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Venezuela después del asilo de Edmundo González: “intentan dividir al liderazgo opositor”

Boris Muñoz y Luz Mely Reyes: “Maduro se dio un tiro en el pie” con el fraude electoral, pero “la oposición ha perdido su momentum” ante la represión

José Manuel Albares y Edmundo González

El líder opositor venezolano, Edmundo González Urrutia (der.), conversa con el canciller español, José Manuel Albares, en Madrid. Foto: EFE

Carlos F. Chamorro

23 de septiembre 2024

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El sorpresivo asilo político en España de Edmundo González Urrutia, candidato ganador de las elecciones de Venezuela el 28 de julio con un margen de ventaja de casi 3 a 1 sobre Nicolás Maduro, en medio del recrudecimiento de la represión que ha dejado más de 1800 detenidos, ha provocado un sismo político en Venezuela, que ha dejado a la oposición “desdibujada”.

En el programa Esta Semana conversamos con los periodistas venezolanos Luz Mely Reyes, directora de Efecto Cocuyo, y el cronista Boris Muñoz, columnista de El País de España, para analizar el impacto del asilo político de Edmundo González y el fracaso de la gestión diplomática latinoamericana que demandaba al régimen de Maduro presentar los resultados de las actas de votación, y cuáles son los escenarios políticos a corto y mediano plazo.

Con el fraude electoral, “Maduro se ha dado un tiro en el pie”, dice Boris Muñoz, pero la oposición ha perdido su momentum, de protestas, movilización, y respaldo internacional, para forzar al régimen a reconocer su derrota electoral. Mientras el dictador Nicolás Maduro avanza a imponer un Gobierno el 10 de enero de 2025, que será un “Gobierno de facto”, dice Luz Mely Reyes, que “augura más dificultades a los venezolanos”.

Los periodistas coinciden en que el movimiento electoral que votó a Edmundo González, sobrepasó a las organizaciones partidistas. “La gente se preparó para votar y manifestó su deseo de cambio en la votación, pero no hubo preparación sobre la actuación de las dirigencias y de la propia gente, cuando se produjo el desconocimiento de los resultados de esta elección”, afirma Reyes.


“Este es un momento de confusión, de reconfiguración. La oposición tiene que reestructurarse y mantener un grado de motivación, porque sin movilización, solo con una presión internacional, quizá no se logre el objetivo de cobrar el 10 de enero”, considera Muñoz “es un escenario muy desafiante para la oposición que queda en el país y especialmente para María Corina Machado”. 

Intentan dividir el liderazgo opositor

¿Qué hay detrás de los entretelones del asilo político de Edmundo González en España? Hay un relato que ha brindado él, por otro lado, las amenazas del régimen de Maduro, y el papel de España, pero aún existen hoyos negros en este relato.

Luz Mely Reyes. La salida de Edmundo González Urrutia se produce luego de que él pasó 32 días bajo protección en la sede diplomática de Países Bajos en Caracas y, posteriormente, él decide irse por razones de su integridad física, a la sede de la residencia de la Embajada de España. Allí se produce la negociación para que él pueda salir al exilio en España. En esta parte se han producido los últimos acontecimientos que han salido a la luz pública, con fotografías que han sido mostradas por Jorge Rodríguez (presidente de la Asamblea Nacional). 

De acuerdo con lo que he recogido de parte de la conversación que hubo en la residencia de la Embajada de España, deja en evidencia que tanto Jorge Rodríguez como la persona que lo acompañaba, Delcy (Rodríguez, vicepresidenta) grabaron sin consentimiento parte de la conversación, porque los audios que fueron emitidos son editados.

El rol que cumplió España ha sido de cierta manera clarificado por un comunicado que ha emitido Edmundo González sobre que no hubo coacción de parte de España, sino que el espacio de España sirvió para que se diera esta conversación. Quedan algunos huecos y tienen que ver justamente con quiénes fueron estos otros intermediarios que estuvieron, se ha mencionado mucho al expresidente Rodríguez Zapatero, y el exdiputado de Primero Justicia, que también está asilado en España, Eudoro González.

¿Qué impacto tiene el asilo político de Edmundo González en España, en la oposición en Venezuela y en el liderazgo de María Corina Machado?

Boris Muñoz Estoy bastante sorprendido por las últimas revelaciones, por el grado de vigilancia que tiene la dictadura sobre la oposición, no solo estos audios que han salido editados sino también el audio que presentó el fiscal general de sus conversaciones con el abogado de Edmundo González. Es muy preocupante, porque hay un contexto de desinformación, de manipulación informativa y también hay una estrategia para querer dividir al liderazgo opositor.

