2 de junio 2021
Las guías de prevención de contagios de covid-19, publicadas por el Ministerio de Salud (Minsa) de forma tardía en su sitio web, no tienen alcance real entre la población porque la misma institución no garantiza su cumplimiento, y más bien avala aglomeraciones que esas normativas contra la covid-19 califican de “alto riesgo”.
“El hecho de publicar una normativa en la página web y dejarla a opción o no del que la lea, si la cumple, y la implementa no es esa la función del Ministerio de Salud. El Ministerio de Salud debe preocuparse de que todas esas normativas sean cumplidas tal y como ellos dicen”, asegura la especialista en salud pública, Carmen Torres.
El Minsa ha publicado 32 documentos, entre normativas, protocolos y guías que contemplan medidas para disminuir la transmisión del SARS-CoV-2 en diferentes entornos, como el transporte colectivo, la atención en farmacias, establecimientos comerciales, la gestión de riesgo para eventos y actividades multitudinarias, entre otros.
Sin embargo, las orientaciones incluidas en los escritos no se han concretado en la realidad y el hecho más evidente, es que las instituciones del Estado continúan fomentando aglomeraciones.
Ignoran su normativa para prevenir covid-19 en eventos
Una "Guía de Gestión de Riesgo para Eventos y Actividades Multitudinarias en el contexto de la covid-19", publicada en marzo 2021 por el Minsa, establece que para realizar una actividad se deben considerar dos tipos de análisis: análisis de riesgo de la comunidad y el análisis del riesgo del evento.
El primero consiste en conocer los factores epidemiológicos como la incidencia de casos de covid confirmados y probables, la tasa de hospitalizaciones e ingresos en Unidades de Cuidados Intensivos y número de defunciones. A eso se suman las capacidades asistenciales, que incluyen el número de camas en UCI y fuera de UCI, reservas de equipos de protección personal, tratamiento de pacientes covid, y demás, indica la Guía del Minsa.
El análisis de riesgo del evento también requiere evaluar el número de asistentes y sus características -edad, previas condiciones de salud-; la interacción esperada, posibilidad de aglomeraciones, gestión de los puntos de acceso, desarrollo de actividades que puedan promover la transmisión –cantar o gritar- compartir objetos o consumir alcohol; tal como ocurre en conciertos y ferias desarrolladas cada fin de semana.
Con el resultado de esas evaluaciones, el Minsa recomienda -según su propia Guía- “valorar cancelar o posponer los eventos de muy alto y alto riesgo o establecer una serie de condiciones en cuanto a limitaciones del aforo de participantes y medidas de prevención”. Pero esto no sucede.
Una fuente médica explicó que la responsabilidad del Minsa consiste no solo en publicar sus normas, también debe capacitar al personal y a otras instituciones del Estado sobre las nuevas disposiciones. Además, debe divulgarlas por todos los medios posibles, con el objetivo que se cumplan. De lo contrario, cuestiona, se “convierten en papel mojado, sin ninguna utilidad”.
El neumólogo Jorge Miranda considera que el Minsa ha perdido "toda credibilidad científico-técnica" y no existe voluntad real para controlar la pandemia. "Han hecho, en la realidad, todo lo contrario para evitar el contagio y la propagación", expresó.
La guía de actividades publicada por el Minsa también requiere de datos que este Ministerio mantiene bajo total hermetismo, mientas en otros países son divulgados con total transparencia. Para la fuente médica, sí la misma institución no facilita dicha información epidemiológica, “se convierte en el principal violador de su propia norma y automáticamente la anula”, expresó.
De hecho, en mayo, el Minsa cumplió un año de la suspensión del boletín epidemiológico, que permitía conocer el comportamiento de enfermedades como el dengue, la neumonía, la malaria. El último boletín disponible en su sitio web corresponde a la semana epidemiológica número 21.
Y pese a que en el escueto informe semanal sobre la pandemia de covid-19, el Minsa ha reconocido durante las últimas tres semanas un aumento de casos, siendo el mayor número el reportado este martes 1 de junio -157 casos-; mantiene congelado el número de muertes, en un fallecimiento cada siete días. Tampoco ha admitido que este incremento de contagios es parte del rebrote posterior a Semana Santa, advertido por médicos independientes.
En los buses, muchos no usan mascarillas aunque vayan llenos
El Minsa también diseñó una guía de bioseguridad para la prevención de contagios en terminales de buses y empresas de transporte público colectivo y selectivo, pero al igual que con el desarrollo de actividades de aglomeración, esta tampoco se cumple. Solo en algunas unidades de buses interurbanos se observan mensajes que promueven el uso de mascarilla que, en su mayoría, es ignorado por los mismos conductores y colaboradores del bus, así como las decenas de usuarios.
María Solano viaja cinco días de la semana desde Diriamba hacia Managua. Asegura que ni los mismos responsables de las unidades de transporte aplican los protocolos de prevención de contagios, por ende, tampoco demandan el uso de mascarilla a los usuarios. Solano ha tenido que reclamar cuando una persona se sienta a su lado y no porta su mascarilla. Ella reconoce que está expuesta al virus y sabe que cualquier descuido no solo la afectaría directamente, sino, también pondría en riesgo a su familia.
La guía publicada por el Minsa recomienda la desinfección del bus, promover que los pasajeros usen de forma voluntaria mascarilla o pantalla facial en el transporte público, no deben transportar pasajeros de pie, y exceder la capacidad de personas sentadas.
Sin embargo, en el paisaje cotidiano de Managua, se observa a los buses atestados, principalmente, en hora pico. Las personas se amontonan para llegar a sus destinos y el distanciamiento social carece de importancia, así como el uso antojadizo de la mascarilla.
Minsa falla en su gran responsabilidad contra la pandemia
Los médicos consultados concuerdan que el Minsa es el principal responsable que las normativas publicadas en su sitio web se cumplan. Incluso, los otros ministerios están supeditados a lo que oriente el órgano rector en salud, por ende, no puede eludir su responsabilidad en la gestión de la pandemia.
“El nivel de contagio y la responsabilidad es tanto del Ministerio de Salud como de los jefes de este país, que son los que ordenan esas manifestaciones masivas. Aquí la responsabilidad es de ambos y es al cien por ciento porque yo Ministerio de Salud, ente rector, yo no estoy de acuerdo con lo que dice la cabeza del Estado, yo tengo que ponerlo por escrito o de manera verbal, como sea. Pero si yo callo y acepto esas disposiciones soy tan culpable como el que las ordena, y yo tengo una normativa que no sirve”, expresó la salubrista e infectóloga Torres.
Mientras que la otra fuente médica sostuvo que existe una “contradicción entre lo normado y la práctica”, por lo tanto, “debe definirse la responsabilidad de enfermar y matar gente en los diferentes niveles institucionales”.