Nicaragüenses celebran la Gritería bajo la vigilancia y persecución oficial

Los nicaragüenses y feligreses católicos celebraron la tradicional Gritería en honor a la Inmaculada Concepción de María, en el año más represivo contra de la Iglesia católica en el país. El régimen prohibió a algunas parroquias realizar la popular tradición religiosa fuera de los templos, y orientó que debían hacerla dentro de ellos.

En algunos puntos del país, la represión fue más extrema; en diferentes barrios de Madriz, no se realizó un tradicional recorrido de la imagen de la Virgen María durante su novenario, y las pequeñas comunidades de grupos religiosos, no pudieron reunirse en sus casas para rezar, confirmaron a CONFIDENCIAL feligreses y fuentes vinculadas a la iglesia.

Sin embargo, en otras zonas del país, varios grupos católicos oraron abiertamente por el obispo reo de conciencia, Rolando Álvarez, condenado por la dictadura a 26 años de prisión, aunque en la mayoría de feligreses prevalece la autocensura sobre la situación del prelado debido a la vigilancia política.