Se sabe que María Corina Machado fue sorprendida por este asilo de Edmundo González Urrutia, no hubo una consulta previa, ella no estaba informada de estas conversaciones, sino que se entera el día antes, en la víspera de su salida. Entonces, eso es muy serio.

El Gobierno español ha jugado un papel principal que todavía estamos tratando de desentrañar. Se supone que Rodríguez Zapatero es el intermediario de esta gestión y que es con su aval que esto concluye.

A mí como venezolano me preocupa mucho que hay dos gestiones paralelas. Una que se está llevando a cabo con Edmundo González para alejarlo de Venezuela y otra que está buscando mantener en jaque a María Corina. Al mismo tiempo, lo que ha estado desarrollando Edmundo González en España, en buena medida de la mano de Machado en España, este avance hacia el reconocimiento de su figura como presidente electo de Venezuela. Hubo una discusión en el Parlamento español, y se llevó al Parlamento Europeo. Entonces, lo que vemos ahora es distintos puntos que uno no sabe cómo van a incidir en el objetivo principal de la oposición, que el 10 de enero Edmundo González Urrutia sea reconocido como presidente constitucional de Venezuela. En este momento, esta gran meta de cobrar el triunfo el 28 de julio, está un poco desdibujada, en el aire.

El Parlamento de España y el Parlamento europeo han declarado a Edmundo González presidente electo, pero esas son decisiones que tienen que adoptar los Gobiernos y la mayoría ha dicho que no quieren repetir el fiasco de Juan Guaidó. O sea, no reconocen el triunfo de Maduro, pero tampoco se inclinan a dar ese paso. Por otra parte, queda pendiente la mediación de Lula, Petro y López Obrador para obligar a la dictadura a enseñar las actas. ¿Fracasó completamente esa gestión?. Y por último ¿Dónde está Estados Unidos con su política de revisar las sanciones al régimen de Maduro?

Luz Mely Reyes. Sobre el rol que puede seguir jugando España, se están moviendo algunas agendas e intereses tanto de la política interna española como de la propia, del exilio de dirigentes venezolanos en España. Entonces, habría que ver cómo se va a salir de la trampa de la polarización interna en España sobre un hecho que en Venezuela trasciende cualquiera de los extremos de la ideología, de izquierda o de derecha.

El otro punto tiene que ver con esta llamada que hubo el viernes que fue dado a conocer entre el secretario de la ONU. Nicolás Maduro no ha querido recibir llamadas o reunirse con los Gobiernos de Brasil, Colombia ni con el Gobierno de México. Sin embargo, estaba buscando este contacto con la ONU. Recordemos que (António) Guterrez hizo público un primer borrador del informe del panel de observación de la ONU que estuvo en las elecciones de Venezuela, que aunque no determina quién pudo haber ganado las elecciones, sí deja claramente establecido que se violaron todos los lineamientos de integridad electoral. Y también es importante por el impacto que esto pueda tener en otros factores que apoyan al Gobierno de Nicolás Maduro, como por ejemplo, Turquía o alguno de estos otros países que tienen estos autoritarismos o sistemas híbridos pero que no han tenido que robar una elección como se la robó Nicolás Maduro.

Boris Muñoz. El objetivo de dividir a la oposición que tiene el Gobierno, en este momento, sobre todo el liderazgo bicéfalo de María Corina Machado y González Urrutia, es un asunto súper delicado. Luz Mely mencionó lo que se está dando en España, dentro de la agenda polarizada española, y también una discusión de contexto que arropa la situación venezolana, el choque entre la extrema derecha y la derecha, y la socialdemocracia y la democracia en Europa. Eso se replica en otros lugares como en Argentina. Hace dos semanas hubo un congreso del Grupo de Madrid, auspiciado por (Javier) Milei, en el cual también se da, otra vez, el tema venezolano como parte de esa agenda central y se reconoce a Edmundo (González), y se da dentro de una agenda ideológica y me parece que Luz Mely lo marca muy bien cuando dice que la causa venezolana había logrado trascender esa agenda, con un consenso.

Igual sucede en el Congreso de Estados Unidos, donde vemos ahora que hay una presión fuerte para restablecer las sanciones. Hay peticiones para que se reconozca a la presidencia de Edmundo González, y el mismo secretario de Estado (Antony) Blinken tuvo una reunión esta semana con María Corina Machado y Edmundo González para confirmarles que Estados Unidos no los abandonará.

