4 de enero 2025
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Los sacerdotes nicaragüenses Jaime Iván Montecinos Sauceda, José Miguel Figueroa y Fernando Calero Rodríguez, fueron nombrados como párrocos y vicario parroquial de la diócesis de Danlí, Honduras, que dirige el obispo José Antonio Canales.
Los tres sacerdotes forman parte de los 154 religiosos que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desterró entre 2023 y 2024.
El padre Montecinos, quien fue desterrado en octubre de 2023, después de permanecer cinco meses en prisión, fue nombrado párroco de la parroquia San Isidro Labrador, en el municipio de Güinope, departamento El Paraíso, Honduras.
Al padre Figueroa, desterrado en enero de 2024, le fue asignada la parroquia San Lucas Evangelista, que comprende los municipios de San Lucas y San Antonio de Flores, según dio a conocer la diócesis de Danlí en un comunicado divulgado el 2 de enero de 2025.
Mientras que el padre Calero, quien fue encarcelado y desterrado en diciembre de 2023, fue nombrado como vicario de la parroquia Santa María de Suyapa, en el municipio de Danlí.
Destierro de sacerdotes
Antes de ser desterrado, el padre Montesinos se desempeñaba como párroco de la parroquia San Juan Pablo II en la Villa Chagüitillo del municipio de Sébaco, en la diócesis de Matagalpa. Fue encarcelado el 23 de mayo de 2023 y formó parte del grupo de 12 sacerdotes desterrados y enviados a Roma el 18 de octubre de 2023.
El sacerdote Calero también pertenecía a la diócesis de Matagalpa, una de las más afectadas por la persecución religiosa en Nicaragua. Antes de ser desterrado por el régimen, administraba la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Rancho Grande, Matagalpa. Fue detenido el 28 de diciembre de 2023 cuando se dirigía a una comunidad en labor pastoral.
El padre Figueroa pertenecía a la diócesis de León y antes de ser desterrado estaba al frente de la iglesia Nuestra Señora de los Desamparados “El Calvario”, en El Viejo, Chinandega. Su investidura como párroco de San Lucas se llevó a cabo este 4 de enero de 2025 por el obispo de Danlí.
