26 de marzo 2024
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La inclusión de la portabilidad numérica en el anteproyecto de Ley General de Telecomunicaciones Convergentes, abre las puertas para que los usuarios nicaragüenses sean los propietarios de sus números telefónicos.
Así estos podrán marcharse de una telefónica sin perder su número. Un poder que hasta ahora le pertenece a las dos telefónicas que dominan el país: Tigo y Claro.
Este servicio de portabilidad existe en el resto de Centroamérica desde 2011.
“La portabilidad numérica es el primer paso hacia un mercado más atractivo, con más competencia, y un campo de juego equitativo que redundará en mejores oportunidades de crecimiento y expansión para todos los operadores”, dijo Gabriela Lago, consultora de Tahoe Consulting LLC, consultada por CONFIDENCIAL en 2017, cuando se comenzó a hablar de este tema en Nicaragua.
¿Cómo funciona el cambio de afiliación telefónica?
En Nicaragua todavía no está definido cómo operará la portabilidad. Un ejecutivo de una empresa de telecomunicaciones, que habló con CONFIDENCIAL bajo anonimato, marcó dos caminos:
- Crear un “archivo nacional” con instancia técnica donde se almacene la información de los usuarios y se ejecute el traslado.
- Que la telefónica a la cual el usuario quiera migrar solicite al servidor la liberación del número y este le informe a la operadora “original” el traspaso.
En otros países de Centroamérica la experiencia para el usuario es sencilla y gratuita. La única condición es que el usuario no tenga pagos pendientes con la compañía que quiere abandonar.
En Costa Rica, los usuarios pueden cambiarse hasta cinco veces al año y el traslado tarda un máximo 48 horas desde que inició la solicitud, según información del Consejo de la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL). Una vez que el cambio esté ejecutado, el usuario recibe una nueva SIM, con su mismo número, pero de la nueva compañía telefónica.
Desde 2014 —cuando se implementó la portabilidad— hasta mediados de 2022, en Honduras se realizaron 255 026 portaciones, que presentan un 3.4% del total de usuarios de telefonía móvil.
Según la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) de Honduras, “todos los usuarios de telefonía móvil se benefician con la portabilidad numérica, aunque no ejerzan su derecho a portarse, pues el mercado ha mejorado en términos de oferta y competitividad”. En este país el cambio dura menos de 24 horas.
Más promociones para retener a usuarios
Al darle a los usuarios la propiedad de sus números telefónicos, las compañías en Nicaragua tendrán que aumentar su presencia en el mercado, diversificar las promociones y los planes para ganar nuevos clientes, indicaron algunos expertos en ventas consultados por CONFIDENCIAL.
En Panamá las operadoras ofrecen “el doble o triple de su plan inicial, o bien, dan equipos a precios más bajos, siempre y cuando se queden con ellos, por al menos dos años”, explicó un exejecutivo de ventas.
En Costa Rica las empresas ofrecen descuentos en su servicio, aumento de gigas, minutos o mensajes. En Honduras las telefónicas brindan bonos iniciales de gigas, redes sociales gratis y saldo ilimitado.
Las promociones que beneficien a los usuarios son innumerables, podrían incluso reducirse los costos de llamadas a otra red, evitando que los usuarios tengan que adquirir dos SIM, uno por cada compañía.
¿Quién paga la operatividad de la portabilidad numérica?
Implementar el servicio de portabilidad numérica en Nicaragua tiene un costo que todavía no está claro quién asumirá. Generalmente, según los expertos, lo paga el Estado.
Un empresario con amplia experiencia en el sector de telecomunicaciones dijo que cambiar de empresa conservando el número celular “se hace a través de un integrador, que tiene la plataforma y se la vende al ente regulador”, y que el proceso no es extremadamente caro, pues “la empresa invierte unos ocho millones de dólares en tecnología”.
Organizar este esquema es necesario porque aunque un usuario renuncie a seguir trabajando con un operador, y se pase a trabajar con el otro, el primer operador sigue teniendo y manejando los datos del cliente que se le fue, y ese operador es el que recibe la señal de la llamada y se la pasa al otro operador, que es quien termina cobrando.
“Al final, gana la empresa que recibe a los inconformes, porque es la que está haciendo negocio con ese nuevo cliente, pero también gana la otra empresa, la ‘abandonada’, porque le cobra un peaje a la otra”, explicó.
