1 de septiembre 2020
Granada vive dos realidades: en el día, las calles lucen solitarias, incluso la famosa calle La Calzada; los cocheros permanecen aparcados en el Parque Central Colón; y las lanchas ancladas en pequeños muelles en el Lago Cocibolca. En la noche, surge otra Gran Sultana, la de bares y restaurantes con visitantes; de barreras de toro a reventar. Una Granada que desafía a la covid-19.
La sandinista Alcaldía Municipal ha tratado de llenar el vacío del día con actividades como actos culturales en el parque central o un palo lucio en el centro turístico de esta ciudad, con motivos de las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Asunción. Estos actividades reúnen a decenas de personas en un mismo punto.
En las noches, la actividad se resume en un solo punto. La calle La Calzada reúne a los que desafían la covid-19 en los bares, discotecas y restaurantes. Por falta de espacio, las mesas están juntas y al máximo de su capacidad, sin ninguna medida de prevención al contagio de covid-19, nada más que el alcohol que los meseros les aplican en las manos a los visitantes.
Las mesas que antes estaban ocupadas por estudiantes y turistas extranjeros ahora son solo ocupadas por unos cuantos turistas nacionales en el famoso “Vigorón El Gordito”; su copropietaria Angélica Talavera ha reducido a la mitad el personal debido a la poca afluencia de visitantes.
Talavera recuerda que aún en medio de la crisis sociopolítica hubo días donde preparaban hasta diez sacos de yuca por día y ahora solo unos 150 platos de vigorón, que equivale a dos sacos. A pesar que sus ingresos han bajado, ella ha invertido en la ubicación de lavamanos, alcohol líquido para el uso de los clientes y mascarillas para sus trabajadores.
En el malecón de Granada, donde las familias llegaban a caminar por las costas del Cocibolca y a contratar un viaje en lanchas por las isletas, hoy luce desolado. Las lanchas que antes hacían hasta diez viajes por días, ahora solo realizan tres viajes.
Barrera de toros con entrada gratis
En su último informe el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, publicado el 27 de agosto, registra que en Granada hay 101 muertes sospechosas vinculadas la pandemia del nuevo coronavirus y un total de 273 casos sospechosos de contagio por el mortal virus. Pese a estas cifras, al menos 300 pobladores se aglomeraron el sábado pasado en la rústica barrera de toros, ubicada en uno de los costados del malecón; la alcaldía sandinista organizó uno noche de novillos; la entrada fue gratis. En su mayoría los asistentes no usaban mascarillas.
Unos 20 policías custodiaban la entrada y las esquinas de la barrera, la invitada de honor fue la alcaldesa de la ciudad, Julia de la Cruz Mena. En medio de música de chicheros y licor a bajo costo, las personas se iban juntando en la baranda del redondel. A la salida del primer toro, unos 40 ciudadanos, entre adultos, jóvenes, adolescentes y niños, se juntaron en el centro del terreno para “jochar” al animal y montarlo. La mayoría de estos fiesteros andaban sin mascarillas.
Una familia de turistas nacionales abordan una lancha en un muelle. Un lanchero en tiempos de la covid-19 realiza unos 10 viajes a la semana, cuando antes hacía la misma cantidad en un día. Debido a la escasez de turistas han rebajado la tarifa. Nayira Valenzuela | Confidencial
Manuel Molinares, un músico de 54 años, todos los días debe enfrentarse a los riesgos de contagiarse de covid-19, para ganar dinero cantando y tocando serenatas. Su jornada comienza desde las seis de la noche hasta la mañana siguiente. Nayira Valenzuela | Confidencial