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SOS por Indio Maíz

Los corrales de la empresa Sukarne son el principal destino del ganado que se comercializa en La Maravilla.

Ganado encontrado en la zona núcleo de Indio Maíz. Foto: Guardabosques GTRK.

Colaboración Confidencial

Duyerling Ríos

19 de agosto 2017

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“Cuando veo a mis coterráneos chontaleños y boaqueños quemando bosques, sembrando pasto, les pregunto, ¿cuál es el beneficio si tienen que quemar cuatro hectáreas de bosques para criar una vaca, que produce tres litros de leche? Les digo, ¿por qué no dedican una parte de esas hectáreas para reforestar una parte, sin dejar de ser ganaderos?”. Esta anécdota, del asesor presidencial para asuntos ambientales, Jaime Incer Barquero refleja lo que ocurre con el modelo ganadero en Nicaragua: crece a costa del bosque, cuando se podría apostar por una ganadería sostenible. Que un asesor de este nivel reconozca el problema, es algo poco usual en el país.

Lea también: Ganadería extensiva e ilegal destruye reserva Indio Maíz en Nicaragua.

Esta realidad se repite en una de las reservas más importantes de Centroamérica. Es una paradoja que en Indio Maíz una porción de bosque sea menos valorada que una manzana de tierra deforestada. “Aquí la gente te dice ¿cómo está su finca? ¿ya está trabajada o no?”, refiriéndose a zonas deforestadas, explica Saúl Obregón, de la Fundación del Río.

Lógica ganadera


Comprar tierras en la Reserva Indio Maíz es más barato y rentable. Esto ha facilitado la llegada de mucha gente de Nueva Guinea, Boaco, El Rama, entre otros lugares.

Es un escenario que resulta provechoso para los ganaderos. Mientras en Nueva Guinea una manzana de tierra cuesta 30 000 córdobas (1000 dólares) —cuyas tierras han sido acondicionadas y legalizadas para la ganadería—, en las áreas boscosas se comercializa ilegalmente por 2000 córdobas (66 dólares), señala Alejandro Mairena de la Cooperativa de Productores de Cacao Familias Unidas de El Castillo, Río San Juan.

Marcos Gómez de la comunidad de Nueva Quezada, en el área de amortiguamiento de Indio Maíz, agrega que comercializar las tierras de la reserva se ha vuelto un negocio. “Hay mucha gente que tiene buenas fincas pegadas a la reserva y el que vende, va más adentro, vuelve a encarrilar y vende, y así…”. Se marca la tierra para luego venderla.

En el reciente recorrido de Mongabay Latam y Onda Local por el interior de la reserva, se confirmó que el ganadero José Antonio Solís Durón tomó 2000 manzanas (1400 hectáreas) cerca del río Chontaleño. Mapas del Gobierno Territorial Rama y Kriol —régimen indígena que representa nueve territorios y es legalmente reconocido por el Estado nicaragüense— y referencias de GPS, coinciden en ubicar a este río y a “La haciendita” de Solís Durón en el área núcleo de la reserva. Es decir, Solís está dentro de la Reserva Indio Maíz, pese a que dijo que “compró” a 1000 córdobas (33 dólares) la manzana.

“La Haciendita”, en Reserva Indio Maíz, donde José Solís Durón, usurpa 1,400 hectáreas. Foto: Onda Local

“La Haciendita”, en Reserva Indio Maíz, donde José Solís Durón, usurpa 1,400 hectáreas. Foto: Onda Local

Ahí no termina la historia, Solís Durón y su familia también son propietarios de una finca de 700 hectáreas en la comunidad de San José en Nueva Guinea. El ganadero confirmó además, otras 200 manzanas (140 hectáreas) en Sangni Laya, municipio de Siuna, Caribe Norte, donde se ubica la Reserva Bosawás, territorio indígena mayangna; y una finca de 500 manzanas (350 hectáreas) en La Danta, en Indio Maíz.

La investigación “Dinámicas de Acaparamiento de Tierras en el Sureste de Nicaragua” (2016) realizada por Amaru Ruiz, presidente de la Fundación del Río, señala que el gobierno central en lugar de aplicar el marco jurídico ambiental, es promotor de un modelo de desarrollo basado en la degradación ambiental que favorece la ganadería extensiva, monocultivos y megaproyectos.

Bajo esta dinámica, en el sureste de Nicaragua se ha acelerado la compra-venta ilegal de tierras. Los ganaderos se aprovechan de quienes han establecido áreas de cultivo en zonas con fuentes hídricas.

