23 de agosto 2023
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El inicio gubernamental de las fiestas patrias en Nicaragua trajo sorpresas. La primera fue el decorado del acto oficial: decenas de banderas azul y blanco y ninguna rojinegra, algo inusual en las actividades estatales. Otra la dio la ministra de Educación, Lílliam Herrera Moreno, quien exhortó a la población a “enarbolar” la bandera nacional en “todas las casas”.
De acuerdo con la funcionaria, la idea es embanderar “todos nuestros ambientes educativos, así como plazas y parques”.
“En todas las casas debemos enarbolar la bandera blanca y azul de Nicaragua”, dijo la ministra orteguista, durante el lanzamiento de actividades en conmemoración del 202 aniversario de la firma del acta de independencia de Centroamérica de la corona española y el 167 aniversario de la Batalla de San Jacinto.
La bandera azul y blanco, prohibida en Nicaragua
El llamado de Herrera Moreno —el primero de este tipo en más de un lustro— choca con una realidad impuesta por el régimen desde 2019: ningún ciudadano puede izar la bandera de Nicaragua en viviendas o portarla en los vehículos, so pena de cárcel. La única excepción es emparejar la enseña nacional con una bandera rojinegra del Frente Sandinista.
La prohibición es parte de la política represiva y de aniquilamiento de cualquier movimiento opositor. La bandera nacional se convirtió en un símbolo de protesta cívica y unidad contra la dictadura. En 2018, los colores azul y blanco identificaron al movimiento autoconvocado y a las manifestaciones masivas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Desde 2019, la Policía y paramilitares han secuestrado a opositores que salen a las calles con el símbolo nacional y también a vendedores ambulantes que la ofrecen en las calles.
Recelo entre vendedores: "Es muy peligroso"
Para comerciantes y dueños de librerías en los mercados Huembes e Iván Montenegro, en Managua, la propuesta de la ministra no traerá ningún beneficio para sus ventas. “La gente ya no compra por miedo”, se quejó uno de los vendedores que habló con CONFIDENCIAL, bajo el compromiso de no revelar su nombre.
“Ahora solo se venden las banderas que piden en los colegios. Nadie compra para poner en sus casas. Es muy peligroso”, señala.
Un comerciante del Iván Montenegro explica que la venta de banderas “ya no es negocio”, porque “no se venden”.
“Tengo ese paquete (de banderas) desde el año pasado, y todavía no vendo ni la mitad”, añade.
Banderas escasas porque temen represión
Las más solicitadas para actividades de los colegios son las banderas plásticas, que cuestan, dependiendo del tamaño, entre seis y diez córdobas cada una. También se venden las de tela o satín, a un precio de entre 50 y 100 córdobas, según el tamaño.
Los puestos de ventas de banderas son muy escasos en ambos mercados. Los comerciantes dicen que muchos quieren evitar “inspecciones” de la Policía o autoridades de Commema, tal y como ha ocurrido en el pasado.
En 2020, agentes policiales recorrieron los mercados para “inspeccionar” las banderas que se vendían. En algunos casos, las decomisaron porque supuestamente incluían “un arcoíris que asemeja a una barricada hecha con adoquines”.
Persecución a comerciantes y ciudadanos
El caso más conocido fue el de la comerciante Tania Isabel González Solís, arrastrada por policías de San Carlos, Río San Juan, el 25 de agosto de 2020. Ocurrió cuando la Policía trató de arrebatarle un rollo de banderas nacionales que ella vendía en una ferretería de su propiedad. El video del arresto de la ciudadana se viralizó en las redes sociales.
“Miren cómo me llevan por vender banderas. ¡Qué ridículo! Aquí llevo la droga, miren: banderas. ¡Patria libre!”, gritó la mujer, mientras era arrestada por al menos ocho agentes. Opositores y activistas calificaron el hecho como una “criminalización de los símbolos patrios” por parte del gobernante FSLN.
Otro comerciante lo detuvieron en noviembre de 2018 por vender banderas en la calle. Posteriormente lo acusaron y condenaron por portación y tenencia ilegal de armas y entorpecimiento de servicios públicos.
También en 2018, el profesor Humberto Hernández fue acosado y citado por la Policía. Su delito: recorrer en moto las calles de la ciudad de Camoapa, en Boaco, portando una bandera azul y blanco.
