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Mexicanos al grito de guerra: “¡No queremos ser otra Venezuela!”

Del baño de masas del sábado a enfrentarse a una oposición ciudadana que exige el respeto de las leyes federales y y la división de poderes

Marcha contra Manuel López Obrador, en México. Carlos Salinas | Confidencial

Colaboración Confidencial

Carlos Salinas Maldonado

3 de diciembre 2018

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Ciudad de México.– Si el sábado después de su investidura Andrés Manuel López Obrador se dio un baño de masas en el zócalo de la Ciudad de México para demostrarle al mundo la legitimidad de su mandato, este domingo miles de mexicanos se tomaron el neurálgico Paseo de la Reforma para dejarle un mensaje claro: el nuevo presidente no gobernará sin oposición ciudadana.

En un fin de semana quedó demostrada la división de esta sociedad en dos grupos: los que tienen la esperanza en un cambio real y quienes temen que con AMLO su México se convierta en un Estado a la deriva, como Venezuela, gobernado por un líder de la izquierda populista, devenido en autócrata, que han desembocado en un régimen autoritario, sostenido en una brutal represión.


El “mexicanos a grito de guerra” –la frase del himno nacional de este país– marcó el inicio de la manifestación, que avanzó por varias cuadras de esta hermosa avenida flanqueada por enormes rascacielos de cristal. La del domingo fue una mañana cálida en Ciudad de México, con un sol deslumbrante y un hermoso cielo azul, condiciones ideales para que los mexicanos dejaran sus abrigos en casa y salieran en pantalones cortos, blusas frescas, camisetas y gorras a manifestarse contra el presidente, en el primer día de su mandato.

Venezuela y su mandatario, el incendiario Nicolás Maduro, fueron, además de AMLO, los protagonistas de la marcha. Los manifestantes coreaban consignas contra Maduro al estilo de “¡Amigo de Maduro, dictador seguro!” O “México despierta, así comenzó Venezuela”. Las mujeres de la manifestación aseguraban que no eran “fifí”, es decir señoras de la clase media alta que por convicciones ideológicas rechazan cualquier asomo de socialismo. Es un señalamiento que hacen algunos simpatizantes del nuevo presidente. Estaban ahí, gritaban, para asegurar que en México se respeten las leyes, la federación y la República.

“Soy la señora Guadalupe Sánchez Montiel”, se presenta una mujer de estatura baja, vestida toda de blanco y delicadamente maquillada, que cubría su rostro con una visera también blanca. Si mantenemos los estereotipos, ella bien podría caer perfectamente en la definición de “fifí”. Es, además, el retrato de quienes desprecian a López Obrador desde una posición ideológica.

Carlos Salinas | Confidencial

“Él divide a la sociedad, por eso venimos a marchar. Aquí no somos acarreados, todos somos ciudadanos que venimos por nuestro gusto y como pudimos. Ellos ayer llenaron el zócalo con gente de todas las delegaciones, porque así acostumbran, a acarrear a la gente, a sus seguidores. Eso es populismo”, dice Guadalupe.

La mujer afirma que se manifiesta por varias decisiones tomadas por AMLO, que considera arbitrarias. Entre ellas están las controvertidas “consultas populares”, una iniciativa populista basada en consultar a sus seguidores para así tomar decisiones que, al parecer, coinciden con la posición del presidente. Es lo que pasó con la construcción del aeropuerto de Texcoco, una monumental obra de ingeniería y arquitectura valorada en más de 13 mil millones de dólares, que el mandatario suspendió tras consultar a sus simpatizantes. “La decisión es obedecer el mandato de los ciudadanos”, justificó quien era todavía presidente electo al informar la suspensión del proyecto.

“Estamos en contra de las imposiciones del presidente”, explica Guadalupe a la altura de la Calle de la República, detrás del bellísimo monumento a la Revolución. “Él no toma en cuenta al pueblo y no queremos eso, porque así empezó la dictadura de Venezuela, con una persona socialista y populista. Reclamamos que en las consultas populares que él hace nos tome en cuenta a todo el pueblo, porque él las hace a su manera”, agrega.

Unos pasos más adelante, a la altura de la Calle Valentín Gómez Farías, un señor carga un cartón con mensajes críticos contra López Obrador, en el que lo llama “Chimostrufia”, en referencia al popular personaje de la serie “Chespirito”. Claudio García, jubilado y vecino de esta ciudad, dice que le preocupaba el discurso anticapitalista del nuevo presidente y su posición crítica hacia la inversión privada.

Carlos Salinas | Confidencial

“Si les bloqueamos el paso a las inversiones se van a ir a otro país y a nosotros nos dejan en la pobreza. Nosotros dependemos de las empresas privadas, el Gobierno también depende de las empresas privadas para mantenerse. Por eso vine a protestar, para ver si podemos cambiar en algo las decisiones del señor presidente”, explica.

A García, bajito y de marcado rasgos indígenas, el Gobierno de López Obrador le recuerda a la dictadura del PRI, que durante 70 años gobernó México. “Nosotros tuvimos una época en la que el PRI era así de autoritario y desde ese tiempo participamos en manifestaciones y logramos mejorar algunas cosas. Creo que esta vez también se debe hacer, no debe haber una imposición directa de un presidente autoritario”. Al hombre le asusta, por ejemplo, el modelo que caciques que, dice, AMLO intenta reanudar en México. “Está poniendo en riesgo el federalismo, porque está nombrando a representantes de él directamente en los estados, pasando encima de los gobernadores y eso no debe de ser”.

En esta manifestación participaron personas de todas las edades, desde niños de coche hasta ancianos. Recuerda las protestas multitudinarias que tras la matanza de abril se organizaron en la carretera a Masaya, en Managua, para exigir el fin de la autocracia del presidente Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo. Un modelo que estos mexicanos también tienen presente este domingo para oponerse a Andrés Manuel López Obrador, aunque el enemigo principal es el venezolano Maduro. De hecho, hasta las consignas son parecidas. “No somos uno, no somos cien, Andrés Manuel, cuéntanos bien”, coreaba la masa.

Elena Durán, abogada de 37 años, también hace la comparación entre AMLO y Maduro. Ella, que además es actriz y cantante, asegura que ve en el nuevo presidente “signos de preocupación” que podrían poner en riesgo la república mexicana. “Tengo amigos venezolanos, que hace ya tres años huyeron y vinieron al país, y nos han comentado cómo vivieron esa transformación en Venezuela, y que justamente se está pareciendo mucho a lo que está sucediendo aquí, aunque nuestro país ha tenido mecanismos más viables para evitar convertirnos en un país cerrado, como ocurrió con Venezuela”, explica la joven.

Los mexicanos entrevistados este domingo mostraban una opinión muy comprometida con la libertad de expresión, el respeto a la libertad de prensa, su orgullo por el sistema federal y la Constitución mexicana. Ellos no le dan el beneficio de la duda al nuevo presidente y mucho menos la paciencia que él pidió a los miles de ciudadanos que el sábado lo acompañaron en el zócalo. Mientras la marcha continuaba hasta el Monumento a la Revolución, ellos gritaban otra consigna: “AMLO mintió, la gasolina no bajó”, en referencia a una de las promesas de campaña del político izquierdista. La muestra clara de que el nuevo presidente deberá gobernar con una comprometida oposición ciudadana. Al pie de la bellísima cúpula que celebra la revolución, los manifestantes cerraron su protesta con el himno nacional. Mexicanos al grito de guerra.


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