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Es muy difícil que algo pase antes de las elecciones de noviembre, el contexto electoral de Estados Unidos también es un factor que ralentiza las agendas políticas en torno a lo que pueda suceder en Venezuela. Y eso de alguna manera también afecta las gestiones de Brasil, México y Colombia, que en este momento parecen estar paralizadas. Y por otro lado, esto de Guterrez, es importante porque Guterrez, según leí en Efecto Cocuyo recientemente, le insiste mucho a Nicolás Maduro en tener cuidado con los excesos de la represión y tratar de asumir una actitud poco más conciliadora, en el escenario postelectoral.

Luz Mely Reyes y Boris Muñoz, periodistas venezolanos.

Hablemos del impacto que está teniendo todo esto en la vida de los venezolanos en esa mayoría que eligió a Edmundo González. Según el Foro Penal, hay más de 1800 detenidos, entre ellos 60 adolescentes. ¿Cuál es el estado de ese movimiento popular que votó por Edmundo González y que ahora está siendo reprimido, mientras María Corina Machado, que representa ese liderazgo, también está arrinconada por la represión? ¿Ese movimiento tiene capacidad de ejercer alguna presión en los próximos meses? 

Luz Mely Reyes. Este movimiento todavía es muy orgánico, fue además muy transversal, sobrepasó incluso a las capacidades organizativas de las organizaciones partidistas. La gente se preparó para votar y manifestó su deseo de cambio en la votación, pero no hubo preparación sobre cuál iba a ser la actuación de las dirigencias y de la propia gente, cuando se produjera el desconocimiento de los resultados de esta elección.

Enrique Márquez, por ejemplo, está impulsando esta especie de coalición de grupos de centro izquierda e izquierda, apoyado por el Partido Comunista y exdirigentes del chavismo; la Plataforma Unitaria, está desdibujada, los partidos mayoritarios están desdibujados. Un Nuevo Tiempo, que es un partido que tiene mucho arraigo en el occidente del país, no se ha visto a su dirigencia actuar en este momento y lo que observamos son algunas actuaciones que parecieran que no están articuladas.

Lo que sí luce muy claro es que son posiciones en defensa de la soberanía popular y eso es el punto de unión que uno observa en estos distintos factores. Todavía falta una gran coalición o una gran plataforma que permita a su vez generar acciones que tengan esta incidencia de la que habló Boris al principio. Que se logre que el 10 de enero el candidato ganador, Edmundo González Urrutia, pudiese asumir la presidencia de la República de Venezuela. 

La oposición perdió el momentum

¿Cuál es el escenario a corto plazo? ¿Qué impacto tiene esta crisis hoy, en la economía de Venezuela, en la migración? ¿La oposición ha perdido la iniciativa en la calle o puede recuperarla?

Boris Muñoz. Si la va a recuperar, no se sabe. Estoy de acuerdo que este es un movimiento orgánico que se dio desde un gran deseo de cambio en la población y que ese deseo desbordó las expectativas opositoras en cuanto al voto, en cuanto a la movilización y ha tenido un resultado súper positivo que ha permitido cambiar toda la configuración política de Venezuela.

No estaba preparada la oposición para un escenario represivo, el tablero de la fuerza, y no hay todavía una estrategia en ese escenario. Lo que está sucediendo con Enrique Márquez, que es muy interesante y hay que prestarle atención a este candidato del movimiento Centrado, que obtuvo una votación muy pequeña, 26 000 votos. Sin embargo, ha sido un vocero muy eficaz, en articular una visión alternativa a la de la oposición que encarna María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, pidiendo el reconocimiento de la voluntad popular, impugnando las decisiones espurias de la Sala Electoral del Tribunal Supremo. Y eso es muy importante y eso es un llamado de atención para líderes como María Corina, Edmundo González Urrutia, para que se abra una coalición más amplia que incorpore a estos sectores de la izquierda chavista y de la izquierda tradicional venezolana dentro de un movimiento de amplia base. Pero eso no está pasando aún.

Y la gran pregunta es ¿cómo movilizar? Porque ciertamente hubo un momentum, lo que llama un impulso entre el 28 de julio y el 28 de agosto, de manera muy clara, primero demostrar el fraude, cosa que se demostró; y después ver si las gestiones de “los tres amigos”, México, Colombia y Brasil daba algún fruto, eso no dio resultado; y en ese momento se dio la gran ola represiva. El chavismo se reagrupa en torno a Maduro y despliegan su aparato de seguridad de manera muy terrorífica.

Ellos lograron instalar el miedo. Se necesita un liderazgo muy fuerte para movilizar a la gente de nuevo. La gente ha vuelto a sus rutinas, a lidiar con sus dificultades diarias. Se activa otra vez la migración que había disminuido esperando el momento electoral y no sabemos qué va a pasar. 