Ingresos a costa del ambiente

Nicaragua ha sido históricamente agropecuaria. El último censo de 2011 registró un hato de 4.2 millones de cabezas de ganado, cifra que creció a 5.3 millones en 2015, según el Banco Central Nicaragua y el Ministerio Agropecuario.

En el 2016, la carne bovina fue el primer rubro de exportación, superando a los tradicionales café y azúcar. El Plan de Producción, Consumo y Comercio del ciclo 2017-2018 presentado por el gobierno, reportó que en 2016, la exportación de carne totalizó 420.5 millones de dólares; se espera que para el 2017 generará 500 millones.

Las agrupaciones ganaderas coinciden en que en el país existen unas 140 000 fincas, las cuales dependen del ambiente, la lluvia y las temperaturas. Con altas temperaturas las vacas no dan leche y disminuye la reproducción del ganado. “Con la lluvia se obtiene volumen y calidad nutricional en el pasto que sirve de alimento, razones del avance de la frontera ganadera hacia zonas húmedas”, señala Álvaro Vargas de la Federación de Asociaciones Ganaderas (FAGANIC).

La crianza en zonas húmedas “abarata” los costos. En las zonas secas se debe invertir en suplementos alimenticios.

El Centro Alexander Von Humboldt, institución nicaragüense especializada en lo ambiental, reveló en su estudio “Cambio en el Uso del Suelo”, que de 2011 a 2016, hubo una reducción de más de un millón de hectáreas de bosque latifoliado, abierto y cerrado, principalmente en las áreas protegidas y reservas de biósfera. El estudio señala que hubo una reconversión de los bosques hacia pastizales y otros monocultivos como la palma africana. Los pastizales ganaron 997 000 hectáreas en cinco años. Las dos reservas de biósfera de Nicaragua, Bosawas e Indio Maíz, fueron las más afectadas.

Respecto a Indio Maíz, la investigación señala que las zonas de amortiguamiento presentan incremento agresivo de pastizales y poca regeneración natural del bosque; y se visualiza la urgencia de cambiar el actual modelo de producción ganadera, “el cual tiene y debe ser reconvertido” a ganadería intensiva, que aplique tecnología, redistribuya mejor los espacios, fomente el uso de sistemas agroforestales y silvopastoriles. Así los productores recuperarían condiciones ambientales en sus tierras y no tendrían razón para migrar hacia áreas de bosque.

Programa de Trazabilidad: ¿Disfraz de legalidad?

Criar ganado dentro de la reserva es ilegal, quienes lo realizan no desconocen el marco normativo. El ganado en la Reserva Indio Maíz está marcado. Tiene dueños y debería aparecer en un registro local, sus propietarios deberían pagar anualmente a la alcaldía, quien debería verificar que el ganado existe en el municipio y cumple las normativas de propiedad.

Claribel Castillo, alcaldesa de Nueva Guinea, uno de los cuatro municipios donde se ubica la Reserva Indio Maíz, no estaba en su casa y no respondió llamadas para hablar del tema. El concejal municipal Enrique Téllez afirmó que la municipalidad no realiza mayor tarea. “A lo que se dedica es a cobrar cartas de venta (documento de la municipalidad que legaliza la compraventa de ganado), 40 córdobas vale (1.30 dólares). Se supone que hay control a nivel de alcaldía, pero siempre hay controles y registros que los adulteran”. Mientras la corrupción existe, cualquier cosa puede suceder, señaló.

Cuando se le preguntó a Solís Durón en qué municipalidad registró el fierro con el que marca su ganado (JSD), dijo que en la alcaldía de Nueva Guinea. El fierro es requisito legal para comercializar el ganado y debe registrarse en el municipio de origen de su propietario.

No obstante, como Solís necesitaba sacar el ganado desde “la haciendita” por la comunidad de La Maravilla, acudió a la alcaldía de Boca de Sábalos, Río San Juan, para inscribir también en esa jurisdicción el fierro para marcar su ganado. Eso fue lo que indicó en la entrevista y que empezó por verificar si ya existía en ese municipio un fierro que coincidiera con sus iniciales. “Me buscaron en archivo y no había ningún fierro parecido al mío, matriculé. Para que me atendieran rápido, lo puse como compra y venta”, señaló el ganadero.

Pero Mongabay Latam y Onda Local comprobaron que el fierro JSD no estaba inscrito en la alcaldía de Boca de Sábalos, lo cual hace indicar que Solís obtuvo guías de traslado y cartas de venta de forma irregular. Más aún tomando en cuenta que “La Haciendita” está ubicada en la zona núcleo de Indio Maíz. La municipalidad tiene una ventanilla para atención a ganaderos, en la comunidad Kilómetro 20, cerca de La Maravilla, donde Solís dijo haber sacado la guía de traslado de ganado y la carta de venta.

