"El fracaso y la derrota moral del discurso de odio oficial"

Este es un fragmento del comentario del periodista, Elmer Rivas, en el programa Esta Semana, del domingo 21 de abril:

El discurso de odio de Rosario Murillo y Daniel Ortega a seis años del estallido social de abril, evidencia únicamente el fracaso y la derrota moral de la narrativa oficial, que no puede borrar el legado de las protestas de abril, e intenta descalificar a los ciudadanos con insultos e ira, con miedo y paranoia, con mentiras y revanchismo, y más amenazas de venganza

Intentan borrar la memoria de la rebelión cívica, declarando el 19 de Abril como Día Nacional de la Paz, y abril, como “Mes de la Paz”, pero no pueden ocultar los más de 350 asesinatos, los miles de heridos y encarcelados, y el éxodo masivo de exiliados y migrantes, a causa de la represión oficial documentado por el mismo Grupo de Expertos Independientes de la ONU para Nicaragua, que demandan una investigación penal contra Ortega, Murillo y la cadena de mando de la represión, por delitos de Lesa Humanidad.

El discurso de odio, la represión y el estado policial a seis años del estallido social, confirma el fracaso de una dictadura que prolonga su propia agonía, con la ilusión de imponer su dinastía familiar a cualquier costo.

Pero cada vez son más los simpatizantes sandinistas, empleados públicos civiles y militares, convencidos de que el discurso de odio, la irracionalidad, la represión, la persecución religiosa, la extorsión, la coerción, las humillaciones y la vigilancia política que ellos mismos sufren en las instituciones del Estado, hacen insostenible en el tiempo la sucesión dinástica familiar.

En Nicaragua no hay paz, como pregona la narrativa oficial sobre la falsa “normalidad”. En Nicaragua hay persecución, más de 121 presos y presas de conciencia, un estado policial y vigilancia política. En el país no hay oportunidades, hay desempleo, y una profunda necesidad de cambio que no puede ofrecer un régimen autoritario. Porque no puede haber futuro bajo una dictadura que arrastra al país hacia el pasado.

A seis años de la Rebelión de Abril, la mayoría política azul y blanco que surgió de las protestas se mantiene intacta, y el mejor homenaje a la resistencia cívica de la ciudadanía por parte de los grupos de oposición en el exilio, es ofrecerles una verdadera alternativa de cambio en la unidad en la acción, para salir de la dictadura, mientras se mantiene en la agenda de comunidad internacional, la crisis de la peor dictadura de América Latina.