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"Uno debe ser fiel al partido, no se puede cuestionar"

Una coordinadora CPC, un miembro de la JS, y un "sandinista por convicción", hablan de las negociaciones entre el Gobierno y la Alianza Cívica

Carlos Herrera | Confidencial

Redacción Confidencial

6 de mayo 2019

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El viernes 29 de marzo, ‘Esperanza’ encendió su televisor y escuchó la lectura de los acuerdos que firmó el Gobierno de Daniel Ortega con la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, en busca de un acuerdo político para superar la crisis social, política y económica tras la represión contra la Rebelión de Abril. Ese día, el régimen se comprometió a respetar el derecho a manifestación, libertades de prensa y expresión, el cese de las detenciones arbitrarias, el desarme de paramilitares y la liberación de todos los presos políticos.

Al terminar la conferencia, su teléfono comenzó a vibrar. Varios mensajes de WhatsApp entraron casi simultáneos con dos preguntas en particular: ¿por qué el Gobierno firmaba acuerdos para liberar a los presos y dejar marchar a los golpistas? Y ¿cuál era la estrategia a seguir? ‘Esperanza’ no respondió. Ni siquiera ella tenía idea de qué estaba pasando. Rápidamente contactó al secretario político de su distrito, recibió indicaciones y luego contestó a sus vecinos.

Fidelidad partidaria

“Uno debe ser fiel al partido. No se puede cuestionar lo que están decidiendo. Para eso nuestro buen Gobierno está reunido, para sacarnos de esta crisis provocada por los ‘Azul y Blanco’. Y no es que van a salir todos, no. Los tranquistas dirigentes, esos van a estar presos. La justicia ya se dictó”, dice ‘Esperanza’, coordinadora de CPC en un barrio occidental de Managua, que accedió a hablar con CONFIDENCIAL a cambio de mantener su nombre en el anonimato, pues el partido “prohibió que demos entrevistas a medios golpistas”, justifica.

Daniel Ortega y Rosario Murillo en el acto de conmemoración del 85 aniversario del asesinato de Augusto C. Sandino, el 21 de febrero. Foto: Presidencia

‘Esperanza’ nació en los años sesenta. Su padre participó en el Servicio Militar Patriótico y ella participó en la jornada de alfabetización. Afirma que es fiel al Frente Sandinista, porque es el único partido que “ha hecho algo por nosotros y por la economía de Nicaragua”. También dice que respeta lo que decide Ortega, porque “es la cabeza de toda la nación”. En la conversación, ‘Esperanza’ deja entrever su inconformidad con algunas directrices, pero se apura a reafirmar su fidelidad partidaria, porque “ellos saben lo que hacen”.


“Gente como Medardo (Mairena, líder campesino) o (el dirigente universitario Edwin) Carcache, van a quedar refundidos en la cárcel”, asegura convencida de que su partido no le defraudará.

“Si los dejan salir —agrega incrédula—, entonces los militantes debemos vigilar que no sigan de golpistas”.

‘Esperanza’ sostiene que no está de acuerdo con la liberación de los presos políticos, pero considera que debe ser fiel al partido. Para ella, todo es parte de una buena estrategia que, aunque no conozca, no duda que “al final funcionará”.

No hay que dejarlos marchar”

En su casa, ‘Esperanza’ tiene camisetas conmemorativas del aniversario del triunfo de la revolución. También una foto con Ortega y varias banderas rojinegras.

Antes de que se reanudara la mesa de negociación, en febrero, Ortega aseguró a sus bases que el diálogo sería interno, con el propio pueblo. ‘Esperanza’ creyó en el discurso, y varias veces organizó y participó en cabildos locales.

Un hombre sostiene un cartel con la imagen de Daniel Ortega, durante una marcha de simpatizantes del FSLN. EFE | Confidencial

“El diálogo con el pueblo existió, pero era necesario negociar con los empresarios”, justifica y luego guarda silencio. Luego agrega que los empresarios designaron a la Alianza para estar en la mesa. “No me gusta que sean ellos los que estén ahí, los golpistas, pero como le dije, si mi presidente dijo que está bien, entonces nosotros debemos obedecer”, manifiesta.

‘Esperanza’ no entiende “a cabalidad” si dejarán marchar a los “azul y blanco” o si es solo que los van a dejar concentrarse en algún punto de Managua.

“Para mí que no debemos dejarlos marchar porque solo son ocasionar problemas, no dejan a nadie vivir en paz, a todos atemorizan. Pero le repito, si Daniel lo permite, entonces ni modo, hay que seguir la estrategia”, repite.

Sandinista por convicción

Sergio José Mena tiene 59 años y es taxista en la capital. Presume ser miembro fundador del Ministerio del Interior en los ochenta y se autodefine como “sandinista por convicción” desde la lucha armada que derrocó al somocismo.