A las irregularidades en el registro, se suma que los talleres de herrería artesanal fabrican fierros para ganado, muchas veces sin autorización de la alcaldía municipal, posibilitando la falsificación. “Yo no tengo el permiso, pero lo hago”, comentó un artesano. Por tanto, se puede mandar a hacer un fierro y usarlo, sin que exista un registro legal en el municipio.

La falta de control de los procedimientos de registro, guías de traslado, cartas de venta, registros de fierros y la poca coordinación entre alcaldías, están a la orden del día; y esto facilita que ganado robado en un municipio sea legalizado en otro, refiere el concejal municipal Aquiles Matamoros, quien agrega que la situación fue planteada a la alcaldesa, sin obtener respuesta.

Además del fierro, el ganado cuenta con otro medio de registro, una chapa o arete, con una base de datos donde es posible verificar nombre del dueño o antiguos dueños, número de finca, origen, edad, raza, sexo, traslados, entre otros.

La herramienta es parte del Programa de Trazabilidad Pecuaria, creado en 2009 y administrado por el extinto Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR). Desde 2014, está a cargo del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA), que en su sitio web dice que la trazabilidad permite vigilancia sanitaria y control de enfermedades, facilita procesos de certificación, acceso a mercados de mayor valor, prevención del delito del abigeato, entre otros.

El municipio de Nueva Guinea (a 282 kilómetros de Managua) es pionero en trazabilidad, la cual en sus inicios se implementó con ganaderos organizados en cooperativas. En 2014, en el marco del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (CAFTA), se implementó con fuerza. “Si no tenés trazado tu ganado no lo vas a vender”, expresó Donald Ríos, ex alcalde municipal y presidente de la Asociación de Productores, Ganaderos y Agricultores de Nueva Guinea (Asoprogan).

Pero el programa se encuentra en proceso de consolidación, por ello Nicaragua no exporta carne a Japón y a Europa, asegura Ignacio Vélez, del proyecto Ganadería Empresarial de TECHNOSERVE —que desde 1976, ayuda a pequeños productores para acceder a mercados formales, mejorar la calidad de su producción, aumentar sus ganancias y ser más competitivos; y que además apoya la trazabilidad—. Esta “sirve para que el ganadero tenga mejor manejo de sus animales en la finca”, agregó.

El arete representa seguridad y beneficios para los ganaderos. ¿Qué significa para Indio Maíz donde hay ganado enchapado?

En la investigación en la Reserva, se verificó que el ganado con arete tenía propietario, pero la información contenida en el mismo no es pública, únicamente el personal técnico del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA) puede acceder a ella, así como los propietarios. Se debe contar con la autorización de un juez o jueza para conocerla.

Ignacio Vélez menciona que la trazabilidad es únicamente un registro, no debe cuidar el bosque. “Las leyes nacionales, las leyes municipales, son las que deben cuidar”.

Con trazabilidad y seguimiento de las municipalidades, pareciera imposible trasladar ganado de un lugar a otro y mucho menos introducirlo dentro de un área protegida. Pero en Nueva Guinea, el abigeato es real. “Como hay ventanillas en los bordes fronterizos de cada municipio, ahí hacen carta de venta, pesan, venden y va de viaje ese ganado”, sostiene el presidente de Asociación de Productores, Ganaderos y Agricultores de Nueva Guinea.

Cuando buscábamos información, conocimos a Israel Castillo, quien llegó desde San Francisco, en Bluefields (Caribe Sur), para conocer si los precios del ganado son mejores en Nueva Guinea. Tiene 70 manzanas de tierra donde cría y engorda ganado para la venta. “Son animales legales, por lo menos con su carta de venta, criollos, con mi fierro y enchapados para que vengan sin problemas”.

Pero Castillo cuenta que hay quienes trasladan ganado sin documentación. Culpa a la corrupción. “Viene por medio de enlaces, tanto del ladrón como en las alcaldías; y a veces hasta los policías. Si esa persona ya ha trasladado ganado y tiene pagados a esos policías y la alcaldía, son parte, son socios entre ellos”.

En las afueras de la Policía de Nueva Guinea, Juan Castillo, ayudante de un camión que traslada ganado, espera autorización. Se dirige al Matadero San Martín, de Nandaime, Granada, con 14 novillos y dos vacas. En una ocasión, el encargado le ordenó que al pasar los puestos de control policial tapara con estiércol la marca de algunos animales, para evitar la inspección. Añade que hay corrupción. “En esos puestos le suelta 50 pesos (1.6 dólares) a un guarda y a veces ni se suben”.

