16 de diciembre 2022
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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, quién viajó a Catar para ser testigo de la victoria contra Marruecos por 2-0, podría —de estar inscrito—, entrar como reemplazo en la final con Argentina, y la tropa de Deschamps seguirá siendo competitiva, un hueso muy difícil de roer. Obviamente es una broma, pero no una exageración. Eso es lo que asombra de este equipo francés. No parece percatarse de sufrir bajas tan importantes, como perder una pierna y jugar cojeando. Derrotarlo es una hazaña, y de estamos enterados todos, incluidos Scalloni, manejador de Argentina y Messi, su jugador estrella.
El gran favorito
Antes de ponerse en marcha esta Copa, veía a Francia como el gran favorito sin importar el nivel de los retadores, pero cuando el campeón defensor de su corona pierde a piezas tan fundamentales como Kanté y Pogba, que empujaron decididamente al equipo hace cuatro años hacia su segunda conquista, no puede contar con Benzema, el ganador del Balón de Oro 2022, y tampoco con Kimpambé, el consistente defensa del PSG, las posibilidades naturalmente se debilitan, y en gran escala. ¿Qué otro equipo asimilaría cuatro golpes de ese tipo y continuar hasta la final en una Copa del Mundo? No lo imagino. Antes de semifinales se agregaron por un juego, otras dos pérdidas importantes: Rabiot que estaba funcionando tan eficazmente, y Upamecano, convertido en titular de la línea defensiva. Y pese a eso, Francia continuó abriéndose paso. Es decir, no se encuentra forma de afectar a este equipo francés en su rendimiento.
Otros no hubiesen podido
Argentina sin Messi, Álvarez y Enzo, no estaría en esta final. Portugal sin Bruno Fernández y Bernardo Silva, podría haber quedado atrapado en la fase de grupos. En 1966, cuando Pelé salió lesionado frente a Bulgaria en el primer juego, Brasil dejó de existir contra Hungría durante una derrota 3-1, y aunque lo usaron temerariamente, haciéndolo correr riesgos contra aquel Portugal de Eusebio, el equipo suramericano, ganador de la Copa consecutivamente en 1958 y 1962, quedó eliminado. Cierto, antes en 1962, Brasil quedó sin Pelé lesionado en el segundo juego contra Checoeslovaquia, pero no se registró ninguna otra pérdida, en cambio esta Francia, se ha fajado sin esos cuatro jugadores de gran significado en el funcionamiento del engranaje azul, agregando dos más en el camino.
Griezmann ha aprovechado
Entre tantas ausencias, alguien que estaba inseguro en ser titular como Antoine Griezmann, obtuvo espacio, llegando a ser el “motor” del equipo. Su capacidad para recuperar balones, rápidas proyecciones con traslado y entregas, apoyo en las arremetidas y retornos apropiados, lo han convertido en imprescindible para el accionar francés… ¿Cómo no elogiar lo que Touchouameni ha estado haciendo en contención y avances, más ese disparo impresionante que reventó la red en un crucial partido contra Inglaterra? Para hacerle más amargo a Deschamp este momento previo a la final, se informa que Varane y Konaté, defensas de utilidad probada, se encuentran en duda para el domingo, afectados con el virus, mientras se tejen especulaciones sobre la reaparición de Benzema en la batalla que el mundo espera.
¿Quiénes alinearán?
Un técnico que no sabe con los elementos que va a contar para estructurar una alineación en las puertas de una final de Copa del Mundo, eso es Didier Deschamps, un francés que no duerme rascando su cabeza… Deschamps debe parecer un ajedrecista estudiando todas las variantes posibles frente al tablero con piezas imaginarias, mientras Scalloni, distante de esos problemas, tiene su cuadro rayado… Messi está sano y crecido, y todos los que rodean listos, incluyendo —según se asegura— a DiMaría para se extienda como generador de peligro, por la derecha… La ventaja anticipada de Francia sobre Argentina, antes del oleaje de dificultades, se ha reducido tan drásticamente, que los apostadores están girando… Si Benzema no está en forma para regresar, si se confirma lo de Varane y Konaté, si Pogba, Kanté y Kimpambé continúan viendo a Francia desde las tribunas, será otra Francia, no la de 24 quilates, la que enfrentará al seleccionado argentino el domingo.
No se sorprendan si ven al presidente Macron uniformado.
