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Este viacrucis organizado en Costa Rica rompe el silencio desde el exilio, en una institución crucificada por la represión de Daniel Ortega.
Al menos un centenar de nicaragüenses exiliados en Costa Rica, incluyendo sacerdotes desnacionalizados, pudieron orar en libertad y en público en favor de las víctimas de la represión, y la Iglesia perseguida en Nicaragua.
Este viacrucis organizado en Costa Rica rompe el silencio desde el exilio, en una institución crucificada por la represión de Daniel Ortega. Los sacerdotes exiliados y desnacionalizados, Harving Padilla, Uriel Vallejos, y el sacerdote dominico español-nicaragüense, Rafael Aragón, participaron en la organización del viacrucis para orar por los migrantes y por Nicaragua.
La solidaridad de la iglesia costarricense auspició esta procesión en la víspera de Semana Santa en la parroquia San Isidro Labrador, del cantón Vázquez de Coronado en San José.
En el viacrucis participó una de las hermanas misioneras de la caridad de Madre Teresa de Calcuta, una nicaragüense desterrada junto a toda su congregación religiosa en julio de 2022 por el régimen de Ortega. Mientras tanto, los exiliados y migrantes nicaragüenses se solidarizaron con los feligreses que en su patria no pueden vivir y manifestar públicamente su fe.
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