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"Está escrito en la Biblia"

A propósito del reportaje de Carlos Salinas Maldonado "El suplicio de Vilma Trujillo, la nicaragüense que fue quemada en la hoguera"

Sede de las Asambleas De Dios, en Rosita. Carlos Herrera/Confidencial.

Nadine Lacayo

10 de marzo 2017

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La semana pasada escribí en Facebook que a Vilma Trujillo la asesinó atrozmente la cultura religiosa que, en su esencia es patriarcal. Después de leer el dramático reportaje de Carlos Salinas Maldonado en el diario El País "El suplicio de Vilma Trujillo, la nicaragüense que fue quemada en la hoguera", con más convicción lo creo así, y si la opinión pública quiere llegar a la raíz de este crimen, se debe reconocer que "hay más de una víctima", como lo apuntó un comentarista del artículo de Carlos,  refiriéndose a los ancianos y padres y a los hijos pequeños del “pastor” y su hermano. Reconozco que en un “coctel” se juntaron varios factores y que ni uno solo debe aislarse del análisis de este caso. Pero quiero hablar de uno central, y es el llamado “oscurantismo religioso”, cuyo origen se encuentra en la creencia arraigada de lo que está escrito en la Biblia en sus múltiples versiones. Las iglesias, tanto la católica como las derivadas del protestantismo las han institucionalizado en sus doctrinas, aunque con diferentes énfasis. Cito un par de los veinte y pico de versículos del Nuevo Testamento que hablan del diablo y su asociación con las mujeres: 1) Marcos 1:34: Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y expulsó muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque ellos sabían quién era El. 2) Marcos 7:26: La mujer era gentil, sirofenicia de nacimiento; y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio. 

Así, deduzco que el impacto de la Biblia en la población de El Cortezal, fue el autor intelectual del crimen de Vilma y que, el pastor o “medio pastor”, que dicho sea de paso quiere decir “persona que tiene por oficio guardar, guiar y apacentar el ganado”, fue el autor material, junto con los otros involucrados de las “Asambleas de Dios”. La víctima fue esa joven, porque le arrancaron su vida de forma horrorosa, pero también son víctimas las familias de esa comunidad que creyeron que hacían lo que las “Sagradas Escrituras” les ordena y está escrito. Esto es lo que explica la naturalidad y franqueza con que habla el líder cuando declaró que lo hicieron para sanarla, porque tenía el diablo adentro en forma de serpiente y se lo querían sacar. Además, dicen que la joven era una adultera y a las adulteras, que según la Biblia es un delito que las mujeres son las que principalmente lo cometen, se les castiga. En el contexto histórico del Nuevo Testamento, a las mujeres que cometían adulterio se les castigaba con la muerte lapidándolas y, en el mejor de los casos “sanándolas” y expulsándoles el diablo con oraciones públicas, crucifijos, exorcismo o, como en este caso, con el “fuego purificador”. Lo dice la Biblia en Proverbios 30:20, Job 25: 15, Levítico 18:20, 22, 29, Mateo 5;27 y Lucas 18: 20, y la gente sigue obediente las enseñanzas de sus pastores o párrocos que a su vez siguen obedientemente las enseñanzas de los presbíteros o clérigos, y no tiene acceso a la lectura de los teólogos o versiones más bondadosas (con las mujeres) de sus biblias y doctrinas particulares.


Sabemos que fue en una determinada “interpretación” bíblica y doctrinaria en la que se apoyó la Santa Inquisición para quemar mujeres, por lo que, en aquel contexto fue una matanza legitimada en la propia doctrina católica. La gente cree en la Biblia y la Biblia, además de misógina -me imagino que la versión original en hebrero, arameo y griego, era peor-, también habla del demonio. Es la razón por la que Carlos Salinas se refiere a “comunidad conservadora y machista”. Hay bastantes pasajes y referencias sobre el desprecio a las mujeres (Evas) tanto en las biblias católicas como en las protestantes (Génesis, Romanos, Corintio, Salmos, etc.) No ahondaré en el carácter patriarcal de la Biblia porque sobran estudios muy profundos, pero diré que esta visión contra las mujeres, comienza en el Primer Libro de la Biblia, el Génesis, en que se le atribuye a Eva (símbolo de las mujeres) la responsabilidad directa en el “pecado original” por la lujuria con que contaminó a Adán. La culpabilidad, la ubicación de inferioridad de las mujeres y su reducción a la reproducción de hijos con dolores de partos horribles, fue el castigo y la condena por nuestro sexo, y las políticas antiaborto están apoyadas en este rol asignado por la “Palabra de Dios”. Esta visión (el pecado e inferioridad de las mujeres) no solo aparece en la Biblia reiteradas veces (y aunque es salvada por el símbolo de María Madre de Jesús, ésta no tiene voz en la Biblia y fue embarazada por fuerzas divinas para cumplir con su mandato sin cometer pecado) sino en las escrituras de jerarcas de clericales y líderes laicos de las iglesias, algunos con mucha autoridad porque fueron convertidos en “santos”: el docto Santo Tomas de Aquino, San Pablo (de Tarso), San Irineo (de Lyon), San Agustín (de Hipona) y otros “padres eclesiásticos”: Tertuliano, Martin Lutero, Calvino, Escrivá de Balaguer, entre los más relevantes.

Muchos defensores de las iglesias y sus doctrinas, podrán argumentar que estas referencias están fuera de contexto y que por lo tanto son manipuladas para acusar de misoginia a las Iglesias y a la Biblia. El asunto es que, la gente y más las personas sin acceso a educación, cultura, comunicación y caminos (incluyo a los promotores de las iglesias, sus pastores y sacerdotes) tienen como referencia lo que está escrito y repito, eso es lo que está escrito en la Biblia. Si no veamos el caso concreto de la iglesia mundial Asambleas de Dios. En la Declaración de sus Verdades Fundamentales, la primera consiste en proclamar que “Las Escrituras, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, son verbalmente inspiradas por Dios y son la revelación de Dios al hombre, la regla infalible e inapelable de fe y conducta (2 Timoteo 3:15-17; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:21)”, y la última de sus veinte y cinco normas doctrinales se refiere ampliamente a lo mismo y la llama “Adoración a la Biblia” (Normas Doctrinales de AD). Además, figuran otras verdades: la reprobación del divorcio, la condena al homosexualismo, sobre la posesión del diablo en los creyentes, la sanidad divina de las enfermedades, etc. Sobre la posesión del demonio en los creyentes (Norma Doctrinal No. 6), literalmente dice: (…) pero el Nuevo Testamento hace más que exigir que prediquemos a Cristo. Advierte muy seriamente sobre el enemigo de nuestra alma y muestra que no debemos tratar ligeramente con los demonios. También enfatiza que hay libertad por medio de la mano de Dios”, el poder del Espíritu, y el nombre de Jesus.

Estoy clara que millones de cristianos no siguen literalmente lo dicho en las “Sagradas Escrituras” y que, según los teólogos y expertos, cada mensaje de la Biblia debe ser adecuadamente comprendido y no se debe seguir al pie de la letra, que se debe contextualizar, etc. etc., lo que quiere decir, que existen tantas interpretaciones como las cientos de miles de iglesias y grupos cristianas existentes en el mundo, sin embargo todas (incluyo al OPUS DEI) provienen de la Madre Iglesia Católica (Apostólica y Romana), quien hereda al protestantismo la esencia de su doctrina. Aparte de esto, ¡la gente cristiana no es teóloga ¡Y conocen más los textos bíblicos que el texto de la constitución! 


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Nadine Lacayo

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