21 de abril 2025
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La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que antes calificó al Papa Francisco como parte de una “mafia” y “perfecta dictadura”, se pronunció sobre la muerte del alto jerarca de la Iglesia católica atribuyendo a “manipulaciones” y “circunstancias adversas” su conflictiva relación con el Vaticano, en un comunicado oficial por el fallecimiento del Pontífice.
El documento, titulado “Ante el papa Francisco”, dirigido al cardenal Leopoldo José Brenes y a la Iglesia en Nicaragua, fue firmado por los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo
En el comunicado la pareja de dictadores reconoce las “tensiones” de sus relaciones con la Santa Sede, callando sobre la persecución de la dictadura contra la Iglesia católica en Nicaragua.
“Nuestras relaciones, como nicaragüenses creyentes, devotos y fieles a la Doctrina de Cristo Jesús, fueron difíciles, accidentadas, desgraciadamente influidas por circunstancias adversas y dolorosas que no siempre se entendieron”, admite.
Los dictadores mencionan que supieron “entender la distancia y sobre todo, la complicada y alterada comunicación que no nos permitió las mejores relaciones”.
“Aunque también supimos comprender la confusión generada por voces altisonantes que entorpecieron todo intento de verdadera interacción”, agregan.
En el texto recuerdan que el argentino fue el primer papa de “nuestramérica-caribeña” y que fue llamado Francisco “en admiración y compromiso con las profundas enseñanzas de San Francisco de Asís”.
“Admiramos sus recorridos por el mundo promoviendo paz, e intentando generar una Iglesia comprometida con el deber y la responsabilidad de crear concordia, desde la indispensable solidaridad y hermandad cristianas”, indican.
Tensas relaciones
El papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025 en el Vaticano, mostró durante los últimos años una postura crítica hacia la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, en Nicaragua, denunciando la represión y la persecución contra la Iglesia católica, que ha incluido el destierro o expulsión de tres obispos, más de 130 sacerdotes, más de 90 religiosas y varios seminaristas. Además, la prohibición de procesiones, la cancelación de obras sociales y universidades y la confiscación de propiedades, entre otras represalias.
“Se presentan como santos, se presentan como los representantes de Dios, no. Ellos no han cumplido con ese principio de representar a Dios. Mucho menos de representar a Cristo… No por el ejemplo que puedan dar los obispos, los cardenales y los Papas que son una mafia”, acusó Ortega el 21 de febrero de 2023, en un acto oficial en Managua.
“¿Quién elige al Papa? ¿Cuántos votos consigue el Papa entre lo que es el pueblo cristiano? Si vamos a hablar de democracia, el pueblo debería elegir, en primer lugar, a los curas del pueblo (…) Que sea el pueblo el que decida y no la mafia que está organizada en el Vaticano”, insistió Ortega.
Lo que el régimen oculta de las relaciones “accidentadas”
La dictadura Ortega-Murillo oculta en su mensaje la represión a la que ha sometido a la Iglesia católica en Nicaragua, con la prohibición de procesiones, el hostigamiento de feligreses, el destierro de sacerdotes y monjas, entre otras violaciones a la libertad religiosa.
En sus monólogos del mediodía, Murillo ha tildado a los religiosos de “servidores de Satanás”, “representantes del demonio”. Les llama “diablos”, “demonios”, “blasfemos” o “falsos representantes de Dios”, entre otros insultos, reveló un reportaje de CONFIDENCIAL publicado en enero de 2024.
La dictadura tampoco hizo referencia en su comunicación a la expulsión del país del nuncio apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag en 2022.
“La Santa Sede ha recibido con sorpresa y dolor la comunicación de que el Gobierno de Nicaragua ha decidido retirar el beneplácito (agrément) a Su Eminencia Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, Nuncio Apostólico en Managua desde 2018, imponiéndole que dejara inmediatamente el país después de notificarle esa medida”, señaló el comunicado emitido por el Vaticano.
