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"Ya no era seguro” ejercer periodismo desde Nicaragua, afirma editor en jefe de La Prensa

Periodista Eduardo Enríquez denuncia la persecución del régimen Ortega-Murillo contra los trabajadores del diario La Prensa

Periodista Eduardo Enríquez denuncia la persecución del régimen Ortega-Murillo contra los trabajadores del diario La Prensa

Redacción Confidencial

28 de julio 2022

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El editor en jefe del diario La Prensa, Eduardo Enríquez, lamentó que ante la escalada represiva del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo "ya no es seguro" continuar haciendo periodismo desde Nicaragua. Situación que obligó a la dirección del rotativo a sacar a su personal del país para protegerlo y poder reorganizar su redacción desde el exilio.

Enríquez precisó que la persecución hacia los reporteros se agravó el pasado 6 de julio, a raíz de la cobertura que  La Prensa brindó a la expulsión de 18 misioneras de la caridad, de la orden de Madre Teresa de Calcuta. Ese día fueron arrestados y trasladados a la cárcel El Chipote dos de sus trabajadores y las viviendas de otros tres reporteros fueron allanadas por la Policía.


Además, a las viviendas de los reporteros, fotógrafos y editores llegaron personas vestidas de civil a preguntar por ellos y por su trabajo en el diario La Prensa. Un hecho que el editor en jefe interpretó como la transmisión del  mensaje "de que el régimen ya los tenía mapeados y no era muy prudente continuar en Nicaragua".

Durante esta entrevista que Enríquez concedió al programa Esta Noche, que se transmite en línea debido a la censura televisiva impuesta por el régimen, habla sobre la confiscación de la redacción de La Prensa, el encarcelamiento de sus directivos y trabajadores y plantea los nuevos desafíos que enfrentan para continuar informando desde el exilio.

El diario La Prensa anunció el exilio de todos sus redactores y reporteros gráficos que estaban en Nicaragua ¿por qué tomaron esa decisión?

Se tuvo que tomar repentinamente, a partir de la noche del 6 de julio, cuando fueron detenidos, secuestrados, dos de nuestros colaboradores, luego de realizar una cobertura y fueron allanadas las casas de otros tres miembros de nuestro equipo. Entonces tuvimos forzosamente que sacar al personal porque en las casas de otros colaboradores, de otros redactores, editores, fotógrafos, estaban llegando personas vestidas de civil a preguntar por ellos, llevando el mensaje de que el régimen sabía quiénes eran, qué hacían, y consideramos que ya no era seguro continuar trabajando con un régimen que ha criminalizado el trabajo periodístico.

¿Cuál es la situación de los dos conductores que fueron encarcelados?

Nosotros hemos tenido muy poca comunicación. Los familiares de ellos están tratando de tener la comunicación en la medida de lo posible. Entendemos que continúan detenidos, pero las familias nos han pedido que no divulguemos mucho este tema porque ellos están tratando de que salgan. Tenemos que entender que son personas que están detenidas de manera ilógica y absurda, porque son personas que no tienen ningún cargo de responsabilidad o de toma de decisión en la dirección del periódico. Entendemos que la dictadura criminaliza el trabajo periodístico, pero estas dos personas no tenían ninguna responsabilidad en este aspecto.

Además de los incidentes y del asedio, de la visita por parte de agentes de la Policía hacia los periodistas, ¿hubo fotógrafos o periodistas detenidos en este contexto?

Afortunadamente en cuanto nos enteramos de las primeras detenciones se activó el protocolo de seguridad y todo nuestro personal se movilizó para no estar en sus casas. Cuando la Policía del régimen llegó a allanar tres casas de colaboradores ellos ya no se encontraban ahí y luego, cuando empezaron a llegar estos motorizados a preguntar y a dar indicios de que sabían, pues las preguntas eran que si ya no trabajaban en La Prensa o ¿qué estaban haciendo?, ¿dónde estaban?, que si estaban en cobertura. Era evidente que lo que querían era hacer llegar el mensaje de que el régimen ya los tenía mapeados y no era muy prudente continuar en Nicaragua. Afortunadamente el mecanismo de seguridad que habíamos desarrollado funcionó y logramos sacar al personal.

¿Qué información tienen sobre las instalaciones del diario La Prensa que fueron asaltadas el 13 de agosto de 2021? ¿Siguen ocupadas por la Policía?