¿A dónde va el ganado que sacan de la Reserva?

Un 75 % del ganado sacrificado en Nicaragua es procesado en los mataderos industriales, aglutinados en su mayoría en la Cámara Nicaragüense de la Carne. Concentran la carne que generalmente se exporta e intentan cumplir con la demanda de calidad, con la matanza de novillos menores a dos años.

El 25 % restante de los sacrificios, se realiza en mataderos municipales. Aunque las municipalidades recomiendan algunos procedimientos fitosanitarios, la exigencia en la calidad no es la misma, porque es para consumo local.

Sin embargo, antes de que la carne llegue a la mesa de los consumidores, la cadena de comercialización empieza a unir eslabones. Los comercializadores compran ganado barato y delgado, y lo engordan para incrementar su volumen. Aunque también empresas acopiadoras compran ganado.

Comercializar animales es difícil, afirma José Solís Durón, ganadero que usurpa tierras en la reserva. Para sacar ganado de “La haciendita”, por ser zona alejada y de difícil acceso, el ganado debe ser trasladado a pie por largas horas. “El ganado, sale bien lastimado”, afirma y explica que al salir de la montaña las reses deben descansar al menos por un día. “No vas a encontrar pasto que te alquile la gente para un montón de días. Hay algunos amigos que le pueden hacer el favor de alquilar la noche”.

¿A quién le vende el ganado?, le preguntamos a Solís. “Vendí ahorita a unos mexicanos que tienen una empresa, a SuKarne. El ganado que está viejo ya no lo agarran. Fíjese que esa gente paga regularcito. Me servía mejor venderlo ahí antes que en el punto (La Maravilla), porque golpeado no me iba a pesar mucho”. Quisimos constatar la transacción, pero SuKarne no contestó.

Agregó que recientemente vendió 70 novillos; la misma cantidad que constatamos era engordada en “La haciendita”. Otra plaza de venta es un matadero en Managua, añade. “Está como a 100 (3.33 dólares) el kilo, pero a 98 (3.26 dólares) lo pagaron”. ¿A quién se lo vendieron? “A Carnic”.

Mongabay Latam y Onda Local solicitaron una entrevista con la gerencia de dicha empresa para conocer los mecanismos de control del origen del ganado que compran, en concordancia con su compromiso con el ambiente, haciéndole saber de la investigación realizada, pero no accedió. Escuetamente José Daniel Núñez, gerente general, manifestó vía electrónica que Solís no estaba entre sus proveedores.

Pero Solís Durón asegura que para vender su ganado ante SuKarne y Carnic, fue necesario tener un buen contacto. “Me hizo el conecte un amigo que tengo bastante de trabajar con él. El comprador de La Maravilla, compra bastante, sólo ahí entrega. Te lo voy a programar, me das el peso a mí y te voy ayudar a enchapar (trazar), a hacer todo los trámites y te lo voy a llevar en el camión”, refirió Solís sobre el acuerdo con su “amigo”.

Entre algunos de los mataderos que operan en Nicaragua sobresalen El Matadero San Martín, Nova Terra S.A, Nuevo Carnic S.A, MASESA S.A.; y desde hace siete años la transnacional mexicana, Ganadería Integral Nicaragua S.A, conocida como SuKarne, la cual en los últimos años acapara el acopio de ganado en diversos municipios, según pobladores de la Maravilla y Junier Herrera Maradiaga, representante de SuKarne en Nueva Guinea; quien agrega que entre los requisitos de la empresa está que el ganado vaya trazado, conforme la exigencia de su clientela internacional y medidas de seguridad de la empresa.

El presidente Daniel Ortega asistió a la inauguración de la planta procesadora de SuKarne de 115 millones de dólares ubicada en Villa El Carmen, a unos 45 kilómetros de Managua. SuKarne es la empresa mexicana de mayor presencia en el mercado global de proteína animal.

Pobladores que viven en la zona de amortiguamiento de la reserva, señalaron que los corrales de Sukarne son el principal destino del ganado que se comercializa en La Maravilla; mucho de este ganado es criado y engordado en la Reserva Biológica Indio Maíz, declararon varios comerciantes. “Va para Managua…a esa gente le vende esta gente”, confirmó Elías Martínez, de Boca de Escaleras.

Nicaragua y Costa Rica aprovechan que los demás países de Centroamérica no producen la carne suficiente para exportar; ambos países cuentan con mejor potencial ganadero.

