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El reto del agro es la productividad

Michael Healy, presidente de Upanic: Nicaragua aún tiene espacio para aumentar más su productividad agropecuaria

Bancos abren líneas de créditos para productores. El Gobierno no se ha reunido con ellos ni ha presentado informe de daños a la agricultura

Iván Olivares

26 de mayo 2017

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Aunque se ha avanzado mucho desde la Nicaragua de los años 80 del siglo pasado, en la que el sector agropecuario exportaba unos 180 a 190 millones de dólares, a este siglo XXI en el que se perciben ingresos por más de US$2,000 millones, es mucho lo que hace falta recorrer para que el país vuelva a merecer el título de ‘Granero de Centroamérica’.

“En 1977 Nicaragua llegó a su máxima productividad. 40 años después, no hemos podido recuperar esos niveles de producción. A las pruebas me remito. Ahí están los números”, remarca Michael Healy, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), recordando una época en la que el país exhibía su músculo rural.


No quiere decir que no sea posible volver a lo más alto del podio. Healy lo reconoce cuando dice que “definitivamente, Nicaragua tiene todas las condiciones y todas las áreas para volver a ser el Granero de Centroamérica. Somos, hoy por hoy, bastante más productivos en muchos rubros, de lo que son los países de la región, y tenemos rubros en los que producimos más que nuestros vecinos”, tales como frijol, leche y carne.

Incrementar la producción y la productividad pasa por lograr un gran acuerdo nacional que permita elegir con certeza los rubros que queremos potenciar para identificar –y eliminar- los cuellos de botella que se presenten, además de asegurar que quienes se dediquen a esos rubros, tendrán las facilidades (tecnología, financiamiento, asesoría técnica, inteligencia de mercados, infraestructura, etc.) para ser exitosos.
Aunque todos estos elementos son importantes, la base es aumentar el rendimiento de las unidades productivas, de modo que se pueda garantizar el abastecimiento del mercado local, y disponer de un excedente para vender en el extranjero.

En esta entrevista, Healy muestra que el liderazgo del sector sabe que debe apostar por la industrialización, porque exportar productos terminados es más rentable que vender materia prima, lo que eleva los ingresos de los productores, reduce el riesgo que representa la volatilidad de los mercados, genera empleo, y aumenta la recaudación.

¿Debemos seguir exportando materia prima, o es posible industrializar la producción agropecuaria?

Estamos trabajando en la industrialización, pero es un proceso complejo. Hay un sinnúmero de componentes para que sea sostenible en el tiempo. Mientras, queremos fortalecer la cadena que va desde el productor hasta la industria, haciendo que el mismo productor sea parte de esa agroindustria. Que sea un componente de la misma.

Buscamos una agroindustria que esté conformada por tres elementos: el productor, que garantiza el abastecimiento; la inversión, sea nacional o extranjera, y la banca. Ya tenemos al productor y a la banca, que han dicho que sí, y tenemos inversionistas interesados.

Este esquema responde al vaivén de precios internacionales de las materias primas, para que el productor, además de participar en esa transformación, obtenga ganancia al vender su cosecha, y logre otro ingreso cuando esa industria venda su producción.

A la vez, disminuye sus riesgos como productor, porque será parte de una cadena, y la industria se beneficia por tener asegurado el abastecimiento de materia prima. Eso hace que el esquema sea sostenible en el tiempo y le da más seguridad a la banca.

Al hacerlo así ganan todos: gana el país porque estas transformando el producto y no exportás materia prima, lo que eleva los ingresos por exportaciones; también, porque estás creando fuentes de empleo. Gana el productor, porque puede tener un ingreso extra al hacer la transformación, y gana el inversionista, porque un fortalecimiento de la cadena, le da sostenibilidad a su inversión

¿Hay proyectos agroindustriales en desarrollo?

Sí. Tenemos un inversionista, productor y acopiador de frijoles, que está montando una planta en Matagalpa valorada en US$1.5 millones, para producir frijoles molidos y empacarlos al vacío.
En el rubro de la yuca, acaban de instalar una planta en Chinandega que necesita 4000 manzanas. Ya se están poniendo de acuerdo con el apoyo de las asociaciones de productores de León y Chinandega, para comenzar a sembrar yuca para abastecer esa planta.

