestructura y capacitar al personal), hasta quienes como Norman Caldera, ex canciller de la República, abogan por hacer realidad el eslogan de que “la mejor aduana es la que no existe”.
El diplomático recordó cómo, al ser nombrado Secretario General Adjunto del Sistema de Integración Económica Centroamericana (Sieca), en 1992, encontró una serie de problemas aduaneros regionales, que siguen igual casi un cuarto de siglo después. “Siento que esto es como un ‘déjà vu’. Es la misma situación que hace 24 años: casi no ha cambiado nada”, exclamó apesarado.
Burocracia y corrupción
Henry Thompson, Secretario Ejecutivo de la Comisión Interinstitucional Facilitadora del Comercio, opina que más que una aduana ‘inexistente’, debe ser ‘imperceptible’, de modo que cumpla su función sin perjudicar la actividad económica. Agilizar la actividad comercial “beneficia al exportador y al país”, dijo recordando la importancia de simplificar procesos, sin por ello descuidar los temas de seguridad personal, inocuidad de los productos, el etiquetado de calidad, etc.
Caldera identifica dos niveles de oposición al proceso de simplificación del paso de fronteras. La primera, a la que llama ‘nivel oficial’, ocurre en los ministerios, cuando no se cumplen las decisiones presidenciales. “Los ministros de integración son los principales enemigos de la integración, porque si ésta ocurre, ellos se quedan sin cartera”, aseguró.
La segunda ocurre a nivel de la base, donde la desaparición de los trámites y los pagos dejarían sin cuantiosas ganancias a quienes se benefician de la corrupción, y que son, a su juicio, los que se encargan de inventar nuevas tasas y procedimientos, para poder cobrar después por efectuarlos, o por su exoneración.
Con eso en mente, Funides recomienda, por ejemplo, que se haga más uso de la tecnología para poder efectuar trámites en línea, y que los transportistas no requieran de portar un documento físico para poder hacer el mismo trámite en dos puestos fronterizos que apenas están separados por una pared… o una raya.
Si de paso juntan las dos aduanas a una sola por frontera (o se deciden por un sistema de aduanas periféricas, donde solo se pague y se revise la mercadería al entrar por cualquier puerto de Centroamérica), ¡mejor!