El gesto de Maduro es decir “yo estoy aquí y soy tan supremo que digo que la Navidad empieza el 1 de octubre”. Es un gesto dictatorial, totalitario. Ellos están pasando de la dictadura a un totalitarismo. Este es un momento de confusión, de reconfiguración. La misma oposición tiene que reestructurar sus mensajería para este tablero, para mantener un grado de motivación, porque sin movilización, solo con una presión internacional, quizá no se logre el objetivo de cobrar el 10 de enero.

2025: ¿Maduro sería un Gobierno de facto?

Hablemos del 2025. ¿Qué pasa si Maduro se impone y se proclama presidente con el control que tiene de todos los aparatos del Estado y se ejecuta de manera definitiva el fraude? ¿Cómo impactaría esto en la economía de Venezuela, en la migración y sobre todo en la convocatoria a estas megaelecciones —legislativas, regionales y locales— que se deberían llevar a cabo en 2025? ¿Puede la oposición entrar a otro ciclo electoral después de la imposición del fraude del 28 de julio?

Luz Mely Reyes. Empecemos por lo último. Con el marco actual, es imposible para factores de oposición participar en un proceso electoral, porque evidentemente ya hubo un robo del proceso electoral el 28 de julio. No hay ningún tipo de garantía de que, en un nuevo proceso electoral, se van a respetar condiciones de integridad, y para participar en un proceso electoral tendría que haber muchísimos cambios.

La fecha del 10 de enero es ese lapso para que se activen espacios de negociación, conversaciones que han dicho varios aliados de la Plataforma Unitaria o de las fuerzas democráticas en Venezuela. Es un tiempo que aunque puede jugar a favor de Maduro, también el 10 de enero va a ser el “llegadero” de Maduro, porque si Maduro asume el 10 de enero como aparentemente pudiese ser así, ¿Qué tipo de Gobierno será? ¿Va a ser reconocido? No hay reconocimiento de que haya sido presidente electo de muchísimos otros países. 

Entonces, el reto va a ser para la comunidad internacional de ver qué tipo de Gobierno va a reconocer con el que va a tratar, con un Gobierno de facto y las implicaciones que eso tiene.

Y allí entra la discusión que hay sobre sanciones sectoriales, porque Estados Unidos sancionó hace pocos días a 16 funcionarios y tiene supuestamente en la mira a muchos más, así como algunas sanciones personales siguen vigentes en la Unión Europea. Pero lo que se ha flexibilizado son las sanciones sectoriales. Entonces, volver a esas sanciones sectoriales evidentemente va a tener implicaciones en la economía venezolana. La aspiración que tenía Nicolás Maduro con las elecciones era que una vez que él ganase las elecciones, porque tenía ese escenario de que podía ganar, entonces venía este reconocimiento internacional y un restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos. Nada de eso va a pasar y el Gobierno de Nicolás Maduro tiene que estar pensando qué va a hacer cuando llegue ese momento, en que no solamente no va a asumir González Urrutia, sino que al asumir Nicolás Maduro ya estaría aceptando que es un Gobierno de facto.

Boris Muñoz. Hasta el 6 de noviembre, el Gobierno de Estados Unidos no se va a mover de manera clara, las gestiones que haga van a ser por detrás y después sí puede venir una nueva oleada de sanciones sectoriales, incluso revocamiento de licencias. Creo que el Gobierno de Nicolás Maduro está previendo un escenario de esa naturaleza. Va a seguir en la trinchera con los aliados que tiene, en este momento, Rusia, China, Turquía, Bielorrusia, todos esos regímenes que son muy opacos, que son democracias iliberales o son dictaduras, ellos van a recurrir allí y o sea, lo que tú has anticipado algunas veces que esto podría ir hacia una vía Nicaragua, es un escenario bastante posible, si las cosas no cambian, si no hay algún tipo de sacudimiento político que permita que se abra otro espacio de negociación o que haya realmente un salto hacia adelante en la oposición para lograr transformar su triunfo electoral en un cambio político consistente.

Veo un escenario muy complicado para Nicolás Maduro, sin ningún tipo de reconocimiento internacional. Ellos se dieron un tiro en el pie con esta jugada que adoptaron, sea por miedo o porque realmente se vieron sorprendidos con el resultado electoral, y eso augura más dificultades para los venezolanos. Este es un régimen que se ha aislado, está en una cápsula y esa cápsula se sostiene, en parte, por la economía petrolera, y en parte porque tienen unos unos habilitadores internacionales, pero lo veo muy difícil. Es un escenario muy desafiante para la oposición que queda en el país y especialmente para María Corina Machado.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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