Para Mena, el Gobierno de Ortega no es una dictadura, porque el “comandante” fue electo de forma justa y transparente, y su gestión había sido “tranquila” hasta abril de 2018, cuando estallaron las protestas contra las reformas al Seguro Social. La misma a la que Ortega respondió con una masacre, por la cual se elevó la demanda que exige su renuncia o salida del poder.

FSLN

Simpatizantes del FSLN en una "caminata por la paz" en Managua. EFE | Confidencial

“Lo que ha pasado es que existe un ‘quítate tú, pa’ ponerme yo’ liderado por partidos políticos que eran cadáveres y ahora andan en las calles haciendo daño a los que queremos trabajar”, afirma Mena. El simpatizante del FSLN estima que los muertos de la masacre —325 según datos confirmados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) — “es lo más doloroso y lamentable”, aunque dice que no justifica sus muertes, cree que la Policía tenía que “defenderse”, aun con la ayuda de paramilitares.

Mena, está convencido del guion oficialista del “golpe de Estado” y cree que los manifestantes autoconvocados solo salen a las calles para que la comunidad internacional mire un pleito y afirme que Ortega está reprimiendo, como ocurrió, dice, con “los tranques de la muerte”.

“Lo que pasa es que no quieren reconocerlo, pero había personas que no estaban por los intereses de la población, sino más que todo para dañarnos. A mí el 30 de mayo me quisieron matar en un tranque. Yo no sé cómo dice la oposición o la Alianza Cívica o la Unidad Azul y Blanco o como le quieran llamar, que aquí no había armas en los tranques. Yo soy una persona cristiana, no sé mentir, le estoy diciendo la verdad, hubo en los tranques personas que estaban bien armadas”, insiste, tras justificar, en cambio, el armamento de policías y paramilitares durante la llamada “Operación Limpieza”.

 La JS no deja a su presidente

En marzo pasado, una encuesta de Borge y Asociados reveló que la base política de Daniel Ortega está cuesta abajo. Ortega regresó a la presidencia en enero de 2007 con un 38% de los votos válidos. Sin embargo, la encuesta mostró que para mediados de marzo solo un 22.3% volvería a votar por él.

La simpatía por el FSLN también se ha reducido. En 2016, un 57.4% afirmó simpatizar con el FSLN; ahora, la cifra que se ha reducido al 41.6%.

‘Rogelio’ tiene 28 años y es miembro de la Juventud Sandinista de su barrio. En su familia todos admiran a Ortega y él creció con la “mística revolucionaria” del comandante. Orgulloso, me muestra la foto que se tomó con él cuando era un niño de ocho años. “Es el gallo ennavajado”, dice contento.

A diferencia de ‘Esperanza’, este joven graduado en una universidad privada del país, dice que “cuestiona fuertemente” a sus líderes dentro de la JS por las decisiones que el Gobierno ha tomado a lo largo de la crisis. “Dentro del partido hay espacio para la crítica constructiva, no somos unos borregos”, asegura.

“No estoy de acuerdo con que hayan ido a hablar con la Alianza. Nada tenían que hacer con esa gente. Tampoco con que dejen libre a los golpistas que nos robaron la paz y la estabilidad que teníamos en los últimos años. Yo eso lo comuniqué, mis superiores lo saben”, afirma.

‘Rogelio’ alega que dentro de su estructura partidaria “todo es una crítica constructiva”. “No se trata de que nos vamos a pelear como los de la oposición. Nosotros somos unidos. La JS no deja a su presidente. Entendemos al final que a veces se deben tomar otras decisiones”, argumenta.

Durante la conversación de media hora, ‘Rogelio’ explica que su fidelidad partidaria está sobre todas las cosas, y que, si bien no está de acuerdo con las negociaciones, todo al final es parte de una estrategia para mantener las riendas de un camino que sacará a Nicaragua de este hueco en el que “nos metieron ellos, los enemigos de la paz”.

¿Rosario presidenta?

Una de las demandas que la Alianza Cívica mantiene en la mesa de negociación es la garantía de elecciones libres, transparentes y anticipadas, que el Gobierno sigue rechazando. Las bases sandinistas tampoco contemplan un cambio de figura presidencial. Creen que Daniel es quien debe representarlos. No existe nadie, para ellos, más capacitado que Ortega.

Rosario Murillo

‘Esperanza’ y ‘Rogelio’ tampoco están convencidos del relevo de Rosario Murillo, esposa y vicepresidenta, sancionada por el Gobierno de los Estados Unidos, por su “responsabilidad” y “complicidad” con los “serios” abusos de los derechos humanos en Nicaragua, a raíz de la represión del régimen orteguista.

“No. Ella no es Daniel. No debe ser presidenta. Su rol está en otro lado, como lo ha hecho. Además, que parte de lo que ha pasado en el país es culpa de ella”, afirma ‘Rogelio’. Sin embargo, ‘Esperanza’ admite que “si el partido la pone en ese sitio, a los militantes nos queda apoyarla”.


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Redacción Confidencial

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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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