El papa León XIV

A las 18:00 de la tarde hora de Roma, del 8 de mayo de 2025, en la tercera votación de ese día, en la cuarta votación general, los 133 cardenales reunidos en el Cónclave, concentrados a partir del 7 de mayo, eligieron papa. El acuerdo entre los cardenales ocurrió más rápido de lo que se esperaba. Se estimaba que el papa 267 de la historia sería electo el día 9 de mayo entre la tercera y cuarta votación de esa jornada.

Hora y media después, en el balcón central de la basílica de San Pedro, el protodiácono, cardenal Dominique Mamberti, el encargado oficial de anunciar el nombramiento, salió para pronunciar la tradicional fórmula en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!”. Y después dijo que el cardenal Robert Francis Prevost Martínez había sido electo como papa y que este adoptó el nombre de León XIV.

Una vez más, ya ha ocurrido en otras ocasiones, se cumplió el dicho que sostiene “quien entra papa sale como cardenal”. Ninguno de los cardenales que se veían como los más seguros candidatos para ser nombrado papa fue electo. El nuevo papa tiene la nacionalidad de Estados Unidos y desde 2015 también la de Perú. Es el segundo religioso de la Orden de San Agustín (OSA) que es nombrado papa; el primero fue Eugenio IV (1383-1447), que fue el 207 papa de la historia hace ya 578 años. Es el segundo de la historia que nace en América.

En el Cónclave, del cual el papa Francisco había nombrado a 108 de los 133 cardenales que participaron, el 80 % tienen una posición de centro y progresista, y los conservadores y ultraconservadores sólo representan el 20 %. No había ninguna posibilidad que un papa de este último grupo pudiera ser electo. La continuación del proyecto que impulsó el papa Francisco estaba garantizada y lo que había que ver es quién tenía el consenso para continuar con el mismo.

No hay duda de que el papa León XIV fue un obispo cercano al papa Francisco, que también era religioso, y que coincide en la visión que su antecesor tenía de la transformación que se debe hacer en la Iglesia. El nuevo papa tiene un fuerte compromiso con los pobres y los migrantes, y también con las reformas que deben continuar en la estructura de la institución de la que ahora es cabeza. El año pasado dijo: “El obispo no debe ser un principito sentado en su reino. Está llamado auténticamente a ser humilde, a estar cerca de la gente a la que sirve, a caminar con ellos, a sufrir con ellos”.

Después de la muerte del papa Francisco, el ahora papa planteó: “No podemos parar, no podemos retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que la Iglesia sea hoy y mañana, porque el mundo de hoy, en el que vive la Iglesia, no es el mismo que el mundo de hace diez o veinte años”. Y subrayó que su predecesor dejó un mensaje fuerte de que es necesario ir “hacia adelante”.

En 2023, el papa Francisco nombró al arzobispo Prevost Martínez, a quien hizo cardenal, para estar al frente de uno de los ministerios más importantes del Vaticano: el Dicasterio para los Obispos, un cargo clave en la estructura de la Iglesia por ser el que se encarga de los nombramientos de los obispos en todo el mundo. Esta responsabilidad lo puso en contacto con los obispos que tiene la Iglesia en las regiones donde está presente. Por eso mismo era un cardenal conocido por todos sus pares aunque no tuviera una presencia pública. Esta es la razón fundamental por la que fue electo. En su cargo le tocó reunirse con los obispos conservadores y progresistas.

Un perfil del nuevo papa

El cardenal Robert Francis Prevost Martínez, de la Orden de San Agustín (OSA), ahora papa León XIV, nació en Chicago, Illinois, el 14 de septiembre de 1955. Sus padres Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y su madre Mildred Martínez, de ascendencia española y francesa.

En la Universidad Villanova, de los agustinos, situada en Pensilvania, de 1973 a 1977, obtuvo el grado en Ciencias Matemáticas. En 1977 ingresó al noviciado de la OSA, en Saint Louis, Misuri. Hizo votos solemnes en 1981. En la Unión Teológica Católica, en Chicago, estudió una maestría en teología en 1982. El 19 de junio de ese mismo año se ordena sacerdote en Roma.

El doctorado en Derecho Canónico lo obtiene en 1987 en la Pontificia Universidad Tomás de Aquino en Roma. Habla inglés, español, italiano, francés, portugués; y lee latín y alemán.

Su vida como sacerdote ha sido un ir y venir entre Estados Unidos y Perú. Y entre el trabajo pastoral, la docencia, los cargos administrativos y las responsabilidades dentro de la OSA. En 1985 y 1986 tuvo su primer destino de trabajo en la misión de Chulucanas en Perú a cargo de los agustinos. Entre 1987 y 1988 fue promotor de la pastoral vocacional y director de misiones para la provincia de los agustinos en Chicago.

En 1988 regresa a Perú, y durante los siguientes diez años dirige el seminario de la OSA en Trujillo y enseña derecho canónico en el seminario diocesano, donde también fue prefecto de estudios. Se desempeña como prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998).

En la arquidiócesis de Trujillo presta servicio como vicario judicial (1989-1998), profesor de Derecho Canónico, Patrística y Moral en el seminario mayor; también ejerce como director de estudios, y es rector durante un año. De 1992 a 1999 se desempeñó como párroco de la parroquia de Nuestra Señora de Monserrat.

En 1999, asume el cargo de prior provincial de la Provincia Madre del Buen Consejo, de los agustinos en Chicago. Dos años y medio después, en 2001, el Capítulo General Ordinario de la OSA lo elige como prior general, y en 2007 lo reelige para un segundo mandato de seis años. Es un claro líder dentro de los agustinos. Su cargo le permite viajar por el mundo y tener una perspectiva global sobre los desafíos y dinámicas internacionales y de la Iglesia. De 2013 a 2014 fue director de formación en el Convento de San Agustín en Chicago y vicario provincial de la Provincia de Nuestra Madre del Buen Consejo.

El papa Francisco lo nombró administrador apostólico de Chiclayo, Perú, en 2014 y un año después obispo del lugar. En 2020 asume el cargo de administrador apostólico del Callao, que ejerce hasta 2021. De 2018 a 2023 fue vicepresidente de la Conferencia Epsicopal Peruana. En 2023 el papa Francisco lo designa como prefecto del Dicasterio para los Obispos y ese mismo año lo hace cardenal. Entonces se traslada a vivir en Roma donde ahora habrá de permanecer.

El nombre de León XIV

Desde el siglo XIII, los papas eligen un nombre a usar durante los años de su mandato. Este es un símbolo que expresa la admiración que se tiene al santo u otro papa del que se toma el nombre. Ya el nuevo papa dirá lo que significa el nombre que eligió.

De entrada se puede pensar que decidió llamarse así por el papa León XIII (1878-1903) que se distinguió por el compromiso social de la Iglesia. En 1891 publica la encíclica Rerum Novarum (Acerca de las nuevas cosas), uno de los grandes textos sociales de la Iglesia, donde denuncia la situación de injusticia en la que vivían los obreros y propone un modelo para mejorar su situación. El papa señala en el texto que la desigualdad atenta contra la dignidad de la condición humana.

Y también puede hacer referencia a la figura de san León Magno (390-461), el papa 45 de la historia, con quien se inicia la serie de papas que eligen este nombre. Él jugó un papel crucial en la consolidación de la autoridad papal y supo mantener la unidad de la Iglesia en tiempos de una situación muy difícil. En 452 enfrenta la invasión de Atila. Se entrevista con él y lo disuade de proseguir la invasión a Italia. Y tiene una intervención fundamental en el Concilio de Calcedonia que reconoce que Cristo es una misma persona con dos naturalezas: la humana y la divina. En Roma, afectada por la carestía, la pobreza y las injusticias realiza una gran cantidad de obras de caridad, que ahora podríamos entender como sociales.

*Artículo publicado originalmente en Nexos