6 de agosto 2023
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El resurgimiento de las “granjas de troles sandinistas” —eliminadas por Facebook y Twitter en 2021— revela que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo incluye y usa esta amplia red de páginas, grupos y usuarios dentro de su estrategia de “propaganda, desinformación y odio” en las redes sociales, concluye la especialista digital Mildred Largaespada.
“Antes (de 2018) no le daban importancia, pero ahora meten las operaciones coordinadas y la desinformación dentro de toda la estrategia analógica y digital. Una de las funciones es simular que hay muchísima gente apoyando sus tuits, sus posts en Facebook, pero todo es una simulación”, explica Largaespada, en una entrevista con el programa Esta Semana, que se trasmitirá completa este domingo 6 de agosto por la noche, a través del canal de CONFIDENCIAL en YouTube.
“También lo hacen —prosigue— para mantener calientes los canales de comunicación para, cuando sea posible, emprender acciones coordinadas en contra de personajes públicos, periodistas o políticos”.
Una investigación de CONFIDENCIAL reveló que la dictadura Ortega Murillo burló a Meta —empresa dueña de Facebook, Instagram y WhatsApp— para reinstalar parte de las cuentas que fueron dadas de baja en 2021, por comportamiento no auténtico y realizar operaciones coordinadas a su favor. En total fueron 1414 cuentas eliminadas que incluyen: 896 cuentas personales, 132 páginas y 24 grupos de Facebook y 362 usuarios de Instagram.
El reportaje Cuentas “Lázaro”: Dictadura burla a Meta y resucita “granjas de troles” en Nicaragua, que es parte de la investigación transfronteriza Mercenario Digitales, también identificó 51 cuentas de Twitter que son parte de las operaciones de influencia y han sido eliminadas de estas plataformas hasta en tres ocasiones y hasta un 61% de estas volvieron con leves modificaciones en sus usuarios.
Redes sandinistas tienen poco impacto
“Esta investigación nos dice que las operaciones de desinformación por parte del régimen no paran. El impacto que estas (cuentas sandinistas) tienen es mínimo porque todas están señaladas, por las empresas de redes sociales, de que son perfiles y usuarios que ya han tenido un antecedente de comportamiento inadecuado (...) y no están siendo difundidas en todas las comunidades de Nicaragua”, destaca la experta.
Largaespada es pionera en realizar investigaciones de comunicación digital en Nicaragua, principalmente análisis del discurso político en redes sociales. La especialista ya había identificado y analizado a varias de cuentas sandinistas que tenían un comportamiento inauténtico, antes de que Meta desmantelara la “granja de troles”, que era operada desde tres instituciones estatales: el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
“Primero fue un grupo muy pequeño que no tenía mucho impacto, y este fue el grupo más activo que contrainformaba sobre lo que estaba pasando (en Nicaragua tras abril de 2018). Fui investigando todas las operaciones que iban haciendo, cómo iban creciendo, y fui detectando que eran cuentas falsas. La investigación duró dos años y conseguimos imitar como Meta detectaba este tipo de operaciones coordinadas, sin todos los softwares que ellos tienen”, relata.
Meta está al tanto de operaciones orteguistas
Meta respondió a CONFIDENCIAL sobre el regreso de los grupos y páginas de troles, que incluyen medios sandinistas de propaganda como: Redvolución, la Red de Jóvenes Comunicadores, Barricada, y admitieron que son conscientes de que “este tipo de redes siempre intenta regresar y evadir la detección en diversos servicios de Internet”.
“Twitter y Meta siempre están pendientes de este tipo de operaciones, porque saben que cuando las desmantelan vuelven a insistir (en volver a la plataforma). Esto revela la importancia del seguimiento sistemático que los periodistas tenemos que hacer para vigilar cómo es que cambian de máscara y ofrecerle esa información a la ciudadanía, a los usuarios de redes sociales y a las empresas (tecnológicas) para decirles: estas son las evidencias, están usándolos para dañar a los ciudadanos y al debate público de Nicaragua”, subraya.
La especialista aclara que los partidos políticos tienen derecho de hacer propaganda en las redes sociales. Sin embargo, lo que no pueden hacer es “desinformación y mensajes de odio”, como hace la dictadura en Nicaragua.
“Ellos deshumanizan a los ciudadanos nicaragüenses que critican a Daniel Ortega, se burlan del llanto de las madres, de los asesinados. Utilizan las palabras de Rosario Murillo para ofender, les llaman amebas, gusanos. Hacen híperpropaganda, hiperpolitización de las redes sociales, hay amenazas contra la vida. Es detectable la operación coordinada. Ese es el cuadro total de toda esta operación”, describe.
Dictadura se alía con cuentas venezolanas y cubanas
Las investigaciones de CONFIDENCIAL y Largaespada han revelado que existe una alianza entre las granjas sandinistas y las cuentas venezolanas y cubanas. Estas impulsan campañas en redes sociales a favor de las dictaduras que subyugan a estos países.
“En la medida en que ellos (orteguistas) han detectado que no pueden hacer una campaña de manera orgánica porque nadie se les suma; entonces, han necesitado las redes de Venezuela para poder hacer avanzar sus contenidos, y también han utilizado al grupo de redes de Cuba, que es muy pequeño. Esa operación se activa y se desactiva según necesiten ellos”, detalla Largaespada.
Alerta que, por los desmantelamientos y suspensiones de cuentas, el orteguismo no puede crear tantas cuentas falsas porque están en la mira de Meta y Twitter. Sin embargo, la dictadura ha creado “bio-robots”, que de acuerdo con la experta son “cuentas reales, pero con usuarios que solo obedecen: entran a la plataforma, hacen clic, retuitean y se van”.
A pesar de que los gigantes tecnológicos, Meta, Twitter y Google, saben de la existencia de las granjas sandinistas, en Nicaragua solo hubo un desmantelamiento masivo de estas. Meta aseguró a CONFIDENCIAL que tienen “sistemas automáticos y manuales para detectar y eliminar estas redes de forma continua”.
Para Largaespada, las investigaciones periodísticas que documenten sus operaciones de influencia pueden incidir en que haya nuevos desmantelamientos. “El principal objetivo es recoger toda esta información, conseguir evidencias para decirle a la ciudadanía esto es lo que está pasando, pero también con toda esta evidencia ofrecérselo a las empresas en la medida en que se pueda demostrar no solo la operación coordinada, sino también la desinformación que hay dentro de esos canales, entonces las empresas no van a tener más remedio que actuar para desmantelar nuevamente”.
