23 de noviembre 2022

Científicos reviven al lobo “terrible”, extinto hace más de 12 500 años

PUBLICIDAD 4D
PUBLICIDAD 5D
Con la actual crisis económica, estudios estiman que tanto las ventas del Black Friday como las de Navidad serán inferiores a otros años
Foto: Agencias | Niú
Deprisa, deprisa, ¡corre! Todo a la mitad… del doble.
Como muchas otras acciones de marketing, el Black Friday comenzó en Estados Unidos: el día después de Acción de Gracias la gente empezaba sus compras navideñas, aprovechando el día libre después de la celebración familiar. Tras las ventas de ese viernes las pérdidas que los negocios obtenían durante el año (o números rojos) se transformaban en números negros o ganancias.
Desde hace más de una década, y con el auge del comercio electrónico, esta enorme fiesta del consumo no ha parado de crecer a nivel mundial. Se calcula que en el Black Friday de este año (el 25 de noviembre), los consumidores están dispuestos a gastar más que el año anterior.
Pero no hay consenso en las previsiones. Con la actual crisis económica, estudios estiman que tanto las ventas del Black Friday como las de Navidad serán sensiblemente inferiores a las de años anteriores.
Independientemente del gasto, a medida que algunas empresas empiezan a lanzar sus promociones resulta más difícil identificar si las ofertas on line son auténticas, o si el sitio web ha ido inflando los precios de forma gradual para poder hacer un descuento que le permita mantener sus ganancias.
El Black Friday juega con el concepto de escasez y el efecto FOMO (Fear Of Missing Out, el miedo a perderse algo), ya que muchos consumidores piensan que estos precios y descuentos no volverán a estar disponibles hasta el año siguiente. Sin embargo, algunas investigaciones han revelado que muchos de los descuentos del Black Friday coinciden con rebajas similares que se realizan a lo largo del año.
En 2021, la asociación británica de consumidores Which? informó de que el 90 % de las ofertas del Black Friday tenían el mismo precio seis meses antes de las rebajas o, lo que es más preocupante, eran incluso más baratas.
En este sentido, según una encuesta de la asociación de consumidores Facua en la que participaron más 8 000 usuarios de Twitter, el 84 % de los consumidores españoles cree que la mayoría de los comercios ofertan falsos descuentos durante el Black Friday.
Desde hace unos años se utilizan en las redes sociales etiquetas como #BlackFraud y #BlackFraude para denunciar supuestas ofertas que en realidad no lo son.
Otra organización de consumidores española, OCU, viene realizando un seguimiento de precios desde 2015 para miles de productos en este gran día de ventas. Para ello, en 2021 monitorizó durante 30 días el precio de 16 270 productos de 52 tiendas distintas. El resultado fue que casi un tercio de los productos (32,5 %) presentaba precios más elevados en el Black Friday mientras que solo un 11,8 % costaba menos que durante los días previos.
Para evitar engaños el consumidor puede utilizar alguno de los comparadores de precios existentes. Herramientas on line como Camelcamelcamel, Keepa o Idealo permiten al comprador valorar si la compra que va a realizar es verdaderamente una oferta o simplemente una estrategia de precios.
Ante el desmesurado consumo durante el Black Friday, desde hace varios años se llevan a cabo iniciativas que promueven los derechos sociales y la defensa del medioambiente.
El Giving Tuesday se celebra el martes siguiente al Black Friday como respuesta solidaria frente al consumo. La intención es incentivar las buenas acciones de las personas y ya es un movimiento mundial que dura todo el año e inspira a cientos de millones de ciudadanos.
El mismo viernes del Black Friday se convocan también:
Nadie duda del impacto medioambiental del Black Friday que incluye, entre otras, las emisiones derivadas de la entrega de millones de paquetes en muy poco tiempo, el exceso de embalaje de los productos, las devoluciones de todos los artículos que no se necesitan o los residuos generados tras una vida útil muy corta.
A medida que los compradores modernos se decantan por marcas que valoran la sostenibilidad y el impacto positivo, muchas empresas buscan lavar su imagen para seguir vendiendo.
El lavado verde o greenwashing es una estrategia por la que las empresas intentan que sus productos parezcan respetuosos con el medio ambiente cuando en realidad no lo son tanto. Las campañas del Black Friday pueden ser un buen escaparate para intentar sacar provecho de aquellos (cada vez más) compradores que se preocupan por aspectos sociales o medioambientales.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original. Rafael Villa Martínez, Doctor en Ciencias Económicas. Profesor de Ciencias del Transporte y Logística, Universidad Camilo José Cela
PUBLICIDAD 3M
The Conversation es una fuente de noticias y análisis escritos por la comunidad académica e investigadora y dirigida directamente a la sociedad.
PUBLICIDAD 3D