Sí, lo que existe ahí es una confiscación de hecho. Como sabemos, Juan Lorenzo Holmann, el gerente general de La Prensa fue también detenido ese mismo día y llevado con engaños a El Chipote en la madrugada del 14 de agosto del año pasado, donde le dijeron que iba a firmar unos documentos y desde entonces permanece en esas celdas de tortura de El Chipote. Las instalaciones continúan tomadas, no ha podido entrar ningún miembro de la redacción o del periódico desde entonces y es una confiscación de hecho. Cuando se dio ese juicio de pantomima contra Juan Lorenzo, el juez del régimen indicó que las instalaciones continuarían ocupadas por la Policía sin dar una razón por la cual, porque nunca en el juicio se probó nada de lo que acusaban a Juan Lorenzo, que es de supuesto lavado de dinero. No hubo ninguna prueba de eso y no hay razón de por qué él este preso, ni por qué las instalaciones estén tomadas.

¿Qué desafíos plantea el exilio para los redactores del diario y su relación con la fuente para seguir contando lo que pasa en Nicaragua?

Hay dos caminos o dos rutas que tendremos que recorrer para reorganizarnos y hacer bien nuestro trabajo. Uno es la relación con la fuente que —“gracias” a la pandemia y a la manera que nos había acostumbrado a trabajar el régimen con la toma, ya desde hace casi un año— nuestros colaboradores prácticamente no realizaban coberturas in situ sino que se estaban realizando mucho a través de vía telefónica u otras maneras de comunicarse y esto nos permite continuar en ese tipo de trabajo al que ya estamos acostumbrados. Lo que hemos tenido que hacer es que ya las notas no se firman y a la gran mayoría de nuestros entrevistados desgraciadamente tampoco se les publica su nombre por razones de seguridad y por temor a la represalia de este régimen, que cada vez es más totalitario.

La otra ruta que te menciono es adaptarnos. Vamos a establecer nuestra base en Costa Rica, que más que nada es una realidad económica distinta a la que tendremos que hacer frente. Tendremos que ver como nuestros colaboradores pueden trabajar con nosotros y ganarse la vida dignamente en una ciudad o en un país que es 50% más caro que Nicaragua.

¿Qué papel tienen las redes sociales y el internet en este contexto de censura que vive el periodismo nicaragüense?

Las redes sociales y el internet, sobre todo estando fuera del alcance de ellos, no dependiendo del todo del territorio nacional para poder operar, es lo que rompe precisamente ese cerco que ellos quieren poner a la información y que nos han tratado de poner a todos, a CONFIDENCIAL, a 100% Noticias, Artículo 66, a nosotros (La Prensa) y que hemos continuado trabajando e informando. Precisamente porque se trabaja en dos vías con las redes sociales, por un lado la gente nos envía información que luego nosotros corroboramos, confirmamos y lo convertimos en noticias, y por otro lado, nos permite difundir la información sin que ellos (el régimen) hayan encontrado hasta el momento la manera de podernos censurar. Nos bloquearon el papel hace ya un año, por segunda vez eliminaron nuestra edición impresa, pero no hemos dejado de informar un solo minuto en nuestro sitio web.

El régimen asaltó y confiscó las redacciones de CONFIDENCIAL, 100% Noticias, La Prensa, Trinchera de la Noticia, hay periodistas encarcelados y está obligando a más reporteros a salir al exilio, ¿Qué impacto tiene esto en la ciudadanía?

Sin duda tiene un impacto, no nos podemos engañar. Lo que el régimen quiere es pintar una realidad que ellos quieren hacer ver a los nicaragüenses de lo que hay en Nicaragua, quieren que los nicaragüenses no tengan a la vista la represión, la corrupción, todo tipo de abusos que ellos cometen diariamente. Y el esfuerzo nuestro, de todos los medios independientes, se tiene que duplicar y triplicar para mantener a la ciudadanía informada. Sin embargo, por mucho que ellos (el régimen) quieran ocultar esa realidad de represión, diariamente el nicaragüense vive consciente de que no es un individuo libre, que no puede opinar, que no puede pensar y compartir su opinión con nadie porque pone en peligro su libertad y si no pone en peligro su libertad, pone en peligro su trabajo, pone peligro su negocio. Entonces, el nicaragüense, sabe que por mucho que los canales oficiales quieran presentar una realidad rosa lo que se vive es un país que está tras las rejas.

¿Qué alternativa tienen los nicaragüenses frente a la censura y cómo pueden anteponerse al apagón informativo que pretende imponer la dictadura?

Siempre es importante mantenerse en las redes sociales informados de lo que pasa y tratar de informarse en los medios de confianza. Tu pregunta me da la oportunidad para recalcarles a todos nuestros compatriotas de que es importantísimo no caer en las campañas de noticias falsas, hay muchísimas noticias falsas que incluso la maneja el régimen para confundir. El nicaragüense debe de acudir a los medios que son reconocidos, profesionales, que hacen su trabajo, para estar informados y romper ese cerco o iluminar ese apagón.


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Redacción Confidencial

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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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