En plátanos, estamos terminando los estudios, aunque ya tenemos clientes tanto en Europa como en el Caribe, donde consumen este producto. Nosotros trabajamos de manera sostenible: nos aseguramos de tener el cliente antes de tener la planta. Tenemos el producto. Si conseguimos el cliente, la planta cae por sinergia.

La planta se está diseñando con una sola línea de producción, (de tostón, maduro frito, o trozos de plátano precocido y precongelado, además de dos variedades de chips) pero si aumenta la demanda, metemos otra línea para duplicar la producción, o creamos otro turno de ocho horas para lograr lo mismo.

¿En qué otros rubros están trabajando?

En cerdo, tenemos a la Cámara Nicaragüense de Porcicultores (Caniporc), miembro de Upanic, que tiene una gran producción de carne de cerdo. Hemos mejorado la productividad y la eficiencia en la crianza de cerdos, y hay una gran demanda. Es posible que a mediano plazo haya necesidad de montar otro matadero de cerdo.

En lácteos, aquí hacemos los quesos, que se van a El Salvador y Honduras, y allá se maduran. Nos hace falta una red de cuartos fríos para madurar los quesos aquí. En vez de exportar queso recién hecho hacia El Salvador para que allá lo maduren y exporten hacia Estados Unidos como producto salvadoreño, deberíamos hacerlo aquí en Nicaragua.

Hay dos grupos mexicanos que tienen interés en este rubro, porque ven que la producción de leche en Nicaragua es la más grande de Centroamérica, y eso que solo acopiamos el 40% a 45% de la leche que se produce.

El productor lechero ha invertido mucho dinero en genética para que el rendimiento por vaca sea mucho mayor. Es un rubro que tiene dónde crecer, pero hay que dar herramientas a los productores, para que puedan crecer y ser parte de esa transformación.

Si es tan buen negocio, y desde hace años están dadas las condiciones, ¿por qué no vemos un boom en este campo?

El problema es la falta de productividad. Recordemos que Nicaragua tuvo la peor economía mundial entre 1980 y 1990, con una inflación del 36,000%: el Estado manejaba la materia prima, la industria, todo.
Hoy las cosas se manejan de forma diferente, y Upanic pone su grano de arena capacitando a los productores. Estamos organizando ya el IV Congreso Nacional Agropecuario, donde traemos especialistas internacionales que enseñan a mejorar la productividad en los diferentes rubros y estamos viendo los frutos. Hace 10 años, no teníamos la producción que tenemos hoy.
El reto de los transgénicos
Vilipendiados por unos y alabados por otros, las semillas transgénicas son una realidad ante la cual los países y los sectores productivos deben marcar posición.

Michael Healy, presidente de Upanic, opina que “existe la necesidad de investigar qué podemos hacer en biotecnología”, recordando que “en todo el mundo han convivido las semillas tradicionales con aquellas que son productos de la biotecnología”, en busca de podemos mejorar la productividad.

A escala nacional, recuerda que “el país importa 6.5 millones de quintales de maíz amarillo transgénico o producido con biotecnología. ¿Por qué no lo producimos aquí, y damos una oportunidad a los productores?”, cuestiona.

Esa posibilidad resulta aún más urgente de analizar, si se tiene en cuenta que el cultivo del sorgo, del que se siembran entre 35,000 a 40,000 manzanas, entrará en riesgo de desaparecer cuando se cumpla el periodo de desgravación del Cafta.

“¿Qué opciones tendrán esos productores? Es obligación del Estado darles herramientas para que puedan salir adelante y seguir produciendo, pero si mañana nos dicen, ‘se desgravó el Cafta’, se acabó el sorgo.

¿Qué vas a hacer con esos 40,000 productores afiliados a Upanic, y los muchos miles de pequeños más que hay por fuera?”, insistió.

Con eso en mente, señala que “todos podemos convivir. No estamos pidiendo que salgan del país las semillas criollas, pero tenemos que darle opción al productor, las herramientas para que él escoja qué quiere sembrar”.

La ventaja es que “existe una ley que fue aprobada con el consenso de quienes estaban a favor y de quienes no lo estaban. Habrá muchos que estén en contra, pero tenemos que darle opciones al productor. Hay que recurrir al diálogo, escuchar a los científicos, y completar el marco legal (no se ha aprobado su reglamento) para que todo sea bien hecho”, concluyó.


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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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