Pero el gran mercado es Estados Unidos, principal destino de la mejor carne de la industria nicaragüense. No obstante, la calidad pareciera no ser un derecho de consumidores nicaragüenses, interpreta Álvaro Vargas, de la Federación de Asociaciones Ganaderas. “La carne buena se exporta, la carne mala queda en el país. Los cortes selectos se van fuera, la posta la comemos nosotros”.

¿Permisividad estatal?

Para ingresar a la reserva, nadie te pregunta adónde vas. Las personas entran de forma cotidiana, no hay ni un puesto de control. Virgilio Jirón, comerciante de ganado, a quien encontramos en La Maravilla, relató que sí hubo un puesto hace un tiempo, ahora no está más; a su juicio es una razón para que la gente invada la reserva. “Si el presidente no pone mano pronto, se queda sin reserva el país de Nicaragua”, enfatizó.

En La Maravilla encontramos un puesto base del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA). Una modesta casa de madera, con una silla y una mesa. “Este puesto monitorea los de Aguas Zarcas, El Diamante y Samaria, aunque de momento están abandonados”, mencionó el encargado, y dijo que entre diciembre 2016 y enero 2017, el MARENA en compañía del Ejército realizó desalojos en áreas de la reserva y prendió fuego a los ranchos. El trabajador se negó a ampliar la información y nos refirió al MARENA central.

Solicitamos entrevista con la titular del MARENA, pero no obtuvimos respuesta; queríamos conocer su opinión acerca de lo que pasa en la Reserva y cuáles eran las medidas que tomarían en su calidad de autoridades de la materia. Una representación del GTRK les entregó una denuncia acerca del caso de José Solís Durón y ha visitado las instalaciones de dicha institución para conocer su respuesta, sin obtener ningún resultado.

En agosto de 2011, MARENA, el Gobierno Territorial Rama y Kriol (GTRK) y el Gobierno Regional Autónomo del Caribe Sur, firmaron un convenio de manejo conjunto para el ordenamiento y protección de áreas protegidas. No obstante, el GTRK ha mostrado inconformidad por el incumplimiento del MARENA. “Los técnicos que tienen que ver con este proceso poco se les ve”, asegura el GTRK. No obstante, pretenden tener reuniones con representantes de instituciones como MARENA, para presionar y que “hagan cumplir los compromisos firmados”.

El 12 de julio de 2017, el Gobierno Territorial Rama y Kriol interpuso una denuncia formal ante el MARENA. Acusan a José Solís Durón por el “despale desmedido e indiscriminado” con propósitos de explotación ganadera en el área núcleo de la Reserva Indio Maíz. Exigen la debida intervención del Estado, para que investigue y de seguimiento, incluyendo visitas a la zona afectada. Señalan que Solís violó diversos artículos de la Constitución Política y la Ley del Medio Ambiente.

El gobierno de Nicaragua ha mantenido silencio frente a la denuncia pública de lo que pasa en la reserva, pese a los pronunciamientos del GTRK y de asociaciones gremiales de ganaderos y otros actores civiles.

Según el Artículo 363 del Código Penal, quien ponga en grave peligro al ambiente, bienes y/o vida de la población, será sancionado con prisión de tres a seis años y de 600 a 900 días de multa. También quien incurra en el delito de usurpación, ocupación de tierras comunales o indígenas, será sancionado con uno a tres años de prisión.

Nazario Martínez, del GTRK, en la edición radial del programa Onda Local del 21 de julio, mencionó que aguardan “con esperanzas” la intervención del Estado nicaragüense. Allen Clair, también del GTRK, agregó que de no haber pronta respuesta estatal, asumirían como un hecho la complicidad del gobierno. “El gobierno de Nicaragua tiene la oportunidad de demostrar que le interesan las comunidades indígenas, sino leeremos su silencio como que el mismo Estado promueve la invasión”.

Continúa resistencia indígena

En la cosmovisión indígena y afrodescendiente, sus vidas están estrechamente vinculadas con el bosque. La selva les provee de alimentos y les sirve de hogar; a cambio de protección, respeto y enseñanzas a las nuevas generaciones de la importancia de conservar el ecosistema. Es una relación de codependencia entre animales, plantas y personas.

La Reserva Indio Maíz vive días difíciles. Por eso el GTRK toma medidas, envía a comunitarios al interior de la misma para construir puestos de vigilancia y proteger sus territorios.

Salvo la resistencia indígena, el panorama se muestra sombrío para la Reserva Biológica Indio Maíz y para Nicaragua. Aunque el país tiene fama de tener uno de los mejores marcos jurídicos para la defensa del ambiente y la naturaleza, todo indica que no existe una voluntad política de las máximas autoridades para su